Remontémonos al año 2008, cuando cuatro jóvenes que coincidieron en Manchester decidieron darse a conocer con un tema llamado “Suffragette Suffragette” que se ganó las alabanzas de la NME. Como suele ser habitual en Inglaterra, un país que siempre se encuentra al acecho de la próxima gallina de los huevos de oro explotable y exportable que reinicie una nueva escena, el nombre de Everything Everything empezó a despuntar como una de esas promesas del pop-rock con flema británica destinadas a hacer daño. Y lo más extraño del asunto es que tal cometido lo han conseguido con creces con un debut, “Man Alive”, que se enorgullece de ser un bicho raro. Porque no nos engañemos: su música no es inmediata, está basada en complejas y arrítmicas armonías melódicas y carecen de esos clichés (llámenlo pose si les parece mejor) tan mascados por cientos de bandas que tal como aparecen acaban evaporándose de la faz de la Tierra como consecuencia de su etérea personalidad. Nuestros protagonistas van por libre y tanto afirman que les fascinan tanto Foals como la propia Beyoncé. Pero un servidor al enfrentarse a su primer largo se preguntaba cómo definirían ellos mismos esta patada en la boca a los arquetipos en los que tanto tiene cabida el rock progresivo como los justos atisbos de baile moderado y voces juguetonas que le deben mucho a The Beach Boys (como es el caso de “Two For Nero”). Jonathan, su voz cantante enaltecedora de los falsetes, me apacigua la duda. “Lo que hacemos es música pop impredecible con la que sientes que puede pasar cualquier cosa. Por ello la banda se llama así: no sólo porque es un nombre fácil de recordar, sino porque todo es posible si lo deseas. En alguna ocasión alguien nos ha dicho que hacemos pop futurista, y estoy más que de acuerdo con esta definición. No pretendemos copiar el pasado porque resulta muy aburrido, el presente es mucho mejor e interesante”.
Jonathan y Mike (batería) se conocían desde la escuela y ya por aquel entonces probaban a ser estrellas del rock con sus guitarras, pero hasta que no hicieron las maletas y se trasladaron a Manchester para emprender sus estudios universitarios, donde conocieron a Jeremy (bajista) y Alex (guitarra), la banda no empezó a tantear la posibilidad de convertir su hobby en una forma de vida. Eso sí, nadie dijo que fuera fácil. “Durante la grabación del álbum nos encontramos con seis temas que no nos acababan de convencer. No te voy a decir cuáles eran, pero en un primer momento no sabíamos cómo darles una vuelta de tuerca para que les diésemos el visto bueno. Este problema era algo nuevo para nosotros y la verdad es que fue bastante estresante”, comenta Jonathan. “Tuvimos poco tiempo para grabar el disco, de modo que trabajamos a contrarreloj para tomar este tipo de decisiones”, confiesa Mike, quien tiene más que claro cuál es el propósito que quieren conseguir con su primer disco: “Disfrutar del momento y conocer lugares que nunca nos hubiéramos imaginado. La rutina de una gira puede ser algo agobiante, pero ver como el público, más allá de los singles, reconoce y disfruta con nuestras doce primeras canciones no tiene precio”.
Formaron parte de esa lista que anualmente pone en la palestra al gran público los artistas a los que hay que vigilar de cerca, el BBC’s Sound Of 2010, pero no tienen ningún reparo en decir que tal atención mediática no les ha influenciado lo más mínimo. “Es un gran honor, aunque lo realmente interesante de ello es que la gente decida oírte como consecuencia de aparecer en la lista. Dependiendo de dónde provengas resulta muy difícil formar una banda. Londres es un hervidero creativo constante que nunca descansa. En el caso de Manchester, aún siendo una ciudad bastante pequeña, se respira una actividad musical que no tiene nada que envidiarle en la que los grupos se conocen entre sí y comparten experiencias, como en nuestro caso ocurre con Delphic”, dice Jonathan, que hasta el mes de noviembre no podrá deshacer las maletas y visitar a sus padres, aprovechando las vacaciones, para empezar a componer el embrión de su segundo trabajo. Los astros, de momento, están de su parte. A pesar de ser un inmaculado secreto para la mayoría de los mortales, pocos son los que se han resistido hasta la fecha a piropearles después de oír y asimilar “Man Alive”. De modo que no nos queda otra que permanecer atentos para comprobar si al final estos tipos corrientes acaban conquistando al mundo entero sin habérselo propuesto de ante mano.
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