La voz de Lundberg suena cansada pero amable desde alguna carretera. Eso cuando no se entrecorta. Por suerte sus ideas sobre “Communion” son claras y breves. “Creo que es el disco más homogéneo, aunque sea doble, y también el más épico. Todos en la banda creemos que es el mejor disco de The Soundtrack of Our Lives”.
"Queríamos hacer algo distinto que reflejara la psicosis de hoy" |
Añade palabras de elogio hacia todo el equipo. “Ha sido un esfuerzo común, todo el grupo ha estado más involucrado en el proceso que antes, hemos estado más juntos como banda. Y ha sido el álbum más fácil de grabar, todo fluyó, todo llegó muy rápido”.
A pesar de defender la homogeneidad de “Communion”, Lundberg concede que hay un punto mayor de vitalidad, de despegue, en el disco uno. Todo quizá consecuencia inevitable cuando te enfrentas a un doble. Es posiblemente un error pensar por inercia que sacarlo suena a esfuerzo final. “No estoy seguro de que vaya a ser nuestro esfuerzo final”, dice Lundberg. “Lo hemos hecho para cada seguidor nuestro que ha esperado tanto tiempo desde nuestro anterior disco. En realidad, creo que este disco nos devuelve a nuestros comienzos como grupo. Habíamos reunido treinta canciones”. Entre las más notables, sin duda, “The Ego Delusion”, un desarrollo suave que desemboca en el estribillo más acertado, más épico si quiere Ebbot, más significativo cuando canta para “encontrar un lugar lejos de este castillo de aire”. “Es la canción que impulsó todo el disco, mi favorita y me encantaría verla como single. Habla de separar el ego de nuestra individualidad. Es muy representativa, junto a ´The Passover´, la última, de todo lo que queríamos decir”. ¿Y qué han querido decir TSOOL con “Communion”? Un vistazo a la portada y el libreto, además de sorprender, da todas las claves. Personajes con una felicidad absoluta, que acaban de estrenar lo último de Apple, con casas inteligentes, un trabajo ideal, gente purificada que sonríe indefinidamente. “Queríamos hacer algo distinto que reflejara la psicosis de hoy, el corporativismo y la vida perfecta a la que nos empujan los medios. Vemos estas fotos por todas partes sobre una vida falsa que no existe. Ni siquiera las personas que aparecen sabían que acabarían en nuestro disco. Son fotos de una agencia cualquiera”. La idea surgió antes del colapso financiero de octubre de 2008 y la consecuente tormenta que se ha llevado por delante decenas de miles de empleos en el mundo occidental con unas cuantas casas y coches y televisiones y vacaciones por pagar. Lundberg parece hablar de una vida más sencilla. “Tenemos que renovar todo lo que hemos construido. Es fundamental, no se puede seguir así, haciendo lo que cierta gente hace cuando tienes esas enormes diferencias en todo. La mayoría empezará a reaccionar”.
La conversación también deja claro que además de una “relajante” actuación en el show de Jay Leno, con quien acabaron discutiendo de coches en su propia casa, y de disfrutar de la maravillosa luz de California, los chicos de The Soundtrack Of Our Lives se han traído otras sensaciones sobre el cambio acontecido en Estados Unidos.“Creo que Obama es un símbolo de que no debes separar a la gente, uno de los pecados originales”, dice Lundberg, el frontman-profeta, el de las túnicas y los brazos al cielo. Por cierto, ¿de dónde viene todo ese rollo? “Es mi papel como persona. Liberas mucha energía con la música y con toda la expresión del directo, y de algún modo, deseo aumentar la intensidad para la gente y para mí. Te conviertes en un instrumento y sientes como si fueras intocable, algo mágico. Es especial”. Desde luego lo parece.
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