Estallan, se rebelan, Wiggum articulan su guerra mundial. Una guerra que, al fin y al cabo, no es tan particular. Arremeten contra todo, aunque, eso sí, se alejan de la catástrofe porque, en este segundo disco, sacan a relucir las guitarras para clamar con aires maduros el fin de la misma. “Es una explosión de ruido, que representa un cambio nuestro y una necesidad de cambio mundial. No es un disco protesta, porque no hacemos canción protesta, pero sí que está dibujado con cierta furia por lo que nos está tocando vivir”. Y lo dibujan con la producción de Marco Morgione (Linn Youki). “Él ha sido el director de la orquestra, tenía muy claro cómo grabar las guitarras y voces para darle ese sonido tan distorsionado”. Y es que, en definitiva, esa es la batalla que merece la pena ganar. “En general todas las canciones hablan de un cambio interior, un cambio de actitud para afrontar el futuro con fuerza”. Un futuro que ellos afrontan con ganas de experimentar y evolucionar con la música, porque ese es su medio. “Nos gusta la música, nos da igual si es mainstream, indie o amateur”.
Wiggum busca, con las reminiscencias punk que los alejan de las delicadas melodías de su primer disco, el camino al Edén. Lo hacen con El Genio Equivocado porque lo que se hace con ilusión y cariño tiene su recompensa en el futuro. Escúchenlos, háganlo ahora y no se duerman porque empezaran a sonar alto y ya no habrá por dónde cogerlos.
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