Atentos porque lo presentan esta misma noche en directo en la sala Upload (Barcelona). Puedes comprar tu entrada en este link.
Las circunstancias han obligado a la banda a armarse de paciencia. En su nuevo trabajo, grabado a finales de 2019, refinan un pop psicodélico sofisticado y por momentos bailable, que nunca le pierde de vista al buen gusto ni teme internarse por nuevos territorios. Producido por Brian Silva (voz, guitarra y sintetizadores) y Santi García (Standstill, Viva Belgrado) será la excusa perfecta para volver a la carretera, tiempo después de haberse curtido por los escenarios europeos, británicos y norteamericanos. Responden a nuestras preguntas por correo electrónico.
Ha pasado tiempo desde vuestro debut. Supongo que este año y medio largo de pandemia ha tenido mucho que ver. ¿Cómo ha sido el proceso hasta llegar aquí y cómo lo habéis llevado?
El disco se grabó en otoño del 2019 en Ultramarinos Costa Brava, y se mezcló en la primavera de 2020 por Brian en medio del confinamiento, lo cual dio bastante libertad a la hora de crear el sonido que buscábamos en la post-producción. Por motivo de la pandemia, tuvimos que posponer la publicación de 2020 a 2021. Con mucha paciencia de por medio, logramos rodar un par de videoclips con Escafior Films, y avanzar con lo que teníamos entre manos.
"Este segundo álbum ha estado encaminado hacia un paisaje sonoro que siempre habíamos querido experimentar"
Puede que sea un tópico, pero se habla mucho de la dificultad del segundo disco, en contraste con el primero. ¿Ha sido complicado en vuestro caso?
Lo complicado fue la espera post-pandemia a la publicación, pero con “Neon Body” desde el inicio tuvimos un objetivo bastante claro, y estamos bastante contentos con el resultado.
Es un disco de indie pop (no sólo psicodélico) en sentido amplio, hecho con mucho gusto e influencias exquisitas, si me permitís el adjetivo. Supongo que sois muy melómanos. ¿Cómo fue el proceso de composición de las canciones?
El proceso de creación de las canciones se gestó en medio de la gira de “Secret Place”. Al terminar el tour en 2019, entramos en el estudio para hacer el nuevo. Este segundo álbum ha estado encaminado hacia un paisaje sonoro que siempre habíamos querido experimentar. Además de, esta vez, haberlo hecho entre los cuatro en un estudio como Ultramarinos. Nos dio mucha libertad para experimentar con componentes que no habíamos probado nunca antes.
¿De dónde viene el título?
El titulo es una representación de cómo las maquinas y la tecnología están tan unidas en la actualidad a las personas; aún así, seguimos componiendo canciones de amor, pérdida y esperanza.
¿Cómo fue la experiencia de grabar con Santi García en su estudio y qué creéis que ha aportado a las canciones y al espíritu del grupo?
Siempre nos hemos auto producido y hemos estado a gusto con nuestro sonido. Sin embargo, en este trabajo queríamos salir de nuestra zona confort: entrar los cuatro en un estudio y grabar el disco con la misma energía que tiene el grupo en directo. Santi y su sonido inigualable de Ultramarinos han aportado muchísimo en lo que es el cuerpo del disco. También debo mencionar a Borja Pérez, que estuvo en medio de la producción y grabación buscando todo tipo de sonidos para lograr los matices que buscábamos. Sin duda, volveríamos a grabar algún día allí. ¡Además en la Costa Brava se come increíble!
"El disco parece una montaña rusa de emociones, con distintos paisajes. Esto fue saliendo a medida que íbamos cuadrando las canciones"
Veo que ha sido coproducido por Brian y Santi. ¿Cómo fue y por qué lo decidisteis así? ¿Buscabais un sonido a la vez clásico atemporal y un toque moderno? No recuerdo haber oído un disco tan pop grabado por Santi.
Fuimos a Ultramarinos por toda su historia, y por las ganas de tener una base potente para producir el disco. Allí creamos la materia prima, donde sí que buscábamos este sonido especifico, para luego mezclarlo y post-producirlo en nuestro clásico Eclectic Echo Lab.
¿Qué retos os presentó técnicamente en cuanto a lo que buscabais? Me ha llamado la atención la claridad y limpieza de todo.
Fue un proceso diferente al de anteriores canciones y proyectos. Lo empezamos a componer en 2019, juntamos material por parte de Brian, por un lado, y de Jossip (Tkalcic) por otra, los principales compositores. Marc (López) y Carlos (Ramos) ayudaron a arreglar los matices que surgían a medida que íbamos componiendo en los ensayos. Por parte de Brian las canciones estaban un poco más cerradas, las ideas estaban un poco más evolucionadas. Por la de Jossip, fue algo más fluido a medida que tocábamos. Es interesante poner en común las dos maneras de componer. Por eso, igual tiene un estilo único y dinámico canción tras canción.
Es un álbum luminoso (“Verneda Lights” o “Plastic Freedom” son perfectos ejemplos) pero no blando. “Verneda Lights” es una canción que empieza en un mundo y acaba en otro, con total naturalidad, cosa qué hacéis en otros temas. Esto, ¿cómo se hace o lo planteáis?
Sí, es verdad que el disco parece una montaña rusa de emociones, con distintos paisajes. Esto fue saliendo a medida que íbamos cuadrando las canciones. Nos dimos cuenta a medida que avanzaba la grabación de que realmente habíamos realizado catorce o quince ideas en diez canciones. Conseguimos engrasarlo y pulirlo lo suficientemente bien para que todo fluya en un común concreto.
Otra de las canciones más destacadas es la última, “Celeste V”. ¿Qué me podéis contar de ella?
“Celeste V” es una idea que trajo Brian bastante bien desarrollada en una maqueta. Al escucharla todos, pensamos que tendríamos que arreglarle cuatro cosas contadas, porque estaba bastante bien definida y las partes cuadraban a la perfección. El “V” viene de que salieron varias versiones del tema, en concreto cinco. Se decidió que tenía gracia que fuese un símil a la astrología, como si de un satélite se tratase, o un planeta, ya que tiene un aura mágica y astral. Parece un meteorito que va por el espacio tranquilamente y de repente entra en campo gravitatorio y se vuelve inestable, es un poco la percepción que tenemos de la canción.
Pasan los años y siguen saliendo grupos que se zambullen de maneras distintas en la psicodelia y las progresiones en toda su dimensión (aunque vosotros no sólo hacéis psicodelia). ¿Creéis que es así por la amplitud del género o las posibilidades que ofrece?
Al final, los géneros son una manera de categorizar el sonido que consigues realizar. La reverberación y la expansión dependen del sonido que quieras transmitir. El género (psicodélico) de por sí es una tendencia que hace unos años estaba en auge. Nosotros preferimos ir más allá de algo que está dictado por unas marcas, explorar nuestros gustos en conjunto, y ver qué ocurre. Como si de algo aleatorio se tratase.
¿Qué planes tenéis para llevarlo al directo?
Pues es en lo que estamos trabajando actualmente [risas]. Agregamos a Albert a los sintetizadores para que nos echase un cable para producir una sensación más dinámica en el directo, que fuese más natural. Pero es posible que para que las canciones suenen más completas hagamos uso de samples y sonidos de ultratumba categóricos y espaciales que den una experiencia similar a la del álbum.
Termino. ¿Qué expectativas tenéis con este disco?
A ver qué opina el público. Hoy en día hay bastante calidad con muy poco, y esto también te hace reafirmarte y buscar nuevas maneras de entretener y satisfacerte personalmente. Para nosotros, sacar el disco es ya una satisfacción. Ha pasado tiempo desde que lo grabamos hasta que se publicó el veintidós de octubre. Tenerlo tanto tiempo guardado nos ha hecho comernos las uñas, y nos ha dado dolores de cabeza por no haberlo podido lanzar en su momento a causa de una pandemia mundial que todavía persiste. Estamos bastante contentos del resultado, y esperemos que el público lo disfrute tanto como a nosotros nos gustó hacerlo.
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