“Aún nos cuesta creer que este disco sea tan popular”
Entrevistas / The Postal Service

“Aún nos cuesta creer que este disco sea tan popular”

Carlos Pérez de Ziriza — 09-07-2024
Fotografía — Archivo

Más de 1.800 kilómetros separan Seattle de Los Ángeles, pero no fueron obstáculo para que Ben Gibbard (Bremerton, Washington, 1976) y Jimmy Tamborello (Santa Barbara, California, 1975) compusieran a distancia aquel "Give Up" (2003).

Aquel disco de The Postal Service fue en su momento una fresca bocanada de pop electrónico con sensibilidad indie pop, poco usual por aquel entonces, y que con el tiempo se convirtió en un clásico del pop con mayúsculas de todos los tiempos, superando en popularidad a cualquiera de los trabajos que el primero (con Death Cab For Cutie) o el segundo (con Dntel) mantuvieron durante las últimas décadas. Lo hicieron, ojo, a través del correo convencional. Ni siquiera del electrónico.

Tanto "Give Up" (2003) como la obra más redonde de Death Cab For Cutie, "Transatlanticism" (2003), compartían una visión de las relaciones humanas, del amor esencialmente, que se veía mediatizada por la distancia física. El primero se publicó el 18 de febrero. El segundo, el 7 de octubre. Ambos son rescatados en una gira en la que son interpretados al completo, y que pasará el 27 de agosto por el Poble Espanyol de Barcelona y el 29 por el Kalorama de Madrid. Hablo de todo esto con Jimmy Tamborello, quien me atiende desde su casa en Pasadena (Los Ángeles), comentándome que The Postal Service contarán con la voz de Jenny Lewis y la guitarra de Dave Depper, y acordándose de un ·momento Beatle” que vivieron a la salida de unos de sus conciertos españoles en el verano de 2003, cuando su coche fue perseguido por unos fans en plena calle. Lo recuerda con cariño: eran los tiempos en que Houston Party publicaba aquí sus discos, lo que siempre les hizo gozar de una nutrida base de fans españoles.

Supongo que no imaginabais en 2003 que este disco, que surgió como respuesta a un projecto paralelo a Death Cub For Cutie y Dntel, fuera a superar a ambos en popularidad.
Sí, y aún nos cuesta creerlo (risas). Esto de tocar en recintos tan grandes no estaba en nuestros planes. Siempre pensé que llegaría a un grupo muy reducido de personas que compartiera los mismos gustos que nosotros en aquel momento.

Unos gustos que han quedado muy atrás en el tiempo: se hablaba mucho de indietrónica, de clicks and cuts, de sellos como Morr Music y grupos como The Notwist, Lali Puna o ya en tu misma California, Matmos. Ha pasado el tiempo, y muchísima gente que no ha oído hablar de todo eso adora vuestro disco: supongo que es el poder de sus canciones, que está por encima de todo.
Sí, de alguna manera su influjo ha durado más que todo aquel material que mencionas, pero toda aquella música para mí fue una gran influencia. Todo lo que publicaba Morr Music y toda la indietrónica del momento.

¿Es verdad que Ben (Gibbard) y tú os conocisteis en un concierto de Flobots, la banda de rap experimental?
En realidad, nos conocimos en un concierto en el que yo teloneaba a Death Cab For Cutie con una banda que se llamaba Arcade, en un club de aquí, en Los Ángeles, pero aquella noche apenas hablamos, más allá de decirnos “hola”. Fue un año después cuando le conocí a través de un compañero de habitación que tuve, que estaba en otra banda que giraba con ellos, y se habían hecho amigos. Ahí es cuando empezamos a vernos.

Y luego llegó la propuesta para que colaborase en “(This Is) The Dream Of Evan And Chan”, para Life Is Full Of Possibilities (2001), de Dntel, que fue la semilla de The Postal Service, ¿no? ¿Qué buscabas en su voz?
Creo que fue una de las últimas canciones que hice para el álbum. Ya tenía otros vocalistas colaborando en otros cortes. Quería añadir algo de sensibilidad indie a través de las voces a esa extraña música electrónica que estaba componiendo. Me encantaba su forma de cantar en Death Cab For Cutie. Una bonita voz de pop indie con electrónica experimental: eso es lo que buscaba, que era una combinación que apenas se daba por entonces. No le conocía demasiado entonces, la mayoría de colaboradores con quienes trabajaba eran amigos más cercanos. Porque ha habido veces en que he propuesto colaborar a alguien a quien no conocía personalmente y las cosas no han salido igual de bien que con amigos.

"Lo de continuar con The Postal Service no salía de forma natural y lo dejamos correr"

Estabais también siendo pioneros, ya como The Postal Service, del trabajo a distancia, algo que con la pandemia se implantó a la fuerza en el terreno musical, pero no era muy habitual a principios de los 2000.
Y lo hacíamos a través del correo convencional, ni siquiera a través del correo electrónico. El e-mail aún era muy lento. Todavía era normal tener penpals (amigos por correspondencia) y escribir cartas a otras personas. Era la única forma en la que podíamos funcionar, viviendo tan lejos.

Es curioso porque el saldo final del disco suena muy fresco, algo que nadie pensaría en principio de unas canciones cuya finalización dependía de tantos retoques tras días de mensajes cruzados, sin pisar un mismo estudio.
Tener ese tiempo extra nos hacía pensar que no teníamos que reaccionar con rapidez a lo que la otra persona estaba haciendo. Teníamos tiempo para sentarnos y procesarlo todo. Quizá si lo hubiéramos hecho online o en persona, hubiéramos dado demasiadas vueltas a todo, pero de este modo yo simplemente le enviaba la parte instrumental y él me respondía con la voz y algunos instrumentos, y con eso ya estaba prácticamente hecho. No hubo mucho que retocar tras ese primer intercambio.

Luego os llegó el amago de demanda del servicio postal norteamericano por el nombre, ¿no?
Nos llegó una carta, y Sub Pop se las apañó para hablar con ellos y solucionarlo. Salió la cosa bien para nosotros. Y para ellos, que pudieron seguir vendiendo discos de The Postal Service. Aunque ha habido que renovar la licencia para utilizar el nombre, de cuando en cuando. Si hubiéramos cometido algún crimen o hubiéramos hecho algo muy controvertido, supongo que nos lo tendríamos que haber cambiado (risas).

En 2007 trascendió que planeabais grabar otro disco. ¿Qué pasó para que nunca llegase?
Grabé unas cantas pistas instrumentales y se las envié a Ben (Gibbard), él trabajó en un par, que son las que terminamos y entraron en la reedición del disco por su décimo aniversario, en 2013, pero con la mayoría de ideas no fue igual, no salía todo con la misma naturalidad con la que habíamos trabajado en el anterior álbum. Supongo que nos encontrábamos en lugares distintos en cuanto a gustos musicales, no hicimos “click”. Tampoco nos dijimos “no vamos a hacerlo”. Ese impulso inicial simplemente se fue desvaneciendo en la distancia. Ben siempre está ocupado con Death Cab For Cutie y yo con Dntel, y lo de continuar con The Postal Service no salía de forma natural y lo dejamos correr.

¿Y no resurgió la idea desde entonces?
No, la verdad es que no.

En 2013 girasteis de nuevo por el décimo aniversario, pero esta vez lo hacéis por el veinte, y compartiendo aniversario con Transatlanticism (2003) de Death Cab For Cutie. ¿Te gustó aquel disco?
Sí, me encanta. Ya habíamos hecho el de The Postal Service. Recuerdo que Ben (Gibbard) me envió un CD con las canciones, antes de que se publicara, y era un material muy emocionante. Me genera mucha nostalgia. Prácticamente salieron al mismo tiempo, mientras aún estábamos conociéndonos.

"Me siento agradecido por esto, nunca esperé que tanta gente escuchara algo en lo que estuviera implicado"

¿Crees que son dos discos conectados temáticamente, quizá porque ambos hablan sobre las relaciones de amor y la distancia física que se puede imponer sobre ellas, que también puede funcionar como metáfora?
Seguro, porque Ben (Gibbard) escribió esas letras en la misma época, y hay algo de eso. No soy el más indicado para hablar sobre las letras, eso es cosa de Ben, pero creo que con The Postal Service trató de jugar más con las palabras, aunque también fuera muy personal, y que "Transtlanticism" (2003) seguramente era un reflejo más directo de cómo se sentía en aquel momento.

¿Te marcó "Give Up" (2003) hasta el punto de influir en tu obra posterior?
Creo que sí. Que me hizo estar más abierto a la faceta más pop de mi sensibilidad. Yo estaba muy metido en una electrónica más experimental, más áspera, y no esperaba hacer un disco así. Me abrió la posibilidad de ser más pop cuando lo necesitara.

“La melancolía siempre ha sido mi estado de ánimo favorito” y “casi todo lo que hecho se puede considerar techno pop”: son dos frases que te he leído en una entrevista de hace unos años.
Sí, ambas consideraciones son válidas, a día de hoy (risas).

Tenéis a The Kills como teloneros en algunas fechas de la gira. ¿Fue elección vuestra?
No, al menos yo no he tenido nada que ver, pero me encanta que estén en la gira.

¿Cómo te sientes cuando tocas estas canciones ante públicos tan amplios y sin embargo tus propios discos como Dntel pasan tan desapercibidos para ese gran público? ¿No te genera sentimientos contradictorios, cierta sensación de que el éxito es siempre caprichoso?
Me siento agradecido por esto, nunca esperé que tanta gente escuchara algo en lo que estuviera implicado. También me gusta cuando la gente tiene curiosidad y explora para conocer otras cosas, aunque no sean la mayoría. Veinte años después, aún me encuentro a gente por twitter que se acaban de dar cuenta de que Ben (Gibbard) canta para ambos proyectos, y algunos hasta se sorprenden cuando le ven salir a cantar dos veces en estos conciertos, mucha otra gente también tiene esa falta de curiosidad, pero también está bien: me alegra que lleguen a mi música, no importa por qué camino.

Dntel, Figurine, Headset… ¿cuál de tus proyectos personales te ha representado mejor?
Yo creo que Dntel. Y que "Life Is Full Of Possibilities" (2001) aún es el disco que mejor cubre todo aquello en lo que estoy interesado.

 

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