¿En algún momento, cuando empezaste con The New Raemon, pensaste que esta aventura en solitario acabaría siendo la parte central de tu trayectoria creativa?
Pues no pensé en nada de eso. La verdad es que no quería publicar aquel disco, lo hice gracias a la insistencia de Ricky Lavado, Ricky Falkner y Jordi Llansamà, y les estaré siempre muy agradecido. Gracias a ellos ahora puedo dedicarme a escribir y tocar mis canciones.
"Me siento afortunado de poder dedicarme a la música sin tener que prostituir mis canciones".
Aunque el primer disco, "A proposito de Garfunkel" (B-Core, 08), salió en 2008, el personaje The New Raemon nació hace diez años. Si miras atrás, ¿cómo valoras esta década?
De forma curiosa, porque realmente empecé a tocar en 1990, así que en realidad hace veintisiete años que escribo canciones. Lo que pasa es que hasta hace diez años no fui capaz de hacer de esto que hago un oficio. Quizás lo que más valoro es precisamente esta experiencia. Darme cuenta de que, como todos, este es un trabajo cíclico, con altibajos a los que he tenido que acostumbrarme y adaptarme para seguir adelante. Por otra parte, me siento afortunado de poder dedicarme a la música sin tener que prostituir mis canciones.
¿Esto sería el mejor de estos diez años?
Esto y el haber conocido a mi actual pareja haciendo un videoclip y terminar juntos años después teniendo un hijo.
¿Eres nostálgico?
Mucha de la música que siempre me ha llamado la ateción tiene un punto melancólico y melodramático, eso supongo que aporta algo a mi forma de ver las cosas. Encuentro muy interesante la idea de observar y aprender del pasado de una forma constructiva, algo que desafortunadamente parece no poner en práctica el ser humano. Así nos va.
El aniversario ha venido acompañado de "Quema la memoria" (Lunwerg Editores, 2017), un libro que recoge las letras de tus canciones con ilustraciones de Paula Bonet. ¿Cómo surgió esta colaboración?
A Paula la he ido siguiendo desde los tiempos de Myspace. Ella también conocía mi obra. En los últimos años hemos ido coincidiendo y charlando un poco. Cuando pensé en recopilar todas mis letras aproveché que venía de invitada al Bonus Cracks, el programa de iCat que presento con Guillamino, y la invité a comer para explicarle el proyecto. La idea le gustó mucho y hemos estado un año y medio dándole forma. Hemos quedado muy contentos con el resultado, es un libro muy especial.
También acabas de publicar un álbum epónimo.
Se trata de un álbum doble. El primer disco es una elección personal de mis canciones que más me gustan. El segundo disco esconde diversos temas que quedaron fuera de los discos y que hasta ahora nunca se han publicado en formato vinilo o compact disc. La elección ha sido eterna, un auténtico dilema. Me tenía que ceñir a la duración de la cara de cada vinilo, eso ya limitaba la selección. Por otro lado no quería hacer un greatest hits, aunque tampoco tengo muchos (ríe). Al final pensé que era más interesante hacer una especie de "Best of" personalmente escogido por mí y añadir un segundo disco con todo lo que se había quedado fuera de los discos: inéditas y una canción nueva titulada “Naturaleza”, que me gusta especialmente.
¿Tienes más temas nuevos por ahí escondidos esperando a ser publicados?
Ahora mismo mi hijo me ocupa muchas horas. Supongo que cuando sea un poco más mayor podré ponerme a escribir el próximo álbum. Tengo algunas ideas, apuntes, títulos de canciones, conceptos... Siempre pienso en estas cosas antes de ponerme plenamente a trabajar en un álbum. Ahora mismo, lo que haremos es dedicarle una temporada a celebrar los diez años en los escenarios. No creo que haya nada nuevo hasta finales de 2018 o principios de 2019.
Y si tuvieras que resumir estos diez años en una de tus canciones, ¿cuál sería?
Todo "Oh, rompehielos" (B-Core, 15) ya fue un buen resumen de síntesis de todo lo que hago en mis discos.
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