Antes de nada, para ponernos en situación, ¿cómo nace The Low Flying Panic Attack y bajo qué pretensiones?
The Low Flying Panic Attack nace hace ya más de cinco años. Teníamos diferentes proyectos en los que colaborábamos o tocábamos y queríamos juntar fuerzas para dar forma a algo “diferente” y sin pretensiones, la verdad. De hecho, huir de lo comercial o de lo “indie” eran un poco las bases de lo que queríamos construir. Empezamos a jugar con electrónica mezclada con guitarras y baterías reales, y de ahí nació nuestro primer EP. Poco a poco fuimos virando a la electrónica como género, en el que nos sentimos más cómodos.
Cuatro años hasta tener vuestro primer largo. ¿Por qué tanto tiempo?
Al no tener pretensiones de ningún tipo te quitas la presión de tener nuevo material cuando parece que es normal sacarlo, primero un EP, luego un disco, luego girar para presentarlo… Todo esto nos aburre muchísimo y hasta que no hemos tenido las canciones que queríamos, con el concepto que queríamos y con el sonido que requerían las mismas, no hemos querido sacar nuestro primer largo. Puede sonar pretencioso, pero tenemos una máxima que es “si vas a sacar algo, que tenga mucho nivel”, independientemente de si gusta o no. No queríamos sacar algo por cumplir con los tiempos que normalmente están estipulados.
"Nuestro proyecto no tiene un género o una etiqueta definida y eso nos da mucha libertad".
Creo que “You Know Nothing About War” tiene un sonido muy homogéneo, mucho más de lo habitual para un debut discográfico. En este sentido, ¿hasta qué punto este trabajo funciona como un comienzo o final de un arduo trayecto hasta consumar vuestra propia personalidad musical?
Como decíamos antes, nuestro objetivo era el disco tuviese mucho nivel, al menos para nosotros, y esto lleva tiempo cuando, además, no te dedicas al cien por cien a la música y tienes otras cosas que atender día a día. Esto significa mimar cada detalle, trabajar para determinados temas con el que consideramos el mejor productor del país, Ed Is Dead, que además marca para nosotros un listón que alcanzar. Él nos coloca mirando siempre hacia arriba para ir un paso más allá y no contentarnos con tener buenos temas. Todo esto hace que este trabajo sea el mejor disco que podíamos haber hecho en ese momento, tratando siempre de buscar la excelencia en la medida de lo posible.
En vuestro disco, jugáis con casi medio siglo de formas tecnológicas del sonido: de la synth wave a la producción trap. ¿Hay una intención atemporal en esta forma de conjugar diferentes épocas y formas de enfocar la materia sinte?
Nuestro proyecto no tiene un género o una etiqueta definida y eso nos da mucha libertad, creemos que el no tener pretensiones nos permite hacer lo que queramos y jugar con los géneros que nos apetezca y sobre todo que aporte algo a la canción, que siempre es lo primero. No nos ponemos como meta conseguir una canción determinada para tocar un género concreto, simplemente decoramos las canciones con los colores que le van bien al tema y los que nos gustan a nosotros, estén influenciados por cosas de una época o de otra.
Asimismo, en vuestro disco tendéis una cuerda de equilibrismo entre formas góticas y R&B del siglo XXI, con todo lo que hay por el camino. ¿Qué os lleva a jugar con géneros, a priori, tan antitéticos y cómo enfocáis el resultado de canciones tan policromáticas como “Bridges”?
Ambos venimos de escuchar cosas muy diferentes, aunque siempre tengamos puntos en común. Yo (Javi), vengo de escuchar mucha música, vamos a llamar oscura, como Depeche Mode, The Cure, Nine Inch Nails y fijándome mucho en productores como Flood, Alan Moulder que en los noventa crearon un sonido muy característico. Esto obviamente te influye a la hora de crear música y por eso tenemos temas como “Tears & Glass”, más cercanos a la música industrial, o temas como “Bridges”, que estaría más cerca del Flume del primer disco. Como comentábamos antes, lo primero son las canciones y después las vestimos en función de nuestras influencias pasadas o del momento. Si lo piensas bien, desde Depeche Mode hasta Flume tampoco hay mucha distancia y nosotros aprovechamos todo lo que escuchamos por ahí. Quizás por eso la mezcla de tantos detalles diferentes da ese resultado ecléctico pero a la vez homogéneo.
"El disco habla principalmente de las guerras y batallas internas que todos experimentamos al menos alguna vez en la vida y de lo difícil que es intentar salir del agujero".
Asimismo, “Bridges” es un ejemplo rotundo de vuestra forma de encontrar el magnetismo a través de colisionar formas rítmicas muy orgánicas con atmósferas que, por momentos, rozan el witch house.
Realmente creemos que lo que comentábamos sobre nuestras influencias pasadas y presentes tan diversas y nuestra forma de componer y trabajar es lo que da como resultado temas de este tipo. Yo (Marta), personalmente, me inspira desde una escena de una serie o una película hasta el pasaje de un libro, y de repente ese estímulo te hace imaginar cosas o atmósferas sonoras que son el inicio de algo. Disfruto mucho con esa composición inicial de ideas, progresiones de acordes y melodías que van dando forma a una estructura de canción y creo que es ahí donde mejor me manejo y más productiva puedo llegar a ser. Javi por ejemplo tiene una visión de la producción fuera de lo común y es una pasada cómo es capaz de vestir mentalmente un tema solo con escuchar un esbozo de idea. Otras veces invertimos roles de alguna manera, o trabajamos mucho más pegados con el curro del otro dependiendo de la canción. Todo esto es lo que creemos que hace de The Low Flying Panic Attack lo que es y da como resultado esos híbridos que comentas que realmente no están buscados, sino que salen solos y eso es lo que nos gusta.
Otro corte como “Still Don’t Know My Name” me hace pensar en las producciones de relieves maximalistas tan en boga hoy en día. ¿Hasta qué punto creéis que esta forma de entender el pop ha llegado también a las estructuras sonoras más underground de la electrónica y desde qué prisma os ha influido también a vosotros?
Todo llega a todos lados, en mayor o menor medida, pero si hay una cosa de la que nosotros intentamos huir siempre es precisamente de las modas y de las tendencias. Obviamente te fijas y te inspiras en las cosas nuevas que van saliendo, y eso te influye de alguna manera, pero también intentamos echar mucho la vista atrás y reposarlo todo para no perder perspectiva. Hoy en día, todo caduca excesivamente rápido, y esto es aplicable también a la música. Cuando te centras en perseguir una tendencia corres el gran riesgo de quedarte obsoleto en cuestión de meses. Por eso, en la medida de lo posible, nos intentamos fijar en las cosas que nos gustan (de antes y de ahora) que no necesariamente tienen que estar de moda. Para nosotros, aunque suene típico, se trata de ser honestos con nosotros mismos, guste o no guste lo que hacemos, y eso da como resultado algo que puede perdurar en el tiempo de una manera más auténtica.
¿Por qué un título tan explícito como “You Know Nothing About War”?
El disco habla principalmente de las guerras y batallas internas que todos experimentamos al menos alguna vez en la vida y de lo difícil que es intentar salir del agujero, de lo que nos intoxica a diario y de toda esa mierda que nos rodea tanto a nivel general como particular. Quien haya experimentado, por ejemplo, un proceso tan jodido como una etapa de depresión o problemas personales que implican al “coco”, sabe lo complicado que es batallar con uno mismo y el desgaste que todo ese proceso supone. Por desgracia, muchas veces no se le da la importancia que realmente tiene a la salud mental, algo extremadamente vital sobre todo en la sociedad en la que vivimos hoy en día con tanto estímulo y tanta inmediatez e infelicidad. El disco retrata en muchos pasajes el momento justo en el que uno es capaz de reconstruirse a sí mismo, ya sea una o veinte veces a lo largo de una vida. Por eso un título tan explícito, pero que está lleno de significado.
¿Qué hay después de “You Know Nothing About War”?
Hay mucho curro por supuesto. Realmente hemos seguido trabajando en más material mientras rematábamos el disco. No sabemos lo que vendrá pero seguiremos con la misma máxima de intentar superarnos a nosotros mismos musicalmente, de abogar por la calidad y de ser honestos con nuestras ideas.
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