¿Qué habéis hecho desde que ganasteis la 24 edición del Villa de Bilbao?
Son dos años y medio que dan para mucho pero en nuestro caso, gran parte del tiempo lo hemos invertido en el disco que acaba de salir. A parte del proceso de componer, que nos llevó bastante tiempo, después la preproducción, la producción, grabar, edición y demás… se ha alargado hasta hace un par de meses. Hablando de la grabación, en todo este proceso han estado con nosotros (con su santa paciencia) Jon Agirrezabalaga y Xabi Egia. Grabar en El Tigre Estudios nos ha aportado mucho como grupo. La verdad es que no nos hemos aburrido, también ha habido cambios en la banda. Por ejemplo, tenemos batería y bajista nuevos, lo que supone tiempo de adaptación. Vamos, que desde que ganamos el villa nos miró un tuerto (risas). Es broma, en realidad estamos muy contentos. Todo esto además de la actividad normal de un grupo; ensayar, componer, tocar, etc…
Yo os conozco de NUN. Tanto Eneko Moby Dick como el pluriempleado Claudio en Señores y en vuestra banda (además de Xabi Doncel en Larry Bird, etc.), dan fe que ha habido cambios en la forma de concebir la música desde aquellos años de post- core.
Hombre, estamos hablando de una banda que empezó hace quince años. Con el tiempo, te va apeteciendo o vas buscando nuevas formas de expresarte musicalmente. Cambia la gente que te rodea en el grupo y las influencias musicales. Lo mismo ha ocurrido con otros componentes de la banda que vienen de otras formaciones, también muy diferentes, y todo esto da un carácter distinto a la música del grupo. De todas formas, un grupo es lo que es en función de las personas que lo forman y del momento que están viviendo. Vamos, las mismas personas que en su día formábamos NUN, si nos juntásemos hoy en día, nuestra forma de concebir la música también sería diferente.
Está clara la importancia del artwork en vuestra música. ¿Hay algún hilo conductor entre las imágenes y el sonido? Es decir, ¿concebís la obra de manera conceptual?
No, no hemos concebido el disco de manera conceptual, pero si que hemos tenido la gran suerte de toparnos con Roberto Rodríguez Redondo, autor del diseño, que es el que ha conseguido esa armonía y esa coherencia entre nuestra música y sus ilustraciones. Para conseguir esta coherencia de la que hablamos, Rober escuchó una y otra vez, incluso dormido, el disco (risas). La verdad es que nos sorprendió positivamente el trabajo que ha hecho. El enfoque que le ha dado, a nosotros nunca se nos hubiera ocurrido, y estamos encantados.
Musicalmente las influencias se ven más o menos claras. Etiquetas aparte, ¿creéis que tiene más importancia sobre la canción final la música que escucháis o el momento vital por el que transitáis en cada momento?
Se nos hace difícil medir cuánta influencia puede tener la música que escuchamos o el momento vital que atravesamos en cada momento. De hecho, no sabemos diferenciar si se producen de una manera consciente o inconsciente muchas veces. Esto teniendo en cuenta además que somos 6 personas en la banda con influencias bastante diferentes, aunque algo ya nos contagiamos unos a otros… La canción termina teniendo la personalidad que tiene y expresa lo que expresa en el momento. Nunca hemos tenido la intención de destriparlas y buscar algo más allá.
En definitiva, ¿escuchar mucha música es importante o no lo es tanto para concebir canciones?
En nuestro caso es un poco irónico el tema, porque hay gente en la banda que ha oído poca música de estilos que después se reflejen en nuestra música, por lo que no sabríamos qué decirte… pero en general, para nosotros es muy importante escuchar música, es algo que siempre está muy presente en nuestras vidas, desde ensayar, hasta escuchar música en el coche, ver un concierto, tocar en casa… vamos, siempre hay oportunidad de rodearte de música, que es lo que nos gusta. Pero no sólo para componer (volviendo a la pregunta), sino para disfrutar la música en sí.
Siempre pregunto lo mismo a bandas con “múltiples” miembros. ¿Cómo os las arregláis? ¿Ensayaríais más si fuerais menos?
Pues creemos que el problema no es tanto el número de personas en el grupo, sino las ocupaciones de cada uno. Es cierto que es difícil ensayar mucho y compaginarlo con el trabajo, y demás compromisos. Pero nosotros aprovechamos lo que podemos, y aunque no estemos todos, ensayamos los que estamos, porque siempre hay cosas que trabajar. Así que no, no ensayaríamos más si fuéramos menos componentes. Lo que nos ayudaría es quitarnos diez años de encima y volver a los veranos eternos. Y claro, todo cambiaría si nos dedicásemos exclusivamente al grupo.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.