Rabia contra la máquina
EntrevistasThe Faint

Rabia contra la máquina

Jorge Obón — 05-01-2009
Fotografía — Archivo

Sin violines ni hype. La fiesta ha terminado y toca el momento de otras denuncias. Pero como antes del dance-punk o post-punk ya hubo tiempos peores, no hay alarma en Omaha. Ellos viven en el presente sin más colores que los del cambio de gobierno y los que desprende “Fasciinatiion” (blank.wav/Nuevos Medios).

Es un hecho que “Fasciinatiion” no se publica en tan buen momento como sus predecesores, y que la gente ya anda un poco hastiada de que les intenten hacer bailar con lo mismo de los últimos cinco años, pero por esa misma razón esto no debería ser una transición para The Faint, sino la confirmación de que, traspasada la frontera del quinto disco, son capaces de mantenerse equidistantes de los hypes y del olvido.

"Ten en cuenta que antes de 2004 ya dijeron que hacíamos electroclash"

(Todd Fink, vocalista) “La gente quiere que hagamos más de lo que ya saben que somos capaces de hacer, por eso, ‘Fasciinatiion’ no es tan diferente de lo anterior. No tiene tanto reverb como ‘Wet From Birth’, y la producción está más ajustada a las canciones. Incluso, si miro ‘Wet’ con perspectiva, puede que estuviera demasiado pulido. Siempre hemos querido un sonido más crudo. Cuando escucho el nuevo disco no pienso que haya una diferencia muy grande con respecto al anterior, pero sí me parece que se acerca más a lo que nosotros queremos hacer”. Se han tomado un tiempo de cuatro largos años para tratar simplemente de ser un poco más ellos mismos. “Cada vez que grabamos un disco tardamos un año más. Espero que no ocurra de nuevo, porque eso haría que con el siguiente tardáramos cinco años”.
Aunque, claro, hay que pensar que puede que The Faint fueran el grupo con más proyectos paralelos del mundo en la mitad de esta década. “Hemos dejado la mayoría de esos grupos aunque unos cuantos tocamos de vez en cuando en Bright Eyes”. Todo se concreta y se reduce a lo estrictamente necesario. “Así nos hemos pasado cuatro años, pero, vamos, en el fondo siempre funcionamos de un modo parecido. Hacemos muchas canciones y las vamos juntando hasta que empiezan a parecerse a un álbum”. Y no les afectan en absoluto las modas que vienen y van. “Ten en cuenta que antes de 2004 ya dijeron que hacíamos electroclash, así que nos da igual que nos hagan formar parte de este o aquel estilo. La gente los necesita muchas veces para saber si les va a gustar lo que van a escuchar, y de todas maneras, grupos como The Rapture o !!! no eran tampoco nuevos, así que tampoco hubo nada propio y específico de aquel momento”. Aunque si le damos la vuelta a la pregunta, cuando dicen que practicas un estilo distinto con cada disco, también se puede pensar que refleja una cierta falta de lenguaje propio. “El tiempo nos ha ayudado con eso, incluso haciendo que esa falta de definición sea nuestra personalidad. Pasa con muchos grupos que llevan mucho tiempo. ¿Sabrías decirme qué tipo de banda son Radiohead, o qué hace Björk? No es fácil. Tienen su personalidad propia y eso es lo más importante”.
Lo que se mantiene como personalidad constante de The Faint es esa manera de hacer, ejem, canciones protesta que pasan por el colmo de la modernidad cuando la música independiente mundial, en términos generales, sigue sin aceptar que lo suyo vaya más allá del deleite estético más o menos profundo. “La verdad es que no tengo ni idea, porque como autor de canciones sé que nadie quiere oír canciones políticas, y no las haría si estuviera pensando en que quiero que me escuche la gente, pero hay grupos que me gustan que hacen canciones así como Fugazi. Me gustan las canciones que dicen algo más, que no solamente hablan de chicas y de amor. Cuando hago una canción, sólo me tiene que gustar a mí y funcionar con el grupo. Hay muchos modos para conseguir que la gente sienta algo, pero no es lo que me planteo”. Lo que se plantea Todd es el enfrentamiento clásico entre el hombre y la máquina, lo paradójico es toda la tecnología que han utilizado para expresarse. “Porque la tecnología no es algo malo, sino que más bien es nuestra oportunidad para huir un poco de este caos en el que vivimos, comunicarnos con los demás y hacerles saber la opinión que tenemos sobre muchos problemas que hemos creado como especie humana. Vamos a necesitar tecnología, por ejemplo, para abandonar el planeta, por lo que el disco es una compensación entre lo que está bien y lo que no. Pero no quiero decirle a la gente lo que pensar, sino que sólo les muestro cómo son las cosas”. Cómo son las cosas es que una amplia mayoría de los que leeremos esto, somos una herramienta para el ordenador y no al contrario. “Nosotros tenemos el control y debemos decidir lo profundo que dejamos entrar a la tecnología en nuestras vidas, y lo lejos que queremos colocarnos de las interacciones reales y la naturaleza. No damos soluciones pero eso es lo que nos gustaría que entendieran todos los que escuchen nuestras canciones”.

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