“La mayor novedad de este álbum es que, por primera vez, miro dentro de mí y no fuera para echar las culpas o hacer juicios".
Un animado Jonny Pierce atiende mí llamada. Le recuerdo la portada de hace unos años en la revista. “Llevaba una chaqueta verde y estaba muy serio en la foto”, comenta mientras ríe. Para lo que ha vivido estos dos últimos años, rupturas amorosas y profesionales, al norteamericano se le nota contento. Él mismo nos cuenta el via crucis que ha precedido a "Abysmal Thoughts ". “Hace un tiempo estuve viviendo en Nueva York con mi pareja, alguien con quien compartía mi vida y de quien estaba enamorado. Es más, pensaba que iba a vivir con él para siempre. Pero de repente todo empezó a desvanecerse. Eso me pasó justo cuando estaba escribiendo el nuevo disco, y me creó mucha confusión. Solo dos meses después de la ruptura, Jacob Graham, mi compañero en The Drums desde el inicio, me escribió un correo electrónico para decirme que abandonaba el grupo porque quería explorar otras áreas de la vida. En ese momento me sentí muy solo. Perdí mis dos pilares vitales en poco tiempo”. Pero la historia continúa. “Entonces decidí irme a Los Angeles para empezar de nuevo. Y aunque al principio fue algo aterrador, tuve la suerte de conectar con la ciudad. Me volqué absolutamente en la composición de las nuevas canciones. De hecho, casi se escribieron solas; me aparecieron como visiones. Desde "Portamento", no había repetido esa experiencia mágica a la hora de grabar un disco”. ¿Ha sido este el periodo más oscuro de su vida? “Depende de cómo lo mires”, comenta. “Es verdad que a primera vista todo lo que me ha pasado estos dos últimos años es muy jodido. Pero ahora solo te puedo decir que nunca me había sentido más a gusto conmigo mismo. Te explicaré por qué: necesitaba que esas cosas me pasaran. Que esas relaciones terminaran. Creo que no eran buenas ni para mí, ni para mi expareja y Jacob. Musicalmente me apoyaba demasiado en Jacob, buscaba su aprobación y que me sacará de mis dudas. Soy una persona muy insegura, algo que arrastro de los sentimientos anti-gay de mis padres. Esa mala época que viví de niño y adolescente me marcó para toda la vida”. Y añade, “nunca le hubiera dicho a Jacob que dejara la banda, pero cuando lo hizo, me invadió un sentimiento de paz interior. En el fondo, le daba la razón. Y en ese momento también fui consciente de que sería capaz de hacer un buen disco en solitario. Solo hay una cosa peor que estar solo, y es estar con alguien que se siente triste. Eso hace tristes a los dos”.
Lejos de ser un pozo oscuro sin fondo o un disco difícil, el cuarto álbum de estudio de The Drums supone un balón de oxígeno para el grupos después del algo disperso "Encyclopedia" (14). "Abysmal Thoughts" aúna visceralidad (sobre todo en las letras) con un acabado pop preciosista que a veces se anima por terrenos más experimentales. Pierce se enfrentó solo al proceso de grabación y ha salido fortalecido de ello. “Cuando estás por tu cuenta puedes probar cosas nuevas, jugar con otros elementos. En este disco he utilizado el saxofón, trompetas, cencerros… muchas cosas que no había usado antes. Sentía que podía experimentar con todo. A nivel lírico, es la primera vez que hablo directamente desde el corazón. He sido más específico y personal que nunca. Cuando eres capaz de ser claro con tus emociones, pasa una cosa maravillosa: la gente conecta contigo”. Pierce profundiza un poco más en eso de la claridad lírica. “La mayor novedad de este álbum es que, por primera vez, miro dentro de mí y no fuera para echar las culpas o hacer juicios. Antes mis canciones iban de señalar con el dedo y decir ‘tú me dejaste’, ‘tú me hiciste daño’ o ‘tú me mentiste’. Jugaba a ser la víctima. Y en Abysmal Thoughts al fin miro en mi interior y tomo la responsabilidad de lo que me pasa. Y no sé si eso hubiese pasado de no haberme quedado solo. Ha sido un proceso increíble y muy terapéutico; en este disco me hago preguntas a mí mismo y no a los demás”.
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