Es el penúltimo concierto de la gira Wintercase y cuando entro en el backstage me encuentro al grupo con gesto lánguido y cariacontecido: la carretera y el sueño han rematado la moral de unos músicos que pocos días antes tenían que dejar buena parte de sus instrumentos en la carretera. (Nate Query, bajo) "Tuvimos un problema de camino a Barcelona hace tres días. El autobús se averió a la altura de Francia. Toda la banda nos metimos en un minibús y trajimos solamente los instrumentos que cabían, que resultó ser uno por cabeza, cuando normalmente llevamos al menos dos o tres cada uno".
"Me identifico más con el concepto de trovador que con el de artista"
El concierto se resiente en sus comienzos de esta situación, pero poco a poco van recreando ese ambiente vodevilesco que apunta el título de esta entrevista, entremezclado con pop de fina factura hasta culminar con la excelente "The Mariner´s Revenge Song", la única pieza en toda la noche que permitió vislumbrar la idea que yace detrás de un grupo como The Decemberitsts: algo parecido a pequeñas obras de teatro (Colin Meloy, cantante y guitarrista). "Yo creo que más que pequeñas obras de teatro son como historias. Es importante que todas ellas tengan su principio y su final, eso ocurre también con las canciones. No es que estén teatralizadas ni nada, pero si que tienen algo de historias".
Una manera de entender la música propia, sin renunciar a las melodías, ni a la creación musical, pero entremezclándola, equilibrando importancias como finalmente reconoce Colin Meloy, con una fantasiosa capacidad para crear historias. Como una especie de vodevil, pero del revés. Esperemos que su aventura multinacional no acabe con todo eso.De todos modos es inevitable pensar que la presencia de un lenguaje tan retorcido y retórico (Meloy estudió literatura), la utilización de una gran variedad de instrumentos al servicio de estilos tan teatrales como la polka, y muchas cosas más se ponen a las órdenes de la evocación de una narración que el líder de la numerosa banda se encarga de convertir en arte. (Colin) "Me identifico más con el concepto de trovador que con el de artista. Tocamos canciones pop, por eso muchas veces te denominan artista, nada que ver con nuestro sentimiento real salvo por el hecho de trabajar tanto, los horarios… (risas). La canción suele iniciarse con una idea que alguien tiene y a partir de la cual nosotros creamos la canción. La melodía aparece, se ajusta y estructura estilísticamente como todos pensamos que debería. En versiones posteriores, sugerimos una cierta manera narrativa". (Ezra Holbrook, batería) "Este año creo que definitivamente hemos llevado nuestro show a un nuevo nivel, sobre todo en cuanto a las actuaciones o performances. Nos faltan la mayoría de nuestros instrumentos esta noche, pero especialmente en Estados Unidos, cuando tenemos todo nuestro equipo, todo allí arriba... es demasiado. Llevamos incluso un sexto miembro, todo en un esfuerzo por conseguir reproducir el ambiente creado por todos los instrumentos en el directo". (Petra Haden, violinista y coros) “Mucho de ello se debe a Chris (Walla, de Death Cab for Cutie y productor del álbum). Tiene cierto gusto por tocar instrumentos raros. Además esta vez teníamos más tiempo y un mejor entorno para grabar el álbum. El experimentar con todo tipo de cacharros hizo el proceso muy ameno y divertido. Incluso tuvimos tiempo para incorporar músicos que dominaran la cuerda y otros instrumentos como el saxofón, y pudimos tomar prestados instrumentos de otras bandas… Simplemente aparecíamos con cada vez más ideas. Creo que fue el ambiente relajado del estudio lo que inspiró todo eso”. (Colin) “Sí, de eso se trataba. Convertir el sonido en algo parecido a una posesión, algo nuestro. Teníamos trompetas y vientos y otros instrumentos y esa enorme campana que cuelga de los techos de las iglesias. Todo ello fue a unirse para crear ese momento cumbre (risas). Usamos instrumentos que pudieran dotar a las canciones de caracteres muy diversos".
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