The Damned nos visitan de nuevo. Será la próxima semana en una gira en la que los británicos celebran sus cuarenta años como banda. El tour les llevará el 13 de diciembre a Barcelona (Razzmatazz 2), el 14 a Valencia (Loco Club), el 15 a Madrid (Arena), el 16 a Vitoria (Jimmy Jazz) y el 17 a Gijón (Teatro Albéniz). Con Dave Vanian, Captain Sensible, Monty Oxy Moron, Pinch y Stu West en la formación. Y con la promesa de un nuevo álbum, previsiblemente autoeditado.
¿Qué se siente al editar el primer single y el primer álbum pura y claramente punk en Inglaterra y, lo que es mejor aún, adelantarse a Sex Pistols?
Los managers podían ser rivales entre sí, pero nosotros, The Clash y Sex Pistols, manteníamos buenas relaciones. Asistíamos siempre unos a los conciertos de los otros, y dormíamos unos en casa de otros. Nuestro primer single, “New Rose”, se adelantó seis meses al resto de lanzamientos de los otros grupos posiblemente porque mientras ellos estaban esperando ser fichados por grandes sellos, nosotros decidimos hacer lo propio con una pequeña discográfica independiente, Stiff Records, dando ejemplo de actitud punk. Las bandas que estábamos dentro de este sello nos ayudábamos entre sí. Todo era muy cercano. Nos produjo Nick Lowe. Seguramente, si hubiésemos esperado a ser fichados por un gran sello y gestionados por un productor de moda podríamos haber vendido más discos, pero soy más feliz cuando doy conciertos que cuando estoy tirado en casa viendo la tele mientras recuento lo que he ganado.
La plantilla actual de The Damned recrea a la perfección el primer material que grabamos; sin embargo, cada actuación resulta completamente distinta. En cierto aspecto, hemos vuelto a la carga en respuesta a la música autoprogramada que alimenta a los jóvenes hoy en día. Un concierto de Damned es una salvaguardia frente a esta situación.
Si tuvieses que quedarte con una etapa de tu carrera, ¿Cuál sería?
Antes de comenzar a tocar en The Damned me dedicaba a limpiar retretes en una sala de conciertos que había en Croydon, se llamaba Fairfield Halls. Solía limpiar unos catorce baños al día salvo los domingos, que echaba una mano en los conciertos. T Rex tocaron en uno de ellos, y Marc Bolan tenía a unas dos mil hembras gritando sin cesar a su alrededor. Al día siguiente me fui a comprar una guitarra porque pensé: “A la mierda los retretes, yo quiero su trabajo”. Dos años después, Bolan vio una foto de The Damned en la que yo llevaba una camiseta de su banda, y nos llamó para telonearles en una gira importante que tenían planeada en Reino Unido… y ese fue el mejor momento de mi carrera. Se portó estupendamente con nosotros, compartiendo el autobús de las giras y aconsejándonos en aspectos como las grabaciones… Y cuando el resto del equipo se encontraba comiendo en un café de carretera, Marc estaba haciendo footing alrededor del edificio, intentando mantenerse en forma. Desgraciadamente, semanas después moriría en un accidente de coche. ¡La vida puede llegar a ser muy cruel a veces!
Este año volvéis a repetir… ¿Qué es lo que más te gusta de tocar en Madrid?
Estamos muy ilusionados con la idea de volver de nuevo a España, especialmente después de haber estado durante un mes en Inglaterra aguantando un tiempo horrible… Madrid es famoso por sus restaurantes y su vida nocturna, y eso es precisamente lo que buscamos. Hace cuarenta años nos hubiéramos conformado con trasegar bebida barata, preferiblemente en grandes cantidades… Pero ahora nos hemos hecho mayores, y la gastronomía nos atrae más. Una de mis aficiones de toda la vida es montarme en el transporte público de cada ciudad que visito, y como he estado en muchas a lo largo de todos estos años, he podido ofrecer mis servicios como asesor si alguna autoridad local ha necesitado consejo. Lo primero que haré cuando llegue a Madrid va a ser sacarme un bono de día y recorrerme las líneas de metro. Una de las cosas que he sacado en claro al viajar por ciudades como Madrid, París o Hamburgo es que el metro de Londres es uno de los más caros del planeta… Sé que esto no suena muy punk, pero recuerda que una de las reglas básicas del punk es que en el punk no existen reglas básicas. Inglaterra podrá haber votado a favor del Brexit, pero yo me siento más en sintonía con la comunidad punk que con los habitantes de mi país.
¿Cuál es tu opinión acerca del punk rock actual? ¿Hay algún grupo que te llame especialmente la atención?
Lo mejor del movimiento punk es el hecho de poder formar una banda dos días después de haberte comprado tu primera guitarra. Los aspectos técnicos no son lo más importante. Grupos como The Damned no son precisamente el futuro del punk, sino que comenzaron más bien porque sentían la necesidad de expresar algo nuevo. El mundo necesita ahora más que nunca canciones protesta en un planeta amenazado por las guerras y la artillería militar, y creo que el punk podría ser una buena herramienta para posicionarse en contra a ello. El Blackpool’s Rebellion Festival se ha hecho cada año más grande. Actualmente hay seis escenarios con bandas actuando todo el día. También hay un montón de adolescentes. El punk podría no tener actualmente mucha repercusión, pero hay un montón de bandas dispuestas a darlo todo… igual que pasa con el hip-hop y el rap, es música de la calle con mensaje.
¿Cuál es tu secreto para mantener el mismo nervio que hace cuarenta años?
No comer carne roja. Tienes que tener cuidado con eso, especialmente dentro de Inglaterra. No entiendo por qué la gente sigue los hábitos de Estados Unidos, cuando está claramente comprobado que son estúpidos. Hace cuarenta años podía comer y beber cualquier cosa… Gracias al cielo, en los setenta no existía Youtube, por lo que no se pudo dejar constancia de las correrías etílicas que nos montábamos en cada concierto. Actualmente, adoro el bello sonido que profiere mi Gibson SG, y me lo paso realmente bien tocando en directo. Y, por supuesto, todavía sigue resultando divertido el hecho viajar y probar distintos tipos de cervezas cada día. Solo que ya no catamos tantas como antes. La energía del directo nace de las canciones y del público. Me sorprendo a mí mismo a veces cuando he tenido que estar viajando durante todo el día y, por la noche, el concierto se desenvuelve de forma enérgica y potente. Un concierto de los Damned jamás puede resultarte aburrido.
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