The Cult publicaron “Hidden City” el año pasado, un disco fabuloso que miraba de frente al rock clásico de los setentas, ese que oficializaban Led Zeppelin o The Doors (evidente la conexión tras el paso de Ian Astbury por las filas de Riders Of The Storm). Repitieron por quinta vez con Bob Rock, quien a su vez podría considerarse el quinto miembro de la banda, y con John Tempesta a la batería, que va ganando peso en la formación. “Hidden City” completa además una trilogía que gira en torno a la espiritualidad y que empezó con “Born Into This” (07) y siguió con “Choice Of Weapon” (12), para concluir ahora. “Mi carrera simboliza cuál es la manera en la que vivimos. Cuando empezamos éramos jóvenes, salíamos en la MTV y vivíamos en una cultura distinta. En aquel momento lo material tenía mucha importancia porque querías ser el primero en llegar a la meta, sin embargo estaba todo todavía por hacer. Quería sentir que todo era real y que estaba viviendo grandes experiencias. Pero lo que ocurre es que, al final, con el paso de los años te das cuenta de que lo único que realmente importa son las relaciones que has establecido con otras personas a lo largo de los años. Y eso es lo que tendremos cuando muramos, es lo que quedará por encima de cualquier otra cosa”, comenta Astbury.
“Hidden City” se abre con “Dark Energy”, una pieza rocosa que establece las bases sobre las que se cimentará el disco, lo cual no impide que se cuelen canciones como “Deeply Ordered Chaos”, en la que la banda ha trabajado mucho las melodías, con la omnipresente guitarra de Billy Duffy captando el protagonismo y tratando un tema tan complicado como los ataques a Charlie Hebdo en París. “Lo que realmente importa es el momento en el que vivimos. Buscamos vivir historias sensacionales, pero tampoco podemos olvidarnos de todo el dolor que hay a nuestro alrededor. Tenemos que prestar atención a los cambios que provocamos con nuestras decisiones, al dolor que le causamos a los animales... Queremos estar siempre en el punto más alto y mirar al resto del mundo desde arriba, pero para mí la verdadera clave de la vida está en tener una visión cinemática y que vivamos nuestras experiencias personales como un verdadero regalo que nos hace la vida”.
Cada disco que han publicado The Cult a lo largo de su carrera es distinto al resto, incluso los proyectos paralelos de sus miembros han tomado caminos muy diferentes. Da la impresión de que a Astbury y Duffy no les asusta explorar las posiblidades de su música ni cambiar su registro, que incluso se acercó a la electrónica en “The Cult” (94). “Yo confío en mi propia creatividad, ese es mi secreto. En ‘Hidden City’ hay más canciones al piano. Es un disco más íntimo y para mí ese era otro reto. Es cierto que anteriormente experimenté con la electrónica, pero de eso hace ya mucho tiempo y para mi no era tan extraño meter samples. Los resultados están ahí y todo el mundo puede valorarlo, pero quiero continuar evolucionando constantemente. No quiero tener cámaras todo el día encima mío, observando, prefiero actuar y salirme de los focos cuando me sea posible para trabajar en mis canciones. En el fondo, lo que más me interesa es que mi voz crezca y que nuestra actitud sea la correcta”.
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