¿Todo cambia menos vosotros que seguís siendo fieles al Rhythm and Blues después de tanto tiempo?
La banda permaneció activa desde 1988 a 1998, año en el que grabamos “Ten long years”, nuestro tercer trabajo discográfico, e inmediatamente después nos disolvimos. Volvimos a los escenarios en 2013. En esos 15 años separados han cambiado demasiado las cosas y no me refiero sólo a nivel musical. No obstante, nuestro espíritu continúa siendo el mismo: el blues y el Rhythm and Blues son el punto de partida y la clave para entender nuestra música. En “Everything is changing” hay una revisión constante de este género desde una óptica muy amplia; puedes encontrar R&B, blues con pinceladas country, soul-rock, baladas soul, boogie, blues de New Orleans…
¿Qué tiene la música negra -el soul y el blues clásico- para que siga sonando fresco en 2016?
Creo que la buena música, como el buen vino, envejece mejor con el tiempo. Por suerte, las canciones escritas con el alma están exentas de anacronismos y siempre gozarán de una eterna y saludable juventud. En la actualidad hay un revival de la música negra, sobre todo del soul y del R&B dentro del mainstream y del underground, cosa que no ocurría a finales del siglo pasado, época en la que Los Allnighters éramos una rara avis dentro de la escena musical vasca, estatal e incluso europea.
Vuestro regreso a la actividad musical se cuajó en el Mojo Workin´ de 2013. ¿Entonces se os pasó por la cabeza que acabaríais grabando un disco?
No, en ese momento nuestra intención era ofrecer unos cuantos conciertos y ver cómo reaccionaba el público. Desde esa fecha hemos tocado en más de 30 ocasiones y hemos tenido una respuesta muy satisfactoria. Con el tiempo nos hemos dado cuenta de que teníamos una deuda pendiente con nuestro público de siempre y con nuestros nuevos adeptos. Queríamos plasmar en este LP los nuevos temas que habíamos compuesto en esta nueva etapa.
¿Es la primera vez que abordáis problemas sociales y políticos? Pintáis un panorama negro: “No hay dinero ni esperanza”.
No es la primera vez que hablamos sobre problemas sociales, anteriormente teníamos un blues titulado “Unemployed man blues” que trata el tema del paro; “Feel like a fool” sobre la alienación en las cadenas de producción; “Blockheads” sobre el racismo; “Damn Sham” sobre la manipulación desde algunos medios de comunicación... The Allnighters hemos sido un grupo comprometido con la actualidad y con los problemas que nos atañen y así lo hemos reflejado en las letras. Cuando escribo “no hay dinero, no hay esperanza” me estoy refiriendo a un momento en el que la crisis nos estaba golpeando duramente, donde diariamente recibía noticias sobre desahucios o amigos que se habían arruinado y tenían que reinventarse de nuevo para dar sentido a sus vidas. Ciertamente es un panorama bastante desolador.
"La buena música, como el buen vino, envejece mejor con el tiempo"
¿España tiene remedio?
Sinceramente, no sé si tiene remedio… Un país donde una comunidad autónoma se quiere independizar porque quiere ser otra nación y el Gobierno central hace caso omiso al problema; donde parte de sus políticos campan a sus anchas y se codean con la corrupción sin ningún tipo de complejo; con los índices de paro más altos de todo Europa; donde sus políticos no se ponen de acuerdo para formar un gobierno estable; con una tasa elevadísima de fracaso escolar y donde los jóvenes tienen un futuro incierto… Sinceramente, no sé si lo tiene.
No sólo habéis grabado en los estudios Perrotti de Gijón, sino que habéis dejado a Jorge Explosión el mando de la producción. ¿Qué es lo que os ha aportado la inmersión asturiana?
La relación con Jorge viene de lejos (el primer concierto de Dr. Explosion fue teloneando a The Allnighters). Realmente, Jorge no ha estado al mando de la producción, sino que ha sido un trabajo conjunto de la banda junto a él. En muchas ocasiones ha vaciado porque teníamos demasiadas ideas; es decir, ha hecho una tarea de limpieza, y en otros, ha propuesto arreglos rítmicos y melódicos. Hemos logrado un sonido compacto y adecuado a nuestras necesidades porque Jorge tiene en su estudio una extensa colección de amplificadores, instrumentos de todo tipo, pedales y efectos antiguos con los que hemos disfrutado un montón.
Los asturianos suelen decir -medio en broma medio en serio- que lo que nos une con ellos es que Cantabria está en medio.
¡Jajaja! No tenemos problemas con eso. Desde que comenzamos nuestra andadura en 1989 hemos tenido muy buena relación con Cantabria. De hecho, uno de nuestros primeros conciertos fue en Santander y desde siempre Los Deltonos fueron una de nuestras referencias.
¿Hay The Allnighters para rato o el disco es el final de una segunda etapa de la banda?
The Allnighters tenemos cuerda para rato. Estamos viviendo un momento muy dulce donde la banda suena como nunca, rebosamos energía en el escenario y en nuestros directos solemos ir acompañados por una gran sección de viento. Tenemos 5 fechas para presentar el disco: el 31 de octubre en la Sala Sol de Madrid, el 12 de noviembre en el Ateneo Arriola de Elorrio, el 16 de diciembre en el Bukowski de Donostia, el 17 de diciembre en el Lobiano Kultur Gunea de Ermua, el 23 de diciembre en la sala Fever de Bilbao y el 30 de diciembre en el Hell Dorado de Gasteiz, y varias ofertas pendientes de cerrar. Hemos preferido presentar primero el disco en casa y luego tocaremos por todo el Estado y, si hay suerte, por Europa.
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