Empecemos con una pregunta de introducción ¿Qué es Terrae y qué sonido busca crear con su música?
Terrae es mucho más que música. El concepto de Terrae es multidisciplinar: un juego audiovisual que incluye música y danza, entre otras disciplinas. La idea principal es que no es solo música, sino un espectáculo global. Musicalmente, buscamos acercarnos a una propuesta diversa, electrónica y global, que combina diferentes estilos, culturas y sonoridades. Queremos mostrar la diversidad musical y encontrar en Terrae un nexo de unión, un enlace entre la música de raíz y muchas sonoridades del planeta. Son sonidos que quizá nunca se escucharían en Europa si no fuese por grupos como el nuestro, que los mezclamos con música electrónica para llevarlos a la pista de baile.
La primera vez que os vi fue en el Festival de la Luz en Boimorto, un escenario en pleno rural gallego. Ahora comenzáis fechas pasando por lugares como el Jazztrónica de Barcelona o el Círculo de Arte en Toledo ¿Tocar en casa implica algún tipo de contraste ?
Nuestro espectáculo no es cerrado. Siempre adaptamos mucho el concierto al espacio. No es lo mismo tocar a las dos del mediodía que a la una de la madrugada, o en un espacio cerrado que al aire libre. Variamos las canciones y los audiovisuales. Por ejemplo, en el concierto de Toledo, en el Círculo de Arte, presentaremos nuevos visuales en formato vertical. No es un pack fijo; es un proyecto muy vivo que evoluciona constantemente.
¿Por qué decidisteis mezclar la música de raíz con electrónica? ¿Qué influencias del world music os resultan más interesantes para vuestro proyecto?
Venimos de una trayectoria musical de muchos años. Hemos crecido con mucha world music, y llevamos trabajando con música electrónica desde hace 30 años. Creemos que es una fórmula casi perfecta: la mezcla de un world beat con la electrónica. Nos inspiramos en artistas de los 90 como Natasha Atlas o Afro Celt Sound System. Cuando éramos jóvenes, recogíamos referencias de aquí y allá, aprendíamos, y hay cosas muy interesantes que hemos integrado en nuestro proyecto.
Estáis consiguiendo que el público entienda y consuma tradición en un mercado que limita mucho.
A mí me gusta lo que hacemos, pero no sé si somos muy tradicionales. En ninguno de nuestros proyectos hemos estado en el mercado mainstream. Estamos más enfocados en hacer arte y buenas canciones, sin preocuparnos demasiado por si se venden o no.
En vuestros sets suenan olas, sonidos de pájaros, lluvia... ¿Cómo conseguís esos recursos naturales y cómo es el proceso de incorporarlos en la producción?
Normalmente, son grabaciones que hacemos nosotros mismos. Vivimos en el campo y, si queremos sonidos de una cacatúa o una ballena, recurrimos a librerías. Pero muchas de las sonoridades las grabamos en el pueblo. Somos muy fans de los paisajes sonoros y nos gusta que formen parte de nuestra música.
De todas las formas que podíais haber elegido para mantener vuestro anonimato, ¿por qué decidisteis estar detrás de dos gigantes máscaras del entroido, el carnaval gallego?
Teníamos cercanía con un artesano de máscaras de entroido y nos pareció un símbolo original y poco visto. El carnaval gallego es algo muy representativo de la cultura, y queríamos incorporarlo a nuestra identidad. Además, para nosotros lo importante no es el artista, sino lo que hacemos con la música. Las máscaras, aunque fantásticas y hechas a mano, son un suplicio: pesan hasta un kilo y provocan dolor de cuello. Sin embargo, tienen mucha personalidad y representan nuestro mensaje de igualdad con todos los seres vivos. No queremos destacar por quién está detrás de las máscaras, sino por lo que creamos juntos.
Después de tres años publicando música, este año habéis lanzado vuestro primer LP ¿Cómo valoráis el proceso creativo?
Cada proceso de grabación de una canción de Terrae requiere mucho estudio. Por ejemplo, cuando hicimos nuestro primer sencillo, "Semen", que fue una cumbia, estudiamos los orígenes del género. No hacemos canciones porque sí. Eso sí, no somos puristas: en una canción africana pueden aparecer txalapartas vascas o instrumentos asiáticos. Nuestro espacio creativo es muy libre y permite que confluyan diferentes sonoridades y culturas, pero siempre con un trasfondo.
"Las máscaras nos representan como iguales entre los seres vivos"
La voz de Nastasia Zürcher os acompaña en varias de vuestras grabaciones y directos ¿Qué aportas al proyecto de Terrae?
Aporto un instrumento más, además de letras, lo que contribuye a la temática y contextualización de las canciones. También intento transmitir un sentimiento y llevar el hilo más profundo de lo que queremos expresar. Para mí, es un honor formar parte de un proyecto como este porque me identifico mucho con la fusión de estilos, aunque yo venga del neosoul. Además, soy la única cara visible. El año pasado ganamos el Martín Códax de la Música y me dijeron: "Nasta, vente tú, que nosotros no hablamos".
En vuestros shows se respira una energía increíble y muy diferente al directo de cualquier otro artista ¿Qué buscáis transmitir más allá de disfrutar la música?
Es muy bonito ver a la gente bailar desde un lugar especial. Es como una sensación de liberación, un lugar seguro donde expresarte corporalmente sin importar la edad o el estilo. Muchos niños, cuando vienen, bailan brutalmente. Terrae tiene una gran parte espiritual también. Entendemos la música como parte de nosotros mismos; creamos canciones para que sean una especie de trance, que no solo hagan bailar, sino que profundicen. Buscamos un baile horizontal, pero también vertical.
La música en catalán está viviendo un resurgimiento con nuevos artistas como Mushka o Julieta. También en Galicia hay cada vez una escena emergente más grande y consolidada, con artistas como Fillas de Casandra o Lontra, con quien colaboráis en vuestro último trabajo ¿Cómo veis el futuro de la música en gallego y qué tiene Terrae que aportar a esta?
La música en gallego está viviendo un auge porque, antiguamente, la tecnología no permitía tantas posibilidades. Antes, se hacía con instrumentos muy tradicionales. Ahora que la electrónica está al alcance de todos, hay muchos grupos que la usan para llevar la música tradicional a nuevos horizontes. No solo en la electrónica: también artistas como Antía Muiño o Catuxa Salom están destacando. La música electrónica ha permitido que muchas personas, con un sampler y un portátil, puedan componer con pocos recursos, y por eso ha pegado un boom tremendo. Aunque los porcentajes de hablantes de gallego son bajos, en nuestro entorno vemos que los artistas disfrutan enormemente cantando en gallego y reivindicando su cultura. En Terrae, apoyamos las lenguas de todos los pueblos porque creemos que son la bandera de cada cultura.
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