“Women As Lovers” es el nuevo artefacto de agitación sonora de los norteamericanos Xiu Xiu, una banda tan fascinante como inclasificable, capaz de bautizar a su nuevo retoño en honor a una inquietante novela de la premio Nobel austriaca Elfriede Jelinek, editar un disco de remezclas a cargo de gente tan dispar como Devendra Banhart, Her Space Holiday o Marissa Nadler (el también reciente “Remixed and Covered”, editado hace escasos meses), y, sobre todo, remover estómagos y avivar los sentidos con discos tan turbadores como magnéticos. Y ya van seis.
"No queremos formar parte de nada que no sea nuestra música" |
En el último, que no es una excepción a la regla, colabora Michael Gira haciendo una versión de “Under Pressure”, el tema popularizado por David Bowie y Queen. Jamie Stewart, principal mente pensante del combo californiano, nos explica sus pormenores. Y, pese a lo dicho hasta ahora sobre su último retoño, no cree que sea este necesariamente su trabajo más accesible y pulido. “Nunca pienso en los discos en esos términos. Ni siquiera me corresponde a mí afirmar si es más accesible que los demás. Intentamos hacer buena música, no que sea accesible u obtusa. Cada disco nuestro es el mejor dadas las circunstancias del momento en que lo hacemos”. Es de suponer que la novela de Jelinek, que sirve para bautizar al álbum, aporta algo más que un simple título. “Sí, porque trata sobre el horror de la obligación social de estar en una relación violenta y al mismo tiempo aceptar la presión social para considerar el amor como un fin en la vida, pese al daño inherente que puede causar. Mientras lo leí me di cuenta de que, intelectualmente, eso también se me podía aplicar a mí. Me porté mal con una persona un poco antes, pero al mismo tiempo aprecié el hecho de estar comenzando la primera relación en mi vida a la que puedo calificar de buena. El libro se convirtió para mí en una codificación de algo contra lo que luchar, una forma de actuar a la que no quiero volver”. Pese a no haber sido nunca un grupo con influencias demasiado evidentes, llama la atención que el oscuro y amenazante discurso proto-electrónico de Suicide no se suela citar entre sus influencias. “Me gustan pero no los considero capitales para nosotros. Aunque sí he de reconocer que hace poco escuchamos una versión de ‘Frankie Teardrop’ de veinticinco minutos, cada día en nuestra furgoneta, durante una gira de dos meses”. ¿Y entre coetáneos resulta más sencillo sentirse parte de una escena o encontrar puntos de conexión? “No. No queremos formar parte de nada que no sea nuestra música, siempre que la gente pueda extraer algo de ella”. Por otra parte, no resulta difícil captar -más allá de la colaboración de Michael Gira en esa versión de “Under Pressure”, por otra parte no demasiado irreverente para sus parámetros sonoros- que algunos temas escapan ya de esa casi violenta confrontación de sentimientos extremos que han convertido en marca de la casa para adentrarse en temáticas más generales, con el punto de mira en el contexto internacional. Es el caso de “Guantanamo Canto”, un tema que no puede ser interpretado más que en clave de crítica a la tan denostada política exterior de su país. ¿Merece credibilidad que hoy en día hasta el aspirante republicano, John McCain, aproveche la corriente a favor y abogue en público por la supresión de la infame base militar norteamericana? “¿De verdad lo ha dicho? No estaba muy al corriente de eso, y tampoco tengo mucha fe en ese repentino acceso de progresismo. Son cosas que la gente dice en época de elecciones. Aun así, espero que en ese sentido las cosas vayan mejor poco a poco. Es lo único que cabe pedir”. Cabe pedir eso, y sobre todo que sigan facturando colecciones de canciones tan singularmente preñadas de hechizo como las que marcan los surcos de “Women As Lovers”.
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