Dos años después, regresan con un nuevo trabajo, "The Closer You Get" (Mantra/Everlasting, 00), mucho más oxigenado y directo. Y también, por qué no decirlo, menos arriesgado y más convencional. Recién llegado de Nottingham, el cantante y guitarrista Chris Olley -acompañado del batería Chris Davis y con el campo de visión privilegiado que le otorgan sus dos metros de estatura-, relata el porqué de este cambio. "Hemos intentado comprimir los temas para que sean más accesibles. Escuchamos mucho punk mientras estábamos en el estudio" . Y lo han conseguido, desde luego, pero en el camino se han dejado esa malsana y descriptiva intensidad que poseía su primer álbum. Un disco, parece ser, concebido con cierto ánimo contestatario, habida cuenta de la grisácea situación por la que, desde mediados de los noventa, atraviesa el pop británico. "Nunca olvidamos el punk, desde el primer momento nos consideramos un grupo punk. Cuando salió nuestro primer disco el brit-pop estaba en declive y decidimos hacer canciones así de largas como respuesta a eso, pero hasta que el brit-pop no estaba completamente de capa caída no conseguimos un contrato" . Precisamente en esos momentos Radiohead se sacudían el sambenito de grupo del montón con "OK Computer". El apunte no es baladí, créanme. Al escuchar este nuevo trabajo uno piensa inevitablemente en -esto sí que es curioso- los dos primeros discos de la banda de Thom Yorke. El techo del pop británico no parece estar de acuerdo. "No estamos influenciados por Radiohead... se juntó todo: la decadencia del brit-pop y esta nueva forma de componer haciendo temas largos. Pero todas las virtudes y ambientes del primer disco siguen estando en temas como ‘English And A Broken Radio’ o ‘Ten Places To Die’" . Precisamente esas son las canciones que más se aproximan a su primer álbum, pero en "My Life Is An Accident", por ejemplo, uno cree estar oyendo a Smashing Pumpkins. Lo cual no ha de ser necesariamente negativo, ni mucho menos. Más bien, podemos entender este nuevo trabajo como el complementario de su debut. Echaremos de menos unas cosas, pero encontraremos otras del todo satisfactorias. Sentado en una silla repentinamente empequeñecida ante tamaña envergadura, Chris mueve sus manos -grandes como un parasol grande- mientras da por cerrado el asunto. "Como músicos no podemos forzarnos a componer algo que no sentimos. Prefiero dejarme llevar por lo que siento en cada momento" . Pues ya está, Chris, ya está...
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