"Creo que ya he explorado muchísimo el reggae más clásico"
EntrevistasSr. Wilson

"Creo que ya he explorado muchísimo el reggae más clásico"

Paula Durà Egea — 17-01-2021
Fotografía — Belén Natalí

Sr. Wilson lleva tiempo recogiendo sus flores más preciadas dentro del campo musical para presentar su último EP. Este ramo compuesto por “4 Flores” (Guspira, 20), nombre de la mixtape, apuesta por un cambio de género, sin dejar atrás su esencia personal con la que lleva en el panorama musical más de diez años. “Aire”, “Marco”, “Libre” y “Ella” son el resultado de tres años de tanteo de otros estilos junto de la mano del productor Genís Trani.

¿Cómo estás? ¿Cómo te ha llegado la respuesta del público a “4 Flores”?
Bastante buena. Estaba un poco nervioso porque al final es un cambio de estilo y tenía que mantenerme a la expectativa. Obviamente, cuando haces un cambio de género hay un pequeño riesgo, entre comillas. Pero, ya te digo, la respuesta es muy buena, en general. Así que estoy contento. También hay algunos detractores o puristas que siempre esperan que saques la misma música o que estarás siempre en la misma casilla del tablero, si se permite la metáfora. Pero son lo mínimo.

“Quería moverme más por las vibes y por el tipo de música que tengo ganas de probar, sin límites”

Repasando tu trayectoria, escuchando canciones pasadas como “Cambio de mentalidad” o “Pedro el permanente”, se puede entrever un cambio en tu estilo. Se puede decir que has ido añadiendo diferentes sonidos, creando esta sinergia. Teniendo en cuenta que tu música está muy arraigada a la cultura musical jamaicana desde siempre, con tonos sobre todo de reggae, también dub, dancehall... En todo este popurrí de géneros, el nuevo EP tiene mucha versatilidad de melodías. ¿Cómo ves la evolución en cuanto al sonido de Sr. Wilson?
Yo creo que es muy natural. Hace mucho tiempo que escucho este tipo de sonoridad, afrobeat, afro pop nigeriano y a la vez también escucho mucho de rap, hip hop. Siempre he estado muy conectado tanto con los clásicos más de los noventa como con todas las mezclas que se están haciendo hoy en día de artistas muy diferentes. Entonces creo que para mí lo incongruente a nivel personal y a nivel artístico era estar escuchando un tipo de música y hacer otra completamente diferente. Creo que ya he explorado muchísimo el reggae más clásico. Todo y cambiando un poquito, añadiendo nuevas sonoridades, diferentes tratamientos de voz u otro tipo de melodía y de estructuras vocales y así, creo que como tú dices se puede notar mi esencia.

A menudo tendemos a meterlo todo dentro del paraguas de música urbana, por ejemplo.
Hay esta etiqueta, hay la etiqueta del rap, la del reggaetón, hay muchas etiquetas, pero lo que yo estoy haciendo ahora a nivel personal, al menos como lo siento, es deshacerme de las etiquetas precisamente. Quería moverme más por las vibes y por el tipo de música que tengo ganas de probar, sin límites. Sin pensar si le gustará esto a la gente, y sin hacer aquello que se supone que tendría que hacer. El hecho que te encasillen dentro de un género, a los artistas nos provoca, y te hablo desde mi punto de vista personal, un estancamiento, un encasillamiento y creo que ningún artista quiere esto en su trayectoria artística. Yo siento que voy por el buen camino.

Veo que no te gusta mucho poner etiquetas… Aunque hoy en día, necesitamos categorizar los artistas dentro de los diferentes géneros que ofrece la música. Así pues, dentro de esta manía de encasillaros, muchos de vosotros os movéis en espacios originalmente no vuestros, es decir, tu base es de raíz negra, ¿cómo ves esto? El hecho de crear cultura de raíz ajena.
Si te refieres al tema de la apropiación cultural, creo que es un debate necesario porque al fin y al cabo somos nosotros quienes adoptamos estas culturas que no nos pertenecen. Desde mi punto de vista lo importante es ser consciente de lo que estás haciendo y de donde viene esta cultura que obviamente no es naturalmente tuya, ¿no? Brindar un espacio y visibilizar un poquito los herederos, entre comillas, originarios de estas culturas, ya sea afrodescendientes o latinos. A la vez también pienso, obviamente, que la música no pertenece a nadie. Aun así, debemos hacer un discurso y un aprendizaje interior todos los que nos dedicamos a esto. Yo, por ejemplo, soy un blanco haciendo reggae que es una música que sale del gueto jamaicano por una denuncia social de injusticia, así describiéndola un poco a grandes rasgos. Así que, un poco de autoconciencia autocrítica y un poco de construcción para ser consciente de dónde venimos.

"La vulnerabilidad es positiva y te permite aceptar y hablar sobre emociones. He tenido algunas vivencias los tres últimos años que naturalmente me han llevado a querer hablar".

Las cuatro flores que has hecho crecer, junto con el productor Genís Trani, con quien ya has trabajado en otras mixtapes, tienen un tono más íntimo. Sobre todo la penúltima canción, “Marco”, en la que hablas de las dos visiones dentro de una relación... ¿Qué nos puedes decir?
Si miras un poco mi catálogo tengo mucha música en inglés o jamaicano europeizado, entonces uno de mis objetivos ha estado recuperar un poco el castellano para poderme expresar a un nivel más íntimo y personal que con el inglés no soy capaz de llegar. Sobre todo a la hora de hablar de emociones, vivencias personales que también necesitan visibilización. A menudo, en el mundo de la música, se expone una visión muy masculinizada de los sentimientos. La imagen de la vulnerabilidad está muy ligada a la debilidad, pero es que hablar de sentimientos no tiene nada de débil. La vulnerabilidad es positiva y te permite aceptar y hablar sobre emociones. He tenido algunas vivencias los tres últimos años que naturalmente me han llevado a querer hablar.

De esta manera, “Marco” habla de una vivencia tuya, que, a la vez, puede ser compartida.
“Marco” habla de una relación personal la cual llega a un punto de bipolaridad tan grande que cada persona ve la relación de una manera totalmente diferente. Cómo dice mi padre: “Cada uno cuenta la feria como la vive”. Un poco en clave también, en un lenguaje que se puede leer entre líneas, un poco de poética personal. Creo que puede interpelar a mucha gente que haya estado en una situación parecida a la mía.

Podríamos decir que es la canción que llega a un público más amplio, como más mainstream –sin que se entienda peyorativo–. Con un estribillo pegadizo, más pop.
Yo creo que la tonalidad general de “Marco” es bastante pop. Tampoco ha sido buscado, sino que ha salido así, un poco de liberar estas cadenas y poder componer música sin pensar qué género estoy haciendo, sino lo que me sale. La melodía nos salió desde dentro y, bueno, siempre he tenido una parte muy pop a pesar de que haya hecho siempre reggae puro.

Eso sí, presentaste “4 Flores” con “Aire”. Esta sí con sonidos más cercanos al reggae y al dancehall. El significado que se transmite puede llegar con doble interpretación.
De primeras, la escribí desde el prisma de la relación. Era lo que estaba viviendo en aquella época, tenía la necesidad de expresarme y vaciar un poco el buffet. El hecho de sacar las canciones ahora después de tres años ha sido casi como una catarsis, un cierre de etapa. Es verdad que “Aire”, cuando la escribí fue como “uff, qué peso me he sacado de encima”. Esta sensación es necesaria, sobre todo nosotros que nos expresamos escribiendo canciones. Es un poco nuestro método. “Aire” se puede interpretar como esto, un soplo de aire fresco. No puedo estar siempre en el mismo lugar y es totalmente lícito.

Al mismo tiempo, se entrevé esa necesidad de probar nuevos caminos sonoros.
Conscientemente la escribí desde el punto de vista de la relación, pero mi inconsciente jugó un papel importante porque a nivel musical también estaba pasando por este momento. Tenía que sacarme las cadenas de estar haciendo lo que supuestamente tendría que estar haciendo.

Genís Trani y tú os entendéis muy bien. Ha sabido calarte, seguramente por el hecho de haber trabajado más veces juntos.
Me pasa mucho con bastante gente dentro del reggae. Obviamente somos mucha gente que escuchamos otros estilos de música. Además, Genís es un crack, es un tío muy camaleónico en la producción musical. Nos hemos sabido volver a encontrar dentro de la sonoridad. Hacemos un buen tándem en este sentido. Creo que es una buena bomba cuando nos juntamos, básicamente porque nos conocemos y tenemos experiencia trabajando juntos.

"Para mí la estética es muy importante, tanto la mía, personal, como la de mi música. Dicen que un buen arte es aquel que te entra por los ojos".

“Libre”, que al escucharla pensé que se trataba de “Ella”, es una exaltación a la mujer libre e independiente.
Te tengo que decir que hubo un poco de discusión interna entre qué título le pondríamos a cada una. Se podrían haber cambiado y hubiera cuadrado perfectamente.

¿Cuál era tu intención cuando te pusiste a escribir sobre esto, ahora que el feminismo está más que nunca sobre la mesa?
Sí que es verdad que cuando escribí la canción estaba más en contacto con el movimiento feminista, y estaba en un proceso de aprendizaje y desaprendizaje. Pero mi intención nunca fue hacer un tema feminista, primero porque como hombre solo podría ser aliado y, aun así, tampoco era mi intención. Es muy sabido que, dentro del mundo de la música, muchos de los géneros han tratado la mujer desde un punto de vista muy definido: cosificándola o desde una mirada muy romántica. Nunca se ha visibilizado la individualidad de la mujer como persona capaz e independiente. Entonces mi intención fue hacer una descripción de la mujer desde otro prisma diferente, sobre lo que aprendí en aquella época. No lo hice con intención de abanderarme de nada ni aprovechar ningún tipo de oleada, sino para ofrecer este punto de vista que estaba aprendiendo en el momento.

En “Ella”, ahora sí sobre la libertad de expresión, podemos escuchar a Meritxell Nedermann al piano, dándole un aroma de gospel al asunto.
Bien es verdad que también se ha transformado mucho esta canción. Inicialmente estábamos inspirados en un rollo Alicia Keys de temas así de hip hop-gospel. Esta era un poco la vibe que queríamos. Pero fue evolucionando, con las baterías rollo ochenteras. Meritxell fue una propuesta de Genís, la contactamos y le enseñamos un poco la maqueta de la canción. Le gustó. Estábamos a medio componer y necesitábamos una melodía. Ella en su casa se grabó así tres tiradas de piano. Después fuimos a Medusa Estudios en Barcelona, y grabó los pianos y las voces. Ha salido bastante rodado todo, mejor de lo que parecía.

Por lo que muestras, das la misma importancia al diseño de la portada, en manos de Jordi Sanzz, que al contenido del álbum. Los detalles escritos, el resumen antes de entrar en este disco, ¿fueron cosa tuya? ¿A dos mentes con Jordi?
De hecho, desde hace tiempo que trabajo con Jordi, que es guitarrista de La Sra Tomasa, y también diseñador. Nos entendemos mucho a nivel estético. Para mí la estética es muy importante, tanto la mía, personal, como la de mi música. Dicen que un buen arte es aquel que te entra por los ojos. Esta música que se esconde detrás la cover art, tiene un punto de naif y un punto de indie, a pesar de que sea música urbana, entre comillas. Jordi también tenía mucho las ideas claras: que saliera con flores. De ahí que a mí me sugirió este texto un poco de promo de cultivar un jardín, que de este jardín han salido muchas flores y esta es una selección: es el ramo seleccionado. Las flores es una cosa muy universal y, puesto que Jordi me brindó este concepto, lo llevé a un plano más literal, de las palabras, como se puede ver en la portada.

Por último, me gustaría saber cómo afrontas este próximo año de conciertos, ¿podremos ver Sr. Wilson subido a un escenario?
La verdad que chungo, no tengo shows y son el noventa de mis ingresos. Una putada. No es que esté satisfecho con la gestión de los gobiernos sobre la situación cultural. Me parece más bien negativa y nefasta, pero ha habido ciertos tipos de ayudas a las cuales hemos podido aplicar y, por suerte, algunas han caído. Con estas pocas ayudas y con lo poco que llega de las SGAE, de los streamings y de royalties hemos ido tirando. La otra salida que nos quedaba era hacer música. Como no tenemos música en directo, toca estar presentes. Si no, apaga y vámonos. El confinamiento me ha servido para hacer unas tantas más de canciones. Decir que podemos llenar 2021 de música gracias al confinamiento. Bueno, es un poco el ying yang de esta situación.

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