Decíamos que The Bellrays ya no están tan cabreados. Por fin se han dado cuenta del enorme talento que atesoran, se han tomado su tiempo y han grabado trece canciones que vienen a pedir fe. ¿Fe en qué? “Fe en ti mismo. No tiene que ver con el ego, es la confianza en superarte, un ejercicio intelectual, interno y silencioso por el que nadie te juzgará”. Todo suena más lejano a esa época no tan remota en la que se cagaban en los estúpidos en general o los discriminadores en particular. Los trece temas de su nueva entrega inciden en sus virtudes y abren esperanzas desde el wah-wah de “Tell The Lie” hasta la catártica “Beginning From The End”, todos ellos cortes diferentes entre sí pero conexos como nunca antes. “Algunas canciones están escritas hace nada, otras sin embargo tienen unos diez años. Siempre estamos escribiendo. En total la grabación ha durado tres meses -conciertos en medio incluidos-, la más larga de nuestra carrera. Además del tiempo, hemos contado con mejor equipo y el proceso ha sido realizado en digital, aunque lo único bueno que puedo decir de eso es que es más rápido, paradójicamente. Yo soy de analógico”.
"Siempre quise poner la radio y escuchar a mi grupo. Como los Beatles, The Who, Bobby Womack" |
Cuestiones técnicas aparte, lo que sí está claro es que Bellrays se han parado un poco más que de costumbre a registrar y llenar de detalles -llámenlo arreglos para seguir hablando adecuadamente- unas canciones que sólo caen en cuanto a dispersión si las comparamos con las de sus álbumes precedentes. Pero la de la inspiración sigue siendo una batalla ganada. “Parecería idiota describiendo el sonido de un disco de mi grupo. Si te vas diez años atrás, éste puede sonar menos ruidoso pero creo que no hay demasiada diferencia si los comparas progresivamente. Hay más sorpresas y experimentos para discos futuros, aun así”. Tony Fate, guitarra y compositor de los californianos, no se muestra demasiado dispuesto a considerar “Have A Little Faith” como un disco más luminoso, con un recorrido más abierto e incluso podríamos decir que esperanzador que sus hermanos mayores “Grand Fury” o “The Red, White And Black”. “Hay muchas maneras de hablar de lo positivo. Los Sex Pistols me parecen positivos, tenían fe y confianza en lo que hacían. Lo que ocurre es que la gente escucha lo que quiere escuchar: se centrarán en una canción y escucharán el álbum entero desde ese prisma”. Uno de los aspectos a destacar es sin duda el hecho de que hay un paso adelante del soul respecto al garage, la preponderancia del terciopelo sobre el cuero, y ya no sólo por la impresionante labor de Lisa Kekaula al micrófono. El propio Fate, Bob Vennum y el batería Ray Chin también arriman el hombro hacia los sincopados. La culminación hasta el momento de ese “maximum rock and soul” con el que autodefinen su sonido, heredado en algo más que el término del maximum r&b de los Daltrey, Townshend y compañía. “El rock y el soul son los dos estilos con los que crecimos. Para componer o tocar lo que nosotros llamamos rock y soul profundos tienes que dar todo lo que tienes de tu parte, no basta con comprarte ropa e instrumentos guays, hablamos sobre la vida real, la comunicación, nada de shows de marionetas sobre un escenario. No veo demasiada diferencia emocional -estilística sí- entre el soul y el punk. Ambas músicas nacieron como mezclas y evolucionaron hacia sub-estilos, y los discos de sus comienzos están considerados clásicos a los cuales se compara cualquier nueva grabación de soul o punk. Todavía me pregunto por qué hasta el nuestro no se habían juntado en un sólo grupo ambos estilos. Y esto parece obvio, pero el soul no es fácil de tocar: técnicamente no es difícil pero sí lo es transmitir emociones con él”. Una autenticidad que cuando es eso, precisa, real y honesta, no tiene por qué disfrazarse de complejos de inferioridad ni gestos de cara a la galería. Hablamos, claro ésta, del lado más oscuro y luminoso a la vez de la música: el siempre peliagudo éxito comercial. “Siempre quise poner la radio y escuchar a mi grupo. Como los Beatles, The Who, Bobby Womack, discos de éxito... Tenemos muy buenas críticas y cada vez hay más gente en nuestros conciertos así que supongo que vamos creciendo poco a poco, mejor así que no de repente, como alguna banda que conoce el éxito antes de tener experiencia en directo. ¿Si me preocupa el lado comercial? No demasiado pero sí que me gustaría tener mi propia mansión y un Ferrari de diferente color para elegir cada día de la semana...”. Y un toque de atención que nunca está de más, en las propias palabras de Fate: “El rock and roll debería ser la fuerza más liberadora, y en cierta manera lo es, pero atrae los extremos también. He visto no obstante más racismo que sexismo, y normalmente desde los medios”. Hablando en términos globales, caer en esos comentarios peyorativos sería de mentecatos; haciéndolo más concretamente: hacerlo ante discos como éste sería de imbéciles sordos.
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