Stacey Earle y Mark Stuart forman un bello matrimonio y, a la vez, una compenetrada y eficaz pareja artística. Es imposible dar con dos entes creativos tan bien avenidos como ellos. El cariño que se profesan se evidencia incluso en la cubierta de su nuevo disco. Ese abrazo significa amor; amor personal y amor profesional. Tras circular cada uno por su lado y encontrarse en el camino sólo cuando realmente lo necesitaban, la pareja decidió cogerse de la mano y tomar la mejor senda. La mujer contaba ya con dos discos y su hombretón con uno, aunque juntos nos brindaron ya ese divertido documento que reflejaba sus actuaciones que era "Must Be Live". Quién sabe, quizás sigan los pasos de esas parejas célebres que nos ha dado el country, léase Johnny Cash y June Carter, Gram Parsons y Emmylou Harris.
"El disco es más optimista porque estamos celebrando que somos un dúo y no dos artistas en solitario como antes" |
Veremos si con "Never Gonna Let You Go", un disco optimista y menos templado e intimista que sus pasos anteriores juntos o en solitario, Earle y Stuart son capaces de consagrarse. "Para este disco tuvimos más tiempo que para los anteriores, de hecho nunca habíamos tenido el lujo de relajarnos durante una grabación. Sólo llamamos a músicos que habían tenido algún tipo de historia con nosotros en el pasado, como Michael Webb, que ya tocó y nos co-produjo anteriormente. El disco es más optimista porque estamos celebrando que somos un dúo y no dos artistas en solitario como antes". Ahora se les plantea mantenerse así, algo que parece sencillo vista la solidez del disco que acaban de publicar. "El dúo es permanente. Los proyectos en solitario pueden suceder, y los realizaremos sin ningún problema, pero de momento no será ahora". Su versatilidad se aprecia en "Never Gonna Let You Go" más que en ningún otro disco, sobre todo en canciones como "If You Want My Love" o "Spread Your Wings", en la que les sale una vena jazzy inédita hasta el momento. "El jazz no es una influencia importante para nosotros, pero sí que hemos robado matices a músicas vecinas del jazz como el western swing, el rockabilly o las big bands, de hecho la familia de Stacey tocaba en una de ellas. Nuestro estilo se ha desarrollado a partir de las muchas fechas que hemos hecho cada año desde 1992. Poco a poco empezamos a desarrollar un sonido, con nuestras dos guitarras y nuestras dos voces, durante años y años". Como regalo y aliciente adicional, al compacto normal se le añade un bonus con las demos vírgenes, tal y como la pareja las concibió en un principio. "Muchos de nuestros fans querían escuchar esas versiones sin la participación de otros músicos. Nosotros les hemos brindado ese deseo y creo que lo sabrán valorar". Resulta extraño, y casi podríamos decir que parece más una machada que otra cosa, aceptar que nuestros protagonistas no hayan visto "O´ Brother", una película que ha significado tanto para la música de raíces en general, toques o no bluegrass. "Lo que más nos entretiene si hablamos de cine es un buen drama. No hemos visto ´O´ Brother, Where Are Thou?´, sin embargo el resto de películas de los hermanos Coen sí que nos han gustado mucho". Menos se entiende todavía, pero por lo que parece no están muy conformes con la idea de que los sonidos campestres estén ahora más de moda que hace cinco, diez o quince años. "Todavía hay cosas mucho más mainstream en Estados Unidos. De momento, en nuestros conciertos no nos hemos encontrado con fans de Britney Spears". En fin, una pareja entrañable como pocas, sobre todo en un mundo con tantos intereses como el de la música. Honestos, naturales como la vida misma y dotados de una especial habilidad para crear canciones agradables y ofrecer actuaciones con las que arrancarte una sonrisa. Y eso es algo, dicho sea de paso, muy difícil de conseguir en los días que corren.
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