Hace tres años, el debut discográfico de Sonic Trash, “Hey Chica!” se convirtió en uno de los mejores discos del año, presentándonos a una banda que suena a muchas cosas (a post-rock, a pop, a punk, a garaje…) pero, sobre todo, a banda de rock intensa y ajena a cualquier corriente concreta más allá de su propia identidad.
Esta fuerte e inclasificable personalidad se afianza en “Látigo” (Guns of Brixton, 2015), cuya impresión en una primera escucha es de sorpresa, en el buen sentido; crecer y reinventarse no es algo que puedan hacer todos los grupos, y da la sensación de que a ellos les ha salido de forma muy natural: “Supongo que el hecho de que hayan pasado casi tres años desde el anterior disco tiene mucho que ver. Nuestra música va mutando según vamos cambiando nosotros, es algo natural, sí. Hemos afianzado nuestro sonido, y el uso del castellano como idioma principal creo que tiene mucho que ver también”. Su sonido también ha sufrido cambios, al menos en estudio. La voz, por un lado, y la banda en general, suenan más crudas, más agresivas, haciendo de “Látigo” un disco más rabioso que “Hey Chica!”: "Es una reacción lógica a estos tiempos que estamos viviendo, hay mucha mala leche contenida, la situación política actual... Todo da bastante asco, y esa mala ostia tiene que salir por algún lado. La producción es diferente también, más dinámica que la de “Hey Chica!”, pero siempre sin dejar el lado lúdico del rock”.
De que son una banda de rock no hay duda, pero resulta muy difícil clasificarles, lo cual es cojonudo: en “Látigo” parecen confluir muchas influencias de bandas del underground de los 80, y sonidos que recuerdan incluso a la escena más alternativa de la movida. “Supongo que el hecho de usar el castellano, y con tan pocos referentes como ha habido en estos estilos usándolo en el Estado, hay cosas que pueden recordar vagamente a esa sonoridad de los 80 donde sí que hubo algunos grupos interesantes. Pero la verdad es que no pensamos en nadie ni en algo en concreto, simplemente tocamos lo que nos sale de dentro”.
Esa independencia estilística y esa personalidad también hacen que sea más difícil encajarles en una escena concreta, pero definirse tampoco parece preocuparles. “Esa siempre es la pregunta más difícil para un artista… ¡Definir su música! Pero si tuviera que usar una sola palabra tal vez sería intensidad. Sonic Trash es una marmita sonora donde vamos echando los ingredientes que pide cada una de las piezas que vamos creando, un poco de core, un poco de punk, un poco de pop… Lo flambeas con mucho ROCK y ¡voilá!”. Dicho así parece sencillo, pero nada de eso. Hay que ser una banda como Sonic Trash para hacerlo.
La banda presenta “Látigo” por todo lo alto este viernes en el Kafe Anzokia de Bilbao, y hará lo propio en otras capitales como Vitoria, Donostia, Santander, Tarragona, Gijón, Madrid, Barcelona, Pamplona y muchas más a partir de abril.
Discazo!