Ya nos conocíamos, pero cuando vuelvo a tenerles en frente me sorprendo de nuevo. Manolo viste un traje a cuadros de calidad media, que combina con una corbata relativamente afortunada. Genis se sienta a un lado y empieza a ironizar sobre si mismo, sobre la situación y así sigue hasta que enciende un primer cigarrillo. «Yo escribo las letras y saco las melodías y los acordes», apunta Manolo, nacido en Puerto de Santa María, dando paso a Genis: «Yo hago todo el resto, bueno, el resto o nada». Quizás sea el único momento en el que estos chicos nacidos para estrellas del pop no se pisan el discurso. Saben que son atípicos, que no tienen un lugar exacto en el mapa musical del país. Nunca lo han tenido, ni cuando editaron su Ep de debut (acabó con ediciones especiales para Estados Unidos y el Japón, con versión de Pulp incluida), ni cuando han colaborado con Fangoria, ni cuando se vistieron de electrónica para aparecer en la primera compilación de «Cosmosound», ni siquiera cuando pusieron en marcha el colectivo Austrohúngaro, ni nunca vamos. Uno diría que ni tan sólo con su aventura discográfica. Bien visto, con eso aún menos. «Antes de publicar el disco, solamente esperábamos editarlo con Acuarela, que fuera más o menos mal, que lo escucharía alguien de una compañía más interesante y que nos propondría editar el segundo álbum, y en cambio finalmente hemos contado con medios y con una persona que sabía hacerlo bien de verdad.». Suerte, porque la distancia entre los cuatro temas de su Ep para Acuarela y los doce de «Mi Fracaso Personal» (Chewaka, 99) existe un abismo. («Imagínate, ¡si estamos en un sello que tiene a Sargento García, Manu Chao, Los Enemigos, Chucho y Astrud!»). Cierto que todo estaba hecho, pero canciones como ese pedazo de hit titulado «Esto Debería Acabarse Aquí», «Es Increíble», «No Estaría Mal No Tener Que Saber Qué Es Lo Que Va A Pasar» –nueva versión- o «Cambio De Idea» y textos como los de todo el álbum merecen vítores y, por lo menos, una oreja. Tecno pop, sin hache y con mucha imaginación, un cruce descocado entre Family, Viceversa y Saint Etienne. «Luis C. Esteban (su productor y anteriormente el de Luz Casal, Azúcar Moreno e incluso El Fary) nos ayudó a adaptar los arreglos a la sección de cuerda. Los violinistas eran unos emigrantes y unos mercenarios de la música. Nuestro disco les interesaba un pimiento, pero yo lo entiendo. Son gente que venía de los países del este y que suele tocar a Beethoven, pues claro, cuando se ponen a grabar nuestras canciones…» Pero si añadir una sección de cuerda real ha sido uno de los matices más atractivos de la regrabación, otro, obviamente, es que además de los temas propios se haya incluido una relectura del clásico «Bailando» de Paradisio. «Lo que ocurrió es que nosotros escuchamos por casualidad el «Bombazo Mix»… creo que lo habíamos robado en Virgin… no, lo robamos de Catalunya Ràdio. Y nos gustó la versión y decidimos que podíamos hacerla.». Amigos de Astrud, pues por muy raros que seáis (¿cómo definir sino una pieza como «Miedo A La Muerte Estilo Imperio» y frases como «mira qué asco que doy/cómo se me dispara el factor cursi»), estamos orgullosos de que, de una vez por todas, os hayáis tomado a vosotros mismos en serio, por mucho que no dejéis de partiros el pecho durante la media hora de entrevista. «No, si nosotros siempre nos hemos tomado todo en serio. Desde el principio hemos ido a por todas, claro, aunque decir que vas a por todas en un sello como Acuarela da un poco de risa. ¡Vamos a por todas, vamos a flipar con nuestras quinientas copias! ¡Dejaremos de trabajar para irnos a tocar al festival del quinto…! La intención siempre ha sido la misma, no nos cortamos. Ni hemos ido de indies, ni de nada. Si el disco es como es y se llama como se llama está claro que es porque iba a salir en Acuarela. Cada día me decía, ¡tengo celos de haberlo intentado, de haber querido hacer canciones redondas de pop, con letras cínicas y de que solamente se hayan enterado quinientas personas! Eso sí es fracasar de verdad, que poca gente se preocupe por escucharte y que encima la mayoría no entienda nada de nada. Si cuando nadie te había conocido ya tenías la tirada agotada… Un fracaso. Dejamos de hacer letras muy cínicas porque total… si hubiésemos sabido antes que íbamos a grabar el disco con dinero de Virgin, pues quién sabe, igual hubiéramos hecho un montón de letras en plan ¡Niña de ojos claros… niña de ojos glaucs!». Lo siento, pero me parto con vosotros. Y no porque no os tome en serio –que os tomo-, sino porque no resulta muy usual encontrarse con esa dicotomía artista/sentido del humor. Por eso, uno que ya está acostumbrado a esto de las entrevistas disfruta cuando son Astrud y no otros quienes se convierten en protagonistas de un artículo. Así que, gracias por vuestro disco y por lo bien que lo he pasado esta tarde. Que ya os lo digo, esta vez vais por el buen camino. «Bueno, nosotros lo empezamos a pensar cuando mis compañeros de trabajo en la Frigo me decían ¡chico, ¿cómo quieres vender el disco si le pones ese título?! En cambio desde mi punto de vista, aunque pueda estar distorsionado, es un titulo muy comercial. Claro, a mi compañera de trabajo que tiene unos veinticinco años y que podría perfectamente y a priori comprar nuestro disco, pues no se lo parece nada. Evidentemente, igual estamos cometiendo un error y realmente seamos raros, aunque piensa en el grupo más importante que ha tenido este país. Son Mecano, y las letras de Mecano… bueno, había que eran un escándalo… ¡Japón, Japón, se puso colorado! No hacemos letras que sean raras porque sí, el chiste por el chiste. Si se llama «Mi Fracaso Personal», es por algo». ¿Sí? Pues una vez escuchado vuestro debut en larga duración nadie lo diría. «Mi Fracaso Personal» está publicado por Chewaka / Virgin.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.