¿Por qué y de qué manera surgió Somos La Herencia? ¿Por qué escogisteis este nombre?
Lo del nombre yo creo que ni nos acordamos ya. Nos juntamos, imagino que como el resto de grupos, para hacer música con tus colegas, pasarlo bien y porque de vez en cuando te invitan a algo de beber.
Tras escuchar vuestro último álbum, no me cabe duda alguna de que vuestro punto de vista hacia el mundo y sus distintas sociedades no es el más optimista...
No creo que seamos especialmente pesimistas, por lo menos no más que cualquier otra peña precaria de nuestra edad. Es verdad que la vida es a veces una cosa muy triste y dura pero hay que intentar no embajonarse. Desde nuestra perspectiva, es duro darte cuenta de que cada vez eres menos chaval, que tienes más responsabilidades, y al mismo tiempo quieres seguir haciendo música y tocar por ahí. Es un poco como la definición de frustración que da Remedios Zafra en El entusiasmo: “Este singular dolor que oscila entre sentir perder y recuperar la pasión por crear”. Este disco no es pesimista, es otra cosa.
“Dolo va del amor, de la amistad, de hacer las cosas bien a veces y otras con mala intención, de transformación…”
Un aspecto que me ha fascinado de "Dolo" es la genial capacidad de fusionar de estilos dentro de un mismo género. Sabéis asimilar a la perfección el elixir de combos hispanos de los ochenta como Décima Víctima para adaptarlo al nervio y la cadencia de bandas actuales como Holograms o The Soft Moon. ¿Es precisamente Somos la Herencia lo que su nombre viene a indicar? ¿Por qué elegir la oscuridad y el existencialismo como canal de transmisión de sentimientos?
Muchas veces parece fácil pensar que un proyecto bebe de otro solo por cuestiones formales como el chorus o la reverb. Décima Víctima nos gustan a un par de nosotros, pero me parece que tienen un discurso muy distinto del nuestro y una sensibilidad de otra época, como es normal. Al escuchar nuestras canciones a nosotros no nos vienen a la cabeza los años ochenta, probablemente porque no los hemos vivido. Muy poca gente nos lo ha dicho.
Además, seguro que a un fan estricto del post-punk así más hegemónico no le gusta "Dolo", y eso está bien. Hemos cogido cosas de distintos géneros que podrían entrar dentro de lo que se llama música oscura, y en nuestra opinión hay más Yves Tumor o Raime que Décima Víctima o El Pecho De Andy. Nadie puede negar en las últimas décadas la importancia cultural de lo oscuro, entendiéndolo no solo como vestirse de negro, sino como todo aquello que ocurre en los márgenes.
“Seguro que a un fan estricto del post-punk así más hegemónico no le gusta Dolo, y eso está bien”.
"Dolo" muestra un gran atractivo desde la primera escucha gracias a esa constante alternancia estética en la que se juega indistintamente con el post-punk, el witch house y la experimentación oscura. ¿Cómo nacieron estos temas? ¿Es un trabajo en equipo o surgen de un solo alma fracturada?
Creemos que no hay nada de almas fracturadas, tenemos los mismos problemas que todo el mundo. Y para nada es un disco pesimista o triste, pero tampoco alegre, es otra cosa. Es un disco que va del amor, de la amistad, de hacer las cosas bien a veces y otras con mala intención, de transformación… pero no lo hemos hecho aposta, ha salido así. Los temas a veces surgen de ideas ensayando, otras veces alguien trae una idea de casa, no hay un método. Lo ideal sería que todo saliera de estar todos juntos, pero hay cosas que a uno solo se le ocurren estando a su bola.
¿Conseguís intimar bien con vuestro público en los directos, o la oscuridad es un ingrediente difícil de asimilar por el mainstream?
Pues en los conciertos la peña baila, hay algún pogo, dejan de hablar si el momento lo pide… Suele haber buen ambiente y nunca hemos tenido ningún problema en ese sentido. Está bien porque la gente se hace amiga en los conciertos y cosas así.
¿De qué forma planteasteis el proceso de producción del álbum?
Por lo general, nosotros íbamos haciendo demos de las canciones, grabábamos muchas cosas en el local, las voces a veces con los cascos del móvil, y luego en casa producíamos un poco los temas, buscábamos samples que encajasen bien, añadíamos sintes y cosas así. El sampling nos ayudó mucho a llevar las canciones a sitios que no se nos habrían ocurrido por nuestra cuenta. Hay un sample de Astrosuka, un artista que nos encanta, en Injusto y cantidad de cosas de vídeos de Youtube o webs como Freesound. Además siempre nos ha interesado mucho el contenido político de samplear como forma de construir significados distintos y crear nuevos discursos.
Cuando teníamos un tema que funcionaba se lo enviábamos a Oli (Olivier Arson, productor de "Dolo". Graba su propia música como Territoire, y fue ganador del Goya 2018 por la música original de "El reino"). Ha entendido en todo momento por dónde queríamos ir con las canciones. Le daba una vuelta a los elementos, en ocasiones limpiaba un poco, añadía sintes y complicaba un poco más el diseño sonoro. Ha sido increíble poder contar con el.
¿Resulta complicado llevar a efecto estas nuevas composiciones sobre un escenario? ¿Qué es lo que más y lo que menos os gusta de actuar?
Nosotros siempre nos hemos sentido más como un grupo de directo, y aunque estamos muy contentos con nuestros anteriores trabajos, durante mucho tiempo pensábamos que no íbamos a poder capturar bien toda esa intención y agresividad en el estudio. La verdad que en ese sentido nos hemos quedado a gusto con Dolo.
Respecto al nuevo directo, siempre es complicado estar a la altura de las expectativas pero suponemos que eso también lo hace divertido, cambias cosas, reinterpretar algo que grabaste hace meses y pensaste hace aún más… Todo son posibilidades ahora mismo.
Lo que más nos gusta de actuar es ver caras nuevas, que la peña disfrute los temas y hacer amigos. Hemos hecho grandes amigos gracias al grupo, y probablemente serán amigos para toda la vida, con sus cosas buenas y sus cosas malas. De eso va "Dolo".
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