"Somos incapaces de promocionarnos por nosotros mismos"

Los madrileños Trono de Sangre se encuentran en su momento más dulce, y ante el que posiblemente es su mejor trabajo discográfico hasta la fecha. Hablamos con Fernando Moreira (guitarra), David Bernabé (bajo) y Hans Callejas (batería) de este grandioso “Disco Del Año”.

Qué tal habéis vivido esta última etapa de la vida en la que, reconozco sentirla tal y como es vuestra música: cada vez más caótica, violenta, impulsiva, desordenada, caprichosa…? No en vano, rescato una letra muy representativa: «El futuro es como un cisne ciego girando en el agua»…
Fer: se me hace raro ver una letra que has escrito, usada así (risas). Personalmente, diría que bien. El confinamiento fue duro, lo pasé sólo. Y en los siguientes meses, dificultades derivadas de los cortes y aislamientos; incertezas respecto a diversos aspectos de la vida… Cosas que dabas por sentadas, de repente parecen temblar… Pero, de alguna manera, es como si todo hubiese vuelto en buena medida a su sitio. Un ejemplo es que esta primavera-verano toco muchos findes.

Cosa que no pasaba desde 2019.
Hans: El confinamiento fue una etapa súper compleja, a todos los niveles, pero por suerte quedó atrás. Ahora que podemos circular, ya con cierta libertad y sin tanto temor. Y la verdad es que se ve todo de otro color. En mi caso, no puedo quejarme, todo volvió a encauzarse así que ahora mismo, hay que aprovechar a tope.

El vuestro fue el último concierto pre-pandémico al que asistí, en marzo de 2020 en Wurlitzer. Aquella noche hubo energía sudor y empujones. Todo 100% zapatillesco. De hecho, si no fuera porque somos el underground, hubiéramos sido la “zona cero” del Covid en Madrid… Bromas aparte, y ahora que ya parece que nos estamos olvidando de toda esa historia, ¿han vuelto los conciertos con la fuerza que hacen que tenga sentido? ¿Hay público, notáis ganas de jaleo en esta época de “solapismo”?
Hans: Ahora ha vuelto todo con energías redobladas; tanto acumular las ganas de salir, conciertos, etc., que ahora se hace hasta complicado pillar salas para girar (risas). Toques donde toques, en la fecha que sea, es complicado no coincidir con algún otro evento. Pero bueno, en comparación a la etapa tan oscura que nos tocó vivir, bendito problema.

“Es imposible no coincidir ahora con cualquier otro evento del mismo estilo, pero… ¡Bendito problema!”

Disco del Año es el mejor título de la historia de los discos. Y a la vez, uno de los peores posibles a nivel de posicionamiento y SEO. ¿Por qué habéis apostado por esta fórmula que me hace pensar… parece medio viral, medio crítica?
Hans: Trono siempre ha sido un grupo con un gran peso poético gracias a que Fer es de las personas más leídas y cultas que he conocido, y escribe letras realmente profundas y bellas. Con este disco quisimos quitarle un poco de hierro a esa faceta muy nuestra, para colar una broma directamente en el título. Bromas internas y referencias a cosas mundanas las hay diseminadas por todo el álbum, pero son más guiños a nosotros mismos. El chiste del título sabíamos que lo iba a pillar la mitad de la gente (sobre todo quien nos conoce), y al resto les generará estupor y desconcierto, pero esa era la idea ¡Que no falte nunca la mofa!

Viajando por las canciones, he disfrutado muchísimo. Reconozco que no estoy seguro de si en el álbum habitan metáforas muy profundas o más bien el sentido de muchas de las letras tiene que ver con un proceso creativo libre e impulsivo, violento, o, como decirlo, apresurado.
Fer: Respecto a las letras, coexisten dos cosas que mencionas: metáforas e intención, que conviven con creación y asociación libre e irracional, aunque no apresurada. Ha habido tiempo para trabajar voces y letras.

Momentos líricos también en ese Matar a Dios tan nietzscheano o La Mirada Infinita, que también parecería el título de una novela contemporánea. ¿Se han dado influencias literarias a la hora de escribir estas letras?
Fer: Supongo que las influencias literarias siempre están ahí. A lo largo de los años he tenido épocas de leer bastante y hay autores para mí fundamentales a los que he devorado. A diferencia de en "La mitad de lo que somos…", e incluso en "El perro bajo la piel", donde sí había juegos referenciales a títulos de libros, relatos o películas concretos, diría que en este disco no hay ese juego, al menos de manera consciente. Pero las influencias literarias seguro están ahí.

El disco cumple estrictamente con todos los elementos que hacen identificativo este género nervioso e impulsivo que llamamos hardcore (post, math, como queramos apellidarlo luego…) hasta sus últimas consecuencias y con una gran calidad compositiva. Es más, yo mismo he actualizado la página wiki de “Hardcore ne Español” para añadiros. Me parecía injusto que una banda tan rica y valiosa no tenga más atención de melómanos de todo el ámbito hispanohablante. ¿Lo de la “Promosió”, qué tal lo lleváis? Siendo como es, un pilar importante para cualquier lanzamiento discográfico…
Fer: ¡Muchísimas gracias! Personalmente, entiendo y acepto de buen grado que la promoción es crucial para llegar a la gente, pero desde luego no es mi terreno (Risas). Al menos, con los años he aprendido a aceptar de verdad y sanamente los piropos y buenas palabras de la gente. Pero "venderme" o "vendernos"... uff, cuesta. Supongo que por eso hay personas especializadas en ese trabajo, que lo hacen fenomenal, y que libera a los artistas de esa labor.
Hans: Pensamos que es indispensable, súper importante, por eso no le hacemos ningún caso y así nos va. (Risas)

Por vuestra experiencia, cercanía, amistad con gente como Kantz de The Bravest Records, ¿cómo veis la viabilidad de seguir haciendo sellos, giras, y música para, seamos francos, minorías? Sobre todo ahora que está desapareciendo el mercado físico, la prensa especializada o los viejos modelos de negocio y ahora que las cinco o seis gigantes empresas del mercado digital se han comido casi todo y, por supuesto, también se llevan casi toda la tarta en esto de la música.
Hans: Mira, a pesar de que la oferta musical actual sea inconmensurable, está bien que haya bandas a patadas y todo el mundo pueda publicar desde su casa, o que formemos parte de una escena que es minoritaria (y por ende, con pocas ganancias). Creo que la música en sí misma es el propio vehículo, el propósito y el fin. Personalmente, no hago esto con la ilusión de nadar en billetes, sino porque es el único medio con el que puedo expresarme libremente. Aún conservo la idea romántica de que, pase lo que pase, y hasta el día en que no pueda coger unas baquetas, seguiré tocando, aprendiendo y compartiendo este arte. El resto de aspectos: el cómo se consume música, cómo llegar a más público, el poder de las redes, la oferta… etc., son variables que escapan a mi control y por consiguiente prefiero dejárselo a lxs entendidxs.

“Hacer música en sí mismo, ese es el propósito o fin de todo esto”.

¿Hay también un gran sentido del humor detrás de un estilo como el hardcore? Saco esta reflexión a colación por algunas letras con las que no puedo evitar una sonrisa. Y que al final son las que más cuajan en la memoria. Como ese “las partículas bailan pogo en el colisionador de hadrones” o esa pieza de un minuto que es ‘El maravilloso mundo del teatro’ donde quizá más abunda lo cómico.
Fer: Jaja, sí. El sentido del humor siempre está. Personalmente, intento no tomarme demasiado en serio. Y creo que está bien ese equilibrio, esa libertad, poder tomarse muy muy en serio lo musical y las letras, y a la vez, deslizar guiños… quitar hierro… reírse de uno mismo y de "todo", signifique lo que signifique eso. Sin maldad.
Hablando de "Trono de Sangre", la película de Akira Kurosawa que usamos como nombre de nuestro grupo, es el ejemplo perfecto, junto con otras películas como "Los siete samuráis", que contienen momentos épicos, dramáticos, emotivos, pero también un humor absurdo casi clown. La vida es eso, supongo; ese equilibrio que decía antes (o su ausencia) entre esas dos cosas.