“Durante estos cuatro años he hecho una obra de teatro para el Lliure, dos espectáculos de danza contemporánea, dos películas y el disco de Ten Thousand Islands junto a la cantautora María Monferrer”.
"Hacer este disco a solas ha sido una liberación" |
Pues no. Parecía que Balago era un proyecto extinguido, pero no es así. Atrás quedan cuatro años que el ocupado David Crespo remata con “D’Aquii”, una tercera obra firmada sin sus dos acompañantes habituales. “El trío nunca fue inamovible. Así pues, el tercer disco lo he hecho yo solo y curiosamente me ha tocado hacerlo en un momento de mi vida en que no me hubiera gustado compartir impresiones con nadie. Aquí el único que no se mueve soy yo y mientras así sea, Balago no dejará de existir”. Quizá por eso, el hecho de trabajar en solitario tenga una mayor significación. “Balago es un proyecto que empecé yo solo y siempre he tenido claro cómo debía sonar. Además mi personalidad obsesiva y dominante necesita tenerlo todo controlado. Le doy muchas vueltas a las cosas y cuando llego a una conclusión es porque la tengo muy clara. Hacer este disco a solas ha sido una liberación. Es la vez que me he sentido más lleno y libre”. Una reaparición que, en cierta medida, rompe con el trayecto seguido hasta ahora. “Quería que sonase frío, distante, opresivo, complejo y provocar la ansiedad por la que yo estaba pasando. Tenía muy claro que quería darle pasajes muy atmosféricos. A partir de estas premisas empecé a componer durante casi un año”.
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