De su capacidad para extraer sensaciones mayúsculas a partir de una operación sonora mínima, muchos la denominarían incluso naïf, The Postal Service han aprendido a separar el grano de la paja, a distraer lo banal y concentrarse en el detalle concluyente. En eso consiste "Give Up", en la conmovedora solidificación de toda una red de elementos pequeños, modestos, convertidos en obra redonda, emocionalmente ambiciosa. "El proceso de grabación fue muy similar al de Dntel. Yo empezaba las canciones por mi cuenta, creando instrumentales con la idea clara que alguien cantara eventualmente en ellas, pero sin la idea de qué tipo de melodía vocal o dirección tomarían. No hablamos mucho acerca del estilo de música que adoptaría The Postal Service, pero sí tenía claro que no tenía que sonar como cualquier otro disco de Dntel".
Desde la distancia, y aprovechando las ventajas del correo, Gibbard y Tamborello intercambiaron programaciones, bases e ideas melódicas durante un periodo corto de tiempo que fructificó de forma notable. En realidad, el proceso fue más sencillo y directo de lo que muchos podríamos esperar. "Fue bastante fácil. Yo enviaba una instrumental cruda a Ben, y él la introducía en su ordenador y cambiaba la estructura de la canción y añadía instrumentos como fuente de ayuda a las melodías vocales en las que había pensado. Entonces él me enviaba las bases retocadas para que yo volviera a hacer los cambios definitivos".
A partir de ahí, "Give Up" se erige en una obra de pronunciado matiz bailable que no renuncia al contacto epidérmico. Las principales divergencias con Dntel estriban en su manifiesta deuda con el techno pop de los ochenta y en un cierto aire desenfadado que no riñe con el rigor melancólico afín a las cadencias de Tamborello. "Yo simplemente sabía que quería algo diferente de Dntel. Después de empezar a hacer las demos, me di cuenta de que podía ser divertido crear un disco de indie rock para las pistas de baile, y así es cómo me aproximé al disco".
New Order, Pet Shop Boys o incluso The Police (tan solo cabe escuchar "Sleeping In") surgen como puntos de apoyo ineludibles en la construcción de un discurso que revitaliza la pasión por el beat acelerado, la melodía contagiosa y la tristeza veraniega. Canciones crepusculares que despiertan el corazón al tiempo que invitan al movimiento. "El techno-pop de los ochenta me ha inspirado desde que empecé a hacer música. Yo siempre he tenido presente la música de New Order y Pet Shop Boys desde que tenía doce o trece años, pero no tenía la intención de hacer que el disco sonara como si hubiese sido hecho en los ochenta".
En ese sentido, Tamborello y Gibbard arman una notable obra de contornos revivalistas que rescata, sin quererlo, esencias pretéritas en un marco de clicks, crujidos y contornos de pura indietrónica. La combinación de ambos formatos eleva a "Give Up" por encima de la media actual y hace del disco uno de los ejercicios más contagiosos de la presente cosecha. "No sé si yo estaba específicamente pensando en el pop electrónico de los ochenta a la hora de buscar la inspiración en el proceso de composición. Escribir una canción pop es algo relativamente rápido y fácil. Ben podría contestar de forma diferente. Realmente yo le daba a él las canciones medio hechas y él las convertía en canciones pop".
Con estos alicientes, valdrá la pena esperar al mes de agosto para comprobar la eficacia en vivo de su propuesta. De momento, parece confirmada su presencia en el Festival Internacional de Benicàssim. Buena oportunidad, sin duda alguna, para echarle el ojo a un grupo que ha conseguido trascender la categoría de proyecto curioso para instalarse con elegancia y emotividad en nuestro trayecto vital. Por si alguien no lo creía, The Postal Service van en serio. "Sí, estaremos de gira por Estados Unidos en abril y luego esperamos hacer algunos conciertos en Europa, incluyendo uno en el festival de Benicàssim en agosto".
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