“La gente siempre te va a dejar marcas, joder”
EntrevistasSoledad Vélez

“La gente siempre te va a dejar marcas, joder”

Álex Jerez — 09-04-2022
Fotografía — Archivo

Soledad Vélez se ha dejado el corazón en “Visiones” (Subterfuge, 22) para, una vez más, concentrar los instintos más primarios del ser humano a través de un lenguaje sencillo y un elegante trabajo electrónico con Guille Mostaza de nuevo en la producción.

Qué difícil es olvidar y mucho más curar el ser olvidado. Soledad Vélez siempre ha tenido esa maravillosa capacidad de atrapar emociones en canciones y hacerlo de una manera muy especial. Nos reunimos con ella en plena Estación de Atocha de Madrid, antes de que volviera a su querida Valencia, para tomar un par de cervezas, hablar de libertad, gaming y su querido “Visiones”.

Tengo la sensación de que de forma natural tu relación con la música ha pasado de estar tú sola creando con tu propio sintetizador, a usar la electrónica como una herramienta de liberación más poderosa y no tan individualista. Que has vivido un auténtico viaje.
Sí, a mí lo que más me interesa y lo que de verdad me llama la atención es que ha sido un auténtico viaje. Un viaje muy bonito porque en todo momento yo jamás he sido cien por cien consciente de las herramientas que utilizo o he dejado de utilizar. Y eso me parece interesante, porque en todo momento me he dejado fluir a un nivel muy bestia. He sido honesta con cómo me he sentido en cada momento. La música para mí está viva, cambia, se transforma y creo que este viaje ha mostrado eso muy bien. Ha sido todo muy real, pero muy inconsciente.

"Hace poco un amigo me dejó de hablar, me quitó de su vida, y muchas canciones de este disco van para él"

Hemos vivido contigo un salto muy grande al pasar de ver a una persona encerrarse completamente en sí misma a interpretar su música para ser libre.
Sí, yo siempre digo que realmente soy una persona súper introvertida. Soy muy tímida de verdad y hay cosas que me cuestan muchísimo. Yo he tenido que trabajar mi ansiedad para poder hacer música que es lo que amo. Y yo creo que ahí también se ha visto mi transformación, mi adaptación al medio. Ahora lo estoy gozando, hago lo que quiero hacer. Y solo me pasa en el escenario, eh. Esta mañana me hicieron una sesión de fotos y estaba súper tímida. Tuve que pedir un shoot de whisky [risas]. Y es curioso que uses también la palabra “libre” porque hace nada en una entrevista también dije que las canciones que hago ahora mismo me resultan eso, súper liberadoras.

El disco nuevo te lleva a explorar la sanación del dolor de las relaciones humanas a través de la música. Pero a su vez, dejas cada vez más la poesía de lado para ser muy directa con tu lenguaje.
Sí, yo me explico fatal. Yo no sé hablar, te lo digo de corazón. Pero claro, sé muy bien lo que quiero decir. Y lo que me pasa con la música es que cuando escribo concentro todos los sentimientos que tengo y la convierto en mi mejor forma de expresión. Proceso todo lo que tengo en mi cabeza a través de canciones. Y no solo hablo de experiencias propias, también me llega por amigos, películas, circunstancias… Yo me identifico con muchas canciones porque dicen lo que yo no sé decir. Yo cuando he querido estar con algún chico le he hecho una canción porque yo no sé como decirle que me gusta sin más. Hace poco un amigo me dejó de hablar, me quitó de su vida, y muchas canciones de este disco van para él.

En el disco hay relaciones tóxicas, hay mal de amor… Pero aún así sigues perdonando y esperando. ¿Tan difícil es desengancharse de alguien?
Ahí están las visiones. Y sí, es muy difícil, este disco se llama así por eso. Me inspiré en la vulnerabilidad de cuando quieres muchísimo a una persona. Siempre vamos con cuidado de querer demasiado a alguien, de sentir cosas. Y cuando dices mira a la mierda que venga lo que tenga que venir. Pues, empiezas a idealizar cosas y a imaginar un futuro. ¿Alguna vez nos llegamos a olvidar de alguien que ha significado tanto para nosotros? La gente siempre te va a dejar marcas joder.

En “Duele” hay una referencia muy clara a esa dependencia cuando hablas de las redes sociales y cómo cotilleamos las historias a través de otros amigos.
Es que eso pasa, pero vamos cien por cien real. Lo que pasa que por salud mental habría que intentar desligarse de eso. Pero claro, eso nunca llega a pasar. Las redes son parte de nuestra vida y hablamos en ese nuevo lenguaje. Igual es muy tóxico todo, no sé. Hace poco un amigo me dijo que esa parte es su momento favorito de la canción. Y sí yo lo he vivido en mi propia carne. Yo tenía un amigo que solo se “comunicaba” conmigo viendo lo que estaba haciendo yo en redes.

¿El disco entonces no es solo personal? ¿También está inspirado en muchos factores externos?
Factores externos y luego cómo viví muchas amistades con la pandemia. He visto a personas tomar decisiones muy drásticas en su vida. Relaciones que han terminado después de muchos años. Y luego este amigo del “gaming” con el que tuve una conexión preciosa pero todo acabó mal.

"Yo cuando escucho música lo que espero es que alguien de verdad cuente lo que yo no sé decir"

Es un disco también que expone un poco esa sensación de culpa y de que a lo mejor no todo está en la parte de uno solo.
Pues no he sido muy consciente de ello, pero evidentemente eso es humano. Como te decía este disco es en el que más me he dejado fluir. Es mi segundo disco en español, el disco en el que más letras he hecho y muchas de estas letras han aparecido en momentos muy determinados y arrancado de una forma muy natural.

Sigue apareciendo Laura Martinova en los créditos de la parte creativa del álbum.
Sí, me encanta lo que hace y admiro muchísimo su trabajo. Con ella tenía ese concepto de grabar un videoclip largo que representara el inicio de esta nueva etapa. Pero, también estoy trabajando con gente muy creativa de Valencia. Además, me ha encantado dar un giro a las portadas de mis temas con esa colaboración de Javi Love Control. No hay nada mejor que dedicarte a lo que más te gusta y trabajar con gente con la que admiras.

¿Y todo ese rollo gamer de donde viene?
Pues fue muy loco. Yo empecé como en el 2019 que hice como setenta bolos. Antes de la pandemia viajaba muchísimo sola y ahí fue donde descubrí el mundo del gaming porque claro, terminas de tocar, o después de la prueba me iba a jugar. Me llamaban para preguntar qué hacía y les decía que yo tenía una guerra a las cuatro de la tarde con la alianza japonesa [risas]. La gente se reía mucho y yo lo decía muy sería. Que luego a las tres de la mañana tenía otra [risas]. Me flipa, me gusta muchísimo ese mundo.

"A mí no me sorprendería en absoluto haber adoptado el pop español de alguna manera en mi música"

Dejas un poco apartada la naturaleza, pero siguen muy vivos los instintos primarios y el amor/desamor como bandera.
A mí me parece muy interesante cantar o escribir sobre algo que nos sucede a todos. El amor, el desamor, cómo cuentas las experiencias. Al final se genera una conexión real. Yo cuando escucho música lo que espero es que alguien de verdad cuente lo que yo no sé decir. A mí me ha pasado que a los pocos amigos que escucharon el álbum antes de que saliera me decían que había momentos de los temas con los que se identifican. Salir a correr, fumar, beber, pensarte duele… Hacer lo normal del día y luego pensarte que es lo peor. Estos temas los puedes repetir durante décadas, pero depende tanto de cómo los cuentes y los adaptes. Es dolor al fin y al cabo, pero vamos a bailar por lo menos.

¿Qué tal el trabajo de nuevo con Guille Mostaza en la producción?
Fue todo genial porque ya nos conocemos. Nos entendemos de verdad, tenemos conexión. Yo creo que ya tenemos un lenguaje propio. Yo siempre tengo muy claro lo que quiero y busco en cada canción. Voy a él con todos mis arreglos y luego él lo hace sonar todo de una forma increíble. Tiene un banco de sintes en su cabeza brutal. En “Nuevas Épocas” probábamos como treinta sintes antes de lograr el sonido que queríamos y ahora ya sabemos a dónde ir directos. Además, más que un productor ya es un amigo al que admiro.

Él te define como la artista más elegante que tenemos.
Bueno este nuevo disco es el disco con más bajos y graves que tengo. Y ha sido algo completamente buscado. Hemos buscado poder sentir la música de una manera mucho más física. Hemos tratado los volúmenes de los bajos de una forma muy intencional. Me mola poder transmitir esa sensación al público. Que la música llegue a la piel, al pelo.

En “Te quiero” hay mucha fusión ya con frases y melodías que te llevan a un pop más nacional.
Bueno a mí no me sorprendería en absoluto haber adoptado el pop español de alguna manera en mi música. Yo creo que es guay que aunque soy chilena llevo muchos años viviendo en España. Y que igual que cuando la gente no sabe de donde soy por como hablo. Yo creo que musicalmente puede pasar lo mismo. A mí todo me parece súper rico. He incoporado sonidos de flauta andina, sonidos ochenteros y que llegue el pop español me parece muy lindo. Y volviendo a “Te quiero” es la canción más happy de todo el disco porque yo jamás había escrito una canción así. Va dedicada a un amigo que admiro y le quiero de corazón. Yo ya sabes que no soy de hacer canciones de amor positivas, no es mi estilo [risas].

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