Ahora, para celebrar una década desde que se juntaron por primera vez a ensayar, presentan su tercera referencia. Un trabajo de math rock de muchos quilates, lleno de dinamismos e inquietud. Para conocer un poco más sobre este “Krispetak” (BCore / Bonberenea Ekintzak) recién salido de la sartén, nos paramos a hablar con el trío de Zarautz y descubrir los enigmas de un trabajo que les vuelve a colocar entre las bandas a tener más en cuenta dentro del género a nivel estatal.
Tras unos años en barbecho, habéis decidido volver con una formación renovada y una propuesta que, aunque mantiene mucha esencia de lo que ha sido SOFA, es algo distante a vuestros dos primeros trabajos. ¿Por qué ahora y por qué este cambio?
La verdad es que nos hemos tomado las cosas con calma. Eloy entró en el grupo a finales de la gira de “II” y después nos tomamos un descanso de un año. Entre una cosa y otra han pasado 5 años, pero no ha sido algo premeditado. En cuanto al estilo la verdad es que ha salido de manera natural pero sí que teníamos claro que no queríamos hacer otro “II”.
"Krispetak" será el primer disco de SOFA donde escuchemos vuestras voces y, personalmente, creo que es todo un acierto, ya que proporciona un extra novedoso a un estilo bastante machacado. ¿Qué es lo que os ha llevado a poneros a cantar? ¿Es algo que ya os rondaba la cabeza pero que no llegabais a lanzaros? ¿Tenéis claro que vuestras futuras creaciones irán por aquí?
Nos gusta mucho experimentar y probar cosas nuevas a la hora de componer. Lo de la voz surgió de manera bastante espontánea, hicimos una prueba y vimos que molaba, por lo que decidimos tirar del hilo y ver qué ocurría. Al final 6 de los 8 temas han terminado con voz y hemos quedado muy satisfechos con el resultado. De cara al futuro lo vemos como un recurso más a explorar que desde luego usaremos. Luego serán los temas los que dicten si encajan bien la voz o no.
Con la inclusión novedosa de las voces, ¿habéis querido contar una historia a lo largo de estos 8 cortes o no deja de ser un elemento extra de acompañamiento a los instrumentos?
Venimos de la música instrumental, donde el significado de los temas es muy abierto y sujeto a una interpretación personal. Con las letras hemos querido mantener el mismo enfoque. Hablamos de conceptos amplios y abiertos para que cada uno lo pueda interpretar como quiera.
Habladnos del sentido y significado de, tanto el disco como de las canciones. ¿Existe algún mensaje en clave tras títulos como "Krispetak", "Iñurritzako Moby Dick" o "Kokodrilua ta bihurgunia kotxia lapurtu ta perretxiko bila duaz"?
“Krispetak” como nombre del disco hace referencia a las canciones que componen este disco, ocho explosiones placenteras diferentes unas de otras. Cuando cocinamos granos naturales de maíz conseguimos palomitas al punto, poco hechas, un poco quemadas, saladas, crudas… creemos que es una buena metáfora para describir este trabajo.
En cuanto a los títulos de las canciones, sí que para nosotros tienen un significado concreto pero tal y como hemos explicado antes, preferimos que sea el oyente quien saque sus propias conclusiones.
¿Cuáles han sido vuestros referentes a lo largo de estos años, tanto para escribir este "Krispetak" como para el resto de referencias? ¿Habéis dejado de escuchar a ciertos proyectos con los años y os habéis sumergido en nuevas sonoridades o lleváis la misma música en vuestro walkman que hace una década?
Seguimos escuchando mucho Math Rock contemporáneo y rock instrumental, pero cada miembro del grupo viene de gustos musicales diferentes. Si acaso lo que ha ocurrido con los años es que hemos ampliado gustos. Lo mismo escuchamos Messhuggah que Taylor Swift, pasando por Battles, Billy Strings, The Fearless Flyers, Julian Lage, Thundercat, Balance & Composture, KGATWL... Somos tres personas a las que les apasiona la música, sobre todo descubrir cosas nuevas y flipar con los directos.
Habladnos un poco de vuestras fuentes de inspiración y motivación extramusicales a la hora de crear este disco (cine, literatura, arte...)
Destacaría el libro ‘Effortless Mastering’ del pianista Kenny Werner. Habla de cómo tener un buen enfoque mental a la hora de tocar, componer, practicar… Lo único importante a la hora de tocar es disfrutar y muchas veces por auto-exigencias, cansancio o inercia podemos llegar a olvidarnos de eso. El libro trata este tema en profundidad y la verdad es que nos ha parecido un libro muy útil e interesante.
“Lo único importante a la hora de tocar es disfrutar y muchas veces por auto-exigencias, cansancio o inercia podemos llegar a olvidarnos de eso”
Es sensación mía, o en estos ritmos enrevesados y la melodía principal del tema, ¿hay algo de tradicionalismo y folk vasco en "Zelatun"? En caso de respuesta afirmativa, me alegro de no estar loco y pregunto ¿hay algo más de este revisionismo que tan de moda está ahora en la industria musical a lo largo del disco?
No, no estás loco jajajaj! Siempre hemos sentido que el mathrock y el folklore vasco tienen mucho en común. Ritmos de amalgamas, melodías, escalas… Al final hemos bebido mucho de ambos mundos y, sin ser algo que buscamos de manera consciente, es natural que se refleje en nuestra música. De hecho, es probable que en el futuro hagamos una versión de alguna canción tradicional vasca.
A pesar de grabar los temas en los Gaztain Estudios de Eñaut Gaztañaga, decidisteis hacer la mezcla con Tom Peters, guitarra de Alpha Male Tea Party. Contadnos cómo llegasteis a contactarle y cómo ha sido trabajar con él (a distancia o fuisteis hasta Liverpool). Y ¿por qué decidisteis trabajar con él?
A Tom le conocimos en Putzuzulo allá por el 2015 cuando tocó con Alpha Male Tea Party. Desde entonces siempre hemos sido muy fans de su trabajo, tanto como guitarrista como productor/técnico en su Trapdoor Studios. Viendo la pinta que estaba tomando Krispetak nos parecía alguien que entendería a la perfección lo que buscábamos. Le mandamos unas maquetas y le propusimos mezclar el disco. Aceptó encantado ¡y nosotros más! Al coincidir la mezcla con las restricciones de movimiento no pudimos ir a su estudio de Liverpool, lo cual fue una pena. Pero aun así fue muy fácil trabajar con él, entendió enseguida lo que buscábamos y el proceso fluyó muy bien.
Este 2022 celebráis vuestras "bodas de aluminio" (lo he tenido que buscar). Una década desde que os juntasteis y comenzasteis a ensayar. Contadnos un par de momentos culmen en vuestra carrera a lo largo de estos años.
Uff, la verdad es que es difícil elegir dos momentos, pero venga, nos mojamos.
El último bolo de Sesma fue especial. Fue en Zumaia, en su pueblo natal y era la última vez que íbamos a compartir escenario los tres. Fue una mezcla de disfrute, alegría y pena a la vez.
Bolo en el AMFest en el 2018, era el segundo bolo de Eloy y parecía que llevaba toda la vida tocando con nosotros. Eloy se lo curró mucho y fue maravilloso tocar delante de tanta gente aficionada a la música instrumental.
¿Cuáles son vuestros objetivos/expectativas con este nuevo trabajo? Y ¿hasta dónde os gustaría poder llegar? ¿Nuevos públicos y escenarios o estáis cómodos en vuestro ambiente? ¿Habéis soñado con lanzaros a las islas Británicas, lugar donde probablemente mejor se respeten y disfruten estas sonoridades?
Nuestra idea ahora mismo es sacar el disco, tocar lo máximo posible y disfrutar, estamos con muchísimas ganas. Llevamos tiempo con la idea de hacer una gira por Europa y por el Reino Unido y es algo que definitivamente vamos a intentar.
Tengo la sensación desde hace unos años, que la época dorada (si es que alguna vez existió tal cosa) del instrumental-postrock-mathrock (llámalo como quieras) ya pasó. ¿Cómo lo veis vosotros? ¿Seguís encontrando propuestas actuales que os motiven tanto como antes?
Sin duda, existen propuestas actuales interesantes aunque es posible que cada vez cueste más encontrarlas. Igual la pregunta va más enfocada a la repercusión que tiene el estilo hoy en día. El rock instrumental, math rock o incluso el rock de forma más global ya no tienen el mismo seguimiento que tenían antes. Son otros los estilos que están en auge y que acaparan más público. Tampoco es que lo veamos como algo malo. La música y los gustos van evolucionando y eso es algo necesario y positivo. Quién sabe, igual de aquí a unos años el rock vuelve más fuerte que nunca. No es algo que nos preocupe en exceso.
Sabemos que sois especialmente activos en la escena D.I.Y. vasca. Contadnos un poco en qué situación creéis que se encuentra, qué cosas positivas (si es que las hay) se han podido sacar de estos años de parón y qué le reclamaríais a la misma.
Nos gusta esa sensación de hambre de conciertos que ha generado la prohibición, que esperemos que no sea efímera. Como has comentado antes, cumplimos “bodas de aluminio” y no solo el grupo va sumando años jajaja. Hoy en día vemos a otra generación con ganas de hacer cosas y eso es maravilloso. Por otra parte, nos asusta que se vaya perdiendo esa cultura que vivimos de bandas alternativas girando y tocando entre semana en sitios como el gaztetxe de Getaria, Matadeixe, Putzuzulo, Mogambo….
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