“América, el mundo entero, están desmoronándose”
EntrevistasSoccer Mommy

“América, el mundo entero, están desmoronándose”

Carlos Pérez de Ziriza — 24-03-2020
Fotografía — Archivo

Sophie Allison (Soccer Mommy) madura a pasos agigantados. Su rol como punta de lanza del mejor indie rock norteamericano, que en un porcentaje ya imponente tiene nombre de mujer en las últimas temporadas, va ganando cuerpo disco a disco. "Color theory" (Caroline/Music As Usual, 2020) es la prueba. Nos atiende al teléfono desde su ciudad, Nashville (EEUU).

La primera impresión que uno tiene al escuchar este disco es que es más homogéneo, está más cohesionado que 'Clean' (2018), aunque quizá no tenga canciones de efecto tan instantáneo. Demanda más escuchas. ¿Tiene algo que ver el hecho de que lo has grabado con la banda con la que llevas tiempo girando, o es porque esta vez tenías una visión más clara de lo que querías transmitir?
Sí, parte de ello se debe a que tenía más claro lo que quería hacer. También tener a la banda en el estudio, sí. Pero te diría que la tercera razón es que tenía más tiempo de estudio y más experiencia. Pudimos probar más cosas, plasmar más ideas, y también ayuda el hecho que todos seamos amigos, claro.

"Creo que la gente joven se ve obligada ahora mismo a madurar antes, y a ser consciente del estado en el que está el mundo".

¿Cómo surgió la idea de dividirlo en tres partes, la azul dedicada a la depresión, la amarilla dedicada a una tristeza más física y la gris dedicada a la muerte?
Me di cuenta de que estaba escribiendo sobre tres sentimientos distintos, que requerían también tres sonoridades distintas. La parte gris es muy oscura, la amarilla es más luminosa, y la azul de una tristeza más tranquila. Las canciones se iban agrupando solas, y vi que valía la pena desarrollar esa idea, separándolas según el estado de ánimo.

Entiendo que la secuencia de las canciones está muy pensada.
Sí, totalmente. Sé que puede sonar extraña esa división en tres partes diferenciadas, pero así fue.

¿Fue la batalla de tu madre contra el cáncer la que sirvió como piedra de toque para el espíritu global del disco?
No exactamente. Eso ha formado parte de mi vida durante los últimos diez años, literalmente. Fue algo que trastocó mi vida por completo, y es normal que aparezca en el álbum, y que tener esa certeza sobre la muerte haga que algunos sentimientos que estaban reprimidos afloren en primer plano. Pero no trata solo sobre eso.

En “Bloodstream” cantas “la felicidad es como una libélula en una tarde de verano, la siento escurrirse entre mis dedos, pero no puedo tocarla con las manos”. ¿Eres de quienes creen que la felicidad completa es una quimera, que es mejor pensar en ella solo como la suma de pequeños momentos?
Sí, es algo difícil de experimentar, creo que es más un sentimiento que un estado. Puedes sentirte más feliz durante una temporada concreta que en otra, pero no es algo constante.

¿Escribir canciones es para ti algo terapéutico? ¿Podrías vivir sin ello?
No creo que pudiera, pero tampoco creo que sea una terapia para mí, porque no es algo que haga cambiar mis emociones, es más bien algo natural, una forma de mostrar y ordenar lo que pienso, porque soy muy atolondrada, y me supone un esfuerzo encontrar las palabras para decir exactamente lo que pienso, y cómo me remueven por dentro muchas cosas. Para mí, escribir es algo que me permite encontrar respuestas concretas.

¿No te da cierto vértigo escribir sobre la muerte con solo 22 años?
Creo que la gente joven se ve obligada ahora mismo a madurar antes, y a ser consciente del estado en el que está el mundo, y gente de todas las edades se ve forzada a lidiar con la muerte, con el temor a la muerte. Y ahora que todo es tan incierto, y provoca tanto miedo, y el mundo, o al menos Norteamérica, se está desmoronando, creo que es imposible que no pensemos en todo eso. Es algo que se ha normalizado. No me resulta extraño, es algo natural.

"Me interesa mucho mezclar producciones pop con mucho ritmo con sonidos más crudos, como si pareciera casi una toma en directo".

Gabe Wax (Palehound, The War On Drugs, Beirut) vuelve a producir el álbum, al igual que ya hizo en 'Clean' (2018). ¿Es algo así como un compañero irremplazable para ti?
En cierto modo. Honestamente, no me imagino trabajando con otro productor. Él hizo que 'Clean' (2018) tuviera ese sonido, muy conectado a cosas de los primeros 2000 que me encantan. Y creo que un productor tiene que tener eso. La dinámica y la sensación de que este es un disco como de rock grabado en directo, muy vivo. Y que sabe trasladar mis gustos y los de la banda a un sonido determinado. Eso no significa que me cierre a trabajar con otro tipo de producción en el futuro, pero creo que me sería muy complicado encontrar a alguien como él.

Es curioso que digas que te ha marcado mucho la música de los 2000. Casi todas las críticas coinciden en calificar tu música como muy noventera. ¿Rehúyes esa etiqueta?
No, tampoco es algo que rehúya, no diría eso, porque no puedo negar que algunas de mis bandas favoritas son de los noventa. Y gran parte de mi inspiración a la hora de tocar la guitarra viene de músicos de esa época. Pero creo que tengo una forma extraña de mezclar eso con cosas del indie rock de finales de la década de los 2000 y con producciones pop de principios de los 2000. Creo que hay muchas cosas distintas, muchas direcciones diferentes en mi música, y nunca me ha preocupado demasiado si hay quien cree que una prima por encima de la otra.

De hecho, yo soy de quienes se apunta al recurso de describir tu música como un cruce entre Liz Phair y Avril Lavigne, dos perfiles que en su época de máximo fulgor, nos parecían antitéticos: una reina del underground y la otra, una reina del mainstream. ¿Crees que tu música recoge cosas de ambos mundos, que tan distantes nos parecían entonces?
Sí, eso tiene sentido, porque aunque formo parte de la escena indie, y no soy una estrella del pop, ambas me han inspirado. Escuché mucho a Avril Lavigne cuando tenía cinco años, forma parte de la primera música que recuerdo escuchar y que me gustara de verdad. Creo que su música tiene un efecto en el tipo de melodías que se me agolpan en la cabeza, pero también me inspira la forma de escribir de gente que lo hace con más profundidad (risas), como pueda ser el caso de Liz Phair, que además tenía un sonido más crudo. Me interesa mucho mezclar producciones pop con mucho ritmo con sonidos más crudos, como si pareciera casi una toma en directo. Incluso Tori Amos también me ha influido, especialmente con esa visión oscura y bonita que transmitían sus canciones al piano en los noventa, acompañadas de algunos ritmos industriales. Me gusta jugar a ese contraste.

¿Te ves en la misma órbita que Snail Mail, Waxahatchee, Stella Donnelly, Caroline Rose o Jay Som, mujeres todas que están protagonizando la última oleada del indie rock norteamericano y teniendo eco en los medios?
Veo la comparación más lógica en algunos casos que en otros. Entiendo que se haga, al fin y al cabo encajamos en el mismo género y en la misma escena, ya le llames indie rock, indie pop… compartimos los mismos circuitos de directo y nos conocemos entre nosotras. Pero con Caroline Rose, por ejemplo, cuya música me encanta, no creo que nos parezcamos demasiado. Y tampoco con Snail Mail, que es una gran amiga mía y a la que admiro, pero suena distinto a como lo hago yo. Viene de un lugar distinto, estructura las canciones de una forma distinta y el tono de sus producciones también es diferente. Sin embargo, con Jay Som sí que veo mayor parecido. No sonamos igual, pero sí tenemos esa producción más poppy que el resto. Ya te digo, puede haber similitudes, pero a veces esas comparaciones se extralimitan.

Tuve la suerte de poder verte en el último Primavera Sound. A ver si esta crisis pasa rápido, se restablecen las agendas y podemos tenerte de nuevo por aquí en nuestros escenarios.
Ahora tengo un buen recuerdo de aquel día, pero ¿sabes lo que me ocurrió entonces? Cuando bajé del escenario lo primero que pensé es que lo había hecho fatal, pese a que toda la banda me decía que había estado increíblemente bien. Creo que me pasé de dramática.

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