“E-L-E-G-Í-A” incluye una decena de temas que, aunque ya estaban compuestos antes de que llegase la pandemia, llegan inevitablemente marcados por la crisis sanitaria tanto en sus arreglos como en su presentación. Un lanzamiento por todo lo alto (segundo junto a El Dromedario Records) enfocado a cuidar al fan incondicional mientras la situación determina cómo, cuándo y dónde lo presentarán en directo. De todo ello nos habla Carlos Escobedo al otro lado del teléfono.
Ante todo, ¿qué tal está Jorge? Leí que le habían hospitalizado, pero que le habían dado el alta ya…
Él tiene lo de las piedras. Le dio un cólico y estuvo un par de días ingresado, también para que le hicieran todas las pruebas a la vez. Pero vamos, que ya está todo bien, estamos ensayando y todo perfecto.
“E-L-E-G-Í-A” es vuestro nuevo disco. Lo tengo aquí en mis manos en formato CD…
Pues cuando veas el vinilo vas a flipar. Ha quedado un pedazo diseño… El formato es espectacular. Fíjate que cuando lo estás preparando vas viendo el tema del diseño y te haces una idea. Pero cuando llega y lo ves, el formato acojona.
Hay dibujos de tu hija, Diana Escobedo Martín.
Sí, todas las ilustraciones son de ella, están hechas a acuarela. Es un rollo más orgánico todo lo que hay dentro del disco, no solo la música sino también las imágenes.
También retratos de Marta Moraga Faón…
Sí, intentamos que todo tenga una coherencia. Son fotografías retocadas con ese toque de pintado a mano, todos los rasgos, la ropa… Como pintado encima de la foto, para darle esa unión a todo lo que había dentro del disco.
“E-L-E-G-Í-A” ya estaba compuesto cuando empezó la pandemia, pero comentáis que la crisis sanitaria ha oscurecido del resultado final.
Sí, tenía todos los temas compuestos y demás, pero es verdad que la pandemia le ha dado esa parte más oscura e intimista. Que el disco ya la tenía de por sí, pero la ha fomentado más en los arreglos, que todavía no estaban hechos, se hicieron después. Yo casi siempre me junto con Javier Blanco, que es quien hizo los arreglos, ese punto vocal de “Elegía” que recuerda al “Réquiem” de Mozart y a música más contemporánea. De repente todo ese tipo de cosas que surgían y se iban metiendo encima de esa batería, esas guitarras y esa voz, todo iba a la parte más melancólica de la banda. Incluso recuerdan a “Synthesis”, que es el disco más oscuro de nuestra carrera.
“Los fans de toda la vida han dicho: “Estos son mis Sôber”. Con un toque quizá más moderno, pero con la esencia del grupo”.
Lo has producido tú mismo junto a Alberto Seara en Cube Studio. ¿Cuál es vuestro método de trabajo?
Yo hago toda la preproducción. Trabajo aquí en casa los temas a nivel de composición, voy al local de ensayo con mi equipo de grabación con mis compañeros y ahí empezamos a darle forma a lo que yo tengo, acabamos de complementarlas. Esta vez ha sido muy sencillo, porque la verdad es que los temas estaban muy claros y han estado muy poco tiempo en el local, eso ya les ha dado un punch. Lo que he procurado es que Alberto Seara no escuchara nada de ese trabajo hasta que no llegase al estudio, porque puede contaminar alguno de los procesos. Alberto lo que aporta a nivel ingeniero de sonido es que da forma y redondea un poco la idea que yo tengo en la cabeza. Acabada la mezcla se lo pasamos a Dave Donelly, el masterizador, que trabaja desde Estados Unidos. Llevamos trabajando con él bastante tiempo y aporta también su granito de arena. Al final es como ir sumando todos los procesos desde la idea inicial, de ahí que en pre-venta queremos regalar las demos, para que la gente escuche desde la demo que yo tenía en mi casa en mi ordenador a cómo realmente queda en el disco, para que vean esa diferencia. Que la canción sigue siendo y sigue estando, pero va cogiendo su carácter y su rollo.
“Mi heroína” es la canción elegida como primer single y como apertura del disco. ¿Una oda a la figura materna?
Así es, la figura de la fertilidad. La Venus de Willendorf es la imagen que se ha podido buscar. Es un poco eso, un homenaje a las madres, a la fertilidad, a ese momento de refugio que todos hemos tenido que da ese punto tan emotivo que tiene la canción. Es una declaración de intenciones. Queríamos sacarla la primera porque tiene un ritmo que refleja la potencia que Sôber suele tener en directo. Viendo que ya empezaba a haber directos, pues bien puede ser una buena canción para incorporar al set list y que pase a formar parte de los conciertos del grupo.
Ha seguido “Verona”, una historia de amor, ya con un videoclip rodado en exteriores, en mitad de un bosque.
Está hecho en Rascafría. El director es Julio Pérez Pascual, gran amigo de hace ya bastante tiempo. Queríamos hacer un videoclip juntos porque, aunque es más joven, ha sido muy fan de la banda. Se dedica a esto, es director de cine y demás, así que cuando le propuse la idea la verdad que encajamos rápidamente, porque él ya sabía de dónde venía el grupo. Quería cuidar mucho la estética y darle ese toque cinematográfico de esa historia paralela que hay ahí junto a la banda, contando con imágenes todo lo que surge en la canción y en la letra. Una historia de amor prohibido, que nunca pudo llegar a concretarse, que sufren solo con mirarse… Una serie de emociones que complementan el vídeo y que le dan un mayor punch. Es una de las canciones que mejor acogida han tenido después de tanto tiempo sin sacar material nuevo. Los fans de toda la vida han dicho: “Estos son mis Sôber”. Con un toque quizá más moderno, pero con la esencia del grupo.
“Al público también le gusta disfrutar de ese tipo de canciones tan emotivas”.
El tercer y último single es “Eclipse”, un medio tiempo acústico. ¿De qué habla?
“Eclipse” es la otra faceta de Sôber, que cuando se pone muy emotivo también me encuentro muy a gusto, componiendo este tipo de medio tiempos que son muy épicos, de rasgarte las vestiduras y mostrar lo que sientes. Como compositor estoy encantado, creo que es una de las mejores canciones que he hecho nunca. Pero también a nivel de cómo ha quedado en el disco. Esta mañana en el local de ensayo la hemos podido tocar, esa canción nos pone el corazón a todos. Tanto la letra como el vídeo han conectado también muy bien con el público, creo que llevaba ya 100.000 visitas cuando no había pasado ni una semana. Ha tenido una gran acogida. Hay que decir que canciones como “Naufrago” son las que más visitas tienen en YouTube, donde realmente tú no decides, ni la prensa ni nadie, ahí es el público el que decide ponerse una y otra vez las canciones que le gustan. “Naufrago” tiene casi tres millones de visitas, luego hay otras que tienen menos. En ese sentido creo que al público también le gusta disfrutar de ese tipo de canciones tan emotivas.
Se ha publicado en CD y vinilo, además de en digital. ¿Sigue consumiendo el formato físico vuestro público?
Sí, tenemos ya una edad todos y seguimos teniendo esa nostalgia al formato físico, a tenerlo en la mano, a tenerlo ahí mientras lo estás escuchando. Por eso hemos querido sacar una edición en vinilo limitada que merece mucho, mucho la pena. Porque aparte de que las ilustraciones cogen otro carácter, tiene un formato de disco-libro, con tapa dura, que nos hizo muchísima ilusión cuando lo tuvimos en la mano. El mejor formato que hemos hecho en nuestra vida. A partir de ahí confiamos en él, es un vinilo de los de gramaje más alto, para que la calidad sea máxima. Dentro viene el disco en una fajita de cartón y una hoja con la descarga, para que también lo puedas tener en tu ordenador. Se trata de cuidar al máximo a nuestros fans, que son los que realmente están ahí, que escuchando una canción o dos se tiran al barro y se compran un disco completo.
Es el segundo disco que editáis con El Dromedario Records tras vuestra salida de Warner. ¿Qué tal ha sido el cambio de compañía?
Muy bien, nosotros estamos encantados. Personalmente me llevo fenomenal con toda la gente de El Dromedario, nos entendemos porque al final es una compañía de músicos para músicos. Lo tenemos todo hablado, lo llevan muy bien y nos entienden a la perfección. A mí me gusta meterme en el estudio y llevarles al final el producto. Ellos comprenden que esa es la parte que maneja el artista. Luego en el caso de Alén (Ayerdi) sabe cómo sacar los singles, cuál primero, cuál sí y cuál no… En el caso de “Verona” nos dijo: “Ésta tiene que ser la del videoclip, hacedme caso. Va a gustar a los fans antiguos y a los fans que se han ido sumando”. Y no se equivocó nada. Tiene una visión muy buena, hacemos un equipo de trabajo que funciona muy bien. Y nos alejamos un poco de las multinacionales, que a día de hoy solo les interesa el reguetón. La cercanía que tenemos nosotros con El Dromedario y la apuesta por su parte es brutal.
Lo presentáisen Madrid Vitoria y Murcia. ¿Cómo van a ser vuestros conciertos en esta “nueva normalidad”?
La gente estará sentada, pero nosotros no. Hemos elegido un repertorio muy intenso, porque nosotros vamos a estar como si fuese un festival a las diez de la noche. Canciones muy enérgicas, haciendo un repaso cómo no por toda la discografía del grupo, que ya va siendo muy larga, haciendo canciones de “Morfología”, “Synthesis”, “Paradÿsso”, “Reddo”… Un poco por todos los discos, para que haya para todas las generaciones que han estado con nosotros. Eligiendo las canciones más cañeras, para que la gente aunque no esté de pie sienta esa fuerza y pasemos una velada diferente a lo que estamos acostumbrados. Van saliendo más conciertos, aparte de esos tres tenemos cerrado Alicante y Galicia y se van cerrando más cosas. Poco a poco va mejorando la situación.
Os acompañarán Ciclonautas como teloneros. ¿Qué relación os une a ellos?
Una relación buenísima. Aparte de que Alén es nuestro manager de la compañía, creo que pocos grupos tienen esa visión de hacer algo diferente dentro del rock, en este país no había ningún referente. Gente que arriesga y que hace las cosas de otra manera. Hacemos un convenio maravilloso para poder hacer conciertos diferentes, para un público exigente.
¿Qué va a haber después de estos tres conciertos? ¿Festivales…?
Festivales este año no creo que haya muchos, pero ya estamos viendo cosas para el año que viene. Incluso para septiembre-octubre algunas fiestas de las que suele haber en la Comunidad de Madrid. Está el tema de las restricciones, en cuanto permitan estar en una carpa con mascarilla, pero sin distancia de seguridad… Ya se pueden hacer muchos eventos para grupos como nosotros, que no somos de aforos gigantescos de 20.000 o 30.000 personas pero sí que puedes congregar a 2.000 o 3.000 personas en un sitio. Empieza a haber movimiento.
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