No se sabe si asentados o acomodados, según se mire, en una posición de relativa tranquilidad, Sexy Sadie tratan de canjear los objetivos iniciales de su carrera por una reafirmación creativa e incluso personal que no sólo no elude ni esquiva la palabra madurez, sino que parece buscarla con determinación. “Lost & Found”, quinto disco de los mallorquines, no deja de ser en realidad el particular borrón y cuenta nueva de un grupo ya adulto que por fin aspira a algo más que cifras de ventas respetables o golpecitos en el hombro del entorno indie y sus principales resortes: público especializado, crítica y propios compañeros generacionales. Uno tiene la impresión que el álbum pretende entablar un nuevo diálogo entre la banda y su música, promover un nuevo vínculo emocional y personal entre las canciones y sus creadores y, de esta manera, subrayar el inicio de algo parecido a una nueva etapa en su trayectoria.
“Hay algo de los setenta en algunas canciones, pero es cierto que la línea general es muy de los ochenta” |
Jaime García (vocalista y guitarra) repasa la actualidad de la formación con su móvil como única arma. “Sí, podríamos decir que es nuestra tercera etapa. Creo que llega un momento en el que necesitas ver y hacer las cosas de otra forma para seguir alimentando la banda desde dentro. Con los últimos discos nos habíamos implicado muchísimo en la producción, porque siempre habíamos decidido tomar partido en ese aspecto y encargarnos de casi todo. En esta ocasión sentíamos que había llegado el momento de trabajar con un productor y dejar todo el trabajo en sus manos, distanciándonos en parte de lo que habíamos hecho antes en ese aspecto. Para nosotros era importante respetar la filosofía del grupo en todo momento, pero también nos apetecía cambiar el chip y trabajar de otra forma”. Nigel Walker, productor del disco que ha grabado con gente como Gary Moore, Billy Idol e incluso Los Rodríguez, parece haber transmitido buenas vibraciones a la formación, tanto en el aspecto personal como profesional. Y eso, a su vez, contagia de mayor seriedad y rigor sus canciones; en cierto modo las hace crecer por dentro. “La relación fue seria y muy profesional, quizás condicionada porque al principio nos imponía mucho el hecho de trabajar con alguien como él. Pero la idea de conocernos antes de entrar en el estudio nos ayudó a romper esa barrera... y, de hecho, Nigel se acabó convirtiendo casi en el quinto miembro del grupo, pues participó muy activamente en toda la grabación. Creo que el proceso de adaptación fue recíproco y tenemos muy claro que el próximo disco queremos que nos lo produzca él de nuevo, porque estamos realmente satisfechos con el resultado”. Y en contra de lo que muchos podían pensar (los precedentes laborales de Walker sembraban claras dudas sobre el contenido y sus intenciones, no hay que esconderse), “Lost & Found” pasa por convertirse en una obra que renuncia al factor comercial y esconde sus armas en melodías y texturas más oscuras y ensombrecidas de lo que es habitual en Sexy Sadie.
“Llega un momento en el que necesitas ver y hacer las cosas de otra forma para seguir alimentando la banda” |
No se aprecia intervencionismo por parte de Walker en ningún momento, sino la edificación de un discurso que se acomoda a conciencia en la seriedad y la contención emotiva como principales apoyos expresivos. “Nuestra intención al componer el disco fue muy clara: hacer el disco más serio que pudiéramos. Es algo que cuando ya llevas un tiempo en la música aprendes a valorar y apreciar. Hemos acumulado buena experiencia como grupo y esta vez sentíamos que teníamos ganas de darle el máximo rigor posible a nuestras canciones y dotarlas de esa seriedad de la que te hablaba. Esta vez hemos querido grabar un disco que no fuera un producto del momento exclusivamente, sino que también puedas escucharlo al cabo de unos meses o de algunos años y mantenga el mismo tono y fuerza que ahora, que no se consuma a sí mismo”. Con esa predisposición a rejuvenecer la banda desde una mirada más seria y madura, Sexy Sadie han hipotecado sus faceta pop más transparente y pegadiza para dejar paso a una propuesta de mayores claroscuros, más pendiente de la herencia de los ochenta que de las de los noventa. “Lost & Found” tiene más de The Cure, Talk Talk o U2 (y, por extensión, de Radiohead, Coldplay, Placebo o incluso Last Days Of April) que de cualquier banda de indie pop de la pasada década. “Sí, claro que hemos escuchado nuevas cosas este tiempo, eso está claro. Yo diría que cada vez somos más coherentes con nuestras influencias y en este disco es posible que se note más que nunca. Sí que tiene atmósferas y melodías que pueden ser más ochenteras que antes, en realidad es así. Posiblemente hayamos escuchado más música de esa época de un tiempo a esta parte, y es posible que eso nos haya marcado el camino en cierta manera. Creo que también hay algo de los setenta en algunas canciones del disco, pero es cierto que la línea general es muy de los ochenta”. Y como consecuencia de ello, el latido emocional de su música también experimenta ligeras variaciones. En su gran mayoría, los temas del disco suenan a otro ritmo, más templado y contemplativo, sin prisas ni deseos desbocados de inmediatez, sino que nacen y se desarrollan a otra velocidad y con otra mirada. De su llamarada melancólica y evocadora brota un álbum de medios tiempos tristones y desencantados, más epidérmicos que de costumbre. “Creo que emociona tanto o más que los anteriores discos. Siempre hemos creído que nuestras canciones tenían un componente de amargura, pero quizás en ´It´s Beautiful, It´s Love´ éste se quedó en un segundo término por dos o tres canciones del disco que eran más vistosas y movidas de lo normal. De todas formas, incluso en ese disco respetábamos esa faceta. En el nuevo se aprecia mucho más, quizás porque todo el disco mantiene el mismo tono y forma un bloque más uniforme. Todas las canciones tienen un trazo parecido y muestran sentimientos y emociones parecidas… en cierto modo, eso ayuda a crear un estado de ánimo más homogéneo que en los otros discos. También se debe tener en cuenta que la entrada del nuevo bajista y la lógica evolución personal han repercutido en el resultado final”. En ese aspecto, todo en “Lost & Found” alude a un relajado pero conciso proceso de maduración y replanteamiento personal y artístico. Sobre todo si nos percatamos que el nuevo álbum parece muchísimo más trabajado, pensado y tratado que sus predecesores. Da la impresión que Sexy Sadie han empleado a fondo el tiempo del que disponían para sacar adelante su regreso. O quizás sólo lo han empleado mejor. “Sin duda alguna está más trabajado que cualquier disco anterior. En todo caso, hemos invertido más tiempo que nunca y eso ha repercutido en el hecho de disponer de más margen para tratar las canciones. En todos los discos anteriores íbamos más pillados de tiempo y eso nos obligaba a grabar de una forma más precipitada, quizás más sujetos al factor improvisación, porque siempre había cosas que ultimábamos en el estudio por falta de tiempo, precisamente. Siempre hemos sido un poco vagos en ese sentido, quizás porque estábamos más preocupados por las giras que por cualquier otro aspecto. Esta vez hemos dispuesto de poco más de un año para trabajar las canciones y dejar que se hicieran con la mayor tranquilidad posible. Y eso nos ha ayudado a controlarlas mucho más que antes, porque las teníamos muy cogidas por la mano. También nos encerramos unos días antes de grabar para ensayar al máximo los temas y dominarlos mejor para que la grabación fuese mucho más fluida y amena”. Así pues, Sexy Sadie asumen su momento
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