"Siento debilidad por la música de St. Vincent"
EntrevistasSimple Minds

"Siento debilidad por la música de St. Vincent"

Sandra Pedraja — 06-07-2018
Fotografía — Archivo

Mientras espero que acabe la prueba de sonido de Simple Minds en el Palacio de Ferias y Congresos de Granada para entrevistar a su vocalista, Jim Kerr, repaso mentalmente la trayectoria de la banda escocesa. Llevan cuarenta años sin parar, sacando un disco nuevo cada tres años aproximadamente, algo poco habitual en bandas legendarias como esta, en muchos casos el miedo al fantasma de los éxitos pasados les impide arriesgarse a salir de la zona de confort para evitar comparaciones odiosas. Recurriendo al refranero español sería algo así como “madrecita, que me quede como estoy”.

Interrumpe mis divagaciones Jim Kerr al bajar del escenario y recorrer el auditorio comprobando el sonido de la banda. Finalmente, tras una hora y media Jim da por concluido el ensayo y me indican que le acompañe a su camerino para la entrevista.

Tras la presentación inicial, recordamos al amigo común que nos ha puesto en contacto y nuestro aprecio compartido por Jimmy Sola Ballester logra que nos sintamos cómodos desde el principio.
Quedan menos de tres horas para que comience el concierto y le digo que no le robaré demasiado tiempo, tan solo once preguntas (número convertido en talismán heredado de un buen amigo) y él se alegra pues también es un número querido para él. Me explica que de niño vivía en un edificio en Glasgow, precisamente en la planta once. Tras lo cual empezamos nuestro diálogo.

Jim, supongo que te habrán hecho esta pregunta en innumerables ocasiones, pero me gustaría recordar la historia de cómo se formó la banda para lectores que no la conozcan.
Sí, realmente es una historia emocionante. Charlie Burchill y yo vivíamos en el mismo barrio. Su madre era una fumadora empedernida y empezó a coleccionar los cupones que venían en los paquetes de tabaco de aquella época. Cuando consiguió los suficientes, los canjeó por una guitarra que casi parecía de juguete para su hijo. Dos semanas más tarde, Charlie tocaba versiones de David Bowie y los T-Rex. Fue entonces cuando empezó la aventura de Simple Minds. Desgraciadamente su madre murió de cáncer años más tarde.

Hablando de Charlie Burchill, junto contigo es el único que permanece de la formación original. Me llama la atención que en estos tiempos en los que todo es tan efímero y las relaciones naufragan ante la tormenta más insignificante, vosotros sigáis juntos y con tan buena relación después de tantos años.
Ha sido fácil (me dice sonriendo). Charlie y yo somos muy buenos amigos y nos complementamos. A él le gusta acostarse tarde y a mi temprano, sabemos respetar nuestro espacio y no forzar los tiempos. Hay músicos que han pasado por la banda que no han permanecido más de cinco años, pero lo entiendo, es una vida muy exigente en algunos aspectos y tienes que ser un verdadero apasionado de la música para no rendirte. La constancia no es un valor en alza en estos tiempos.

Con respecto al disco nuevo, “Walk between worlds”, cómo surgió la idea de este disco nuevo.
Fue Charlie, desde que se levanta está componiendo a todas horas y en cualquier lugar, siempre con su guitarra encima. El tema que nos ha marcado la pauta que hemos seguido en el disco es “The signal and the noise”. Ha sido como nuestra estrella Polar, a partir de ahí, todo fue fluyendo hasta conseguir los once temas que completan el disco. Pienso que hemos logrado aunar la esencia del sonido de Simple Minds con un toque muy contemporáneo.

Habéis vuelto a los míticos estudios de Abbey Road para grabarlo
Sí, la primera vez no fue una buena experiencia, éramos muy jóvenes e inexpertos, nunca antes habíamos estado en Londres y no nos sentíamos merecedores de la oportunidad de grabar con el mismo micrófono que habían utilizado los Beatles o la batería con la que había tocado Queen. Nos sobrepasó la experiencia por eso agradezco enormemente haber podido grabar de nuevo allí, esta vez con una visión madura y experimentada que nos ha permitido disfrutarlo como se merece.

Tengo que confesarte que me siento muy satisfecha como mujer de comprobar que habéis contado con presencia femenina en la formación actual, además de que son artistas de una calidad impresionante.
Bueno, cuando nosotros empezamos no había tantas mujeres en el mundo de la música y lo digo yo que me casé con una artista excepcional como es Chrissie Hynde, vocalista de The Pretenders (tienen una hija en común, Yasmin y dos nietos de ocho años). Hoy en día es distinto, hay muchísimas mujeres con un talento brillante y nosotros hemos invitado a tres de ellas a formar parte de la banda: la multi instrumentista Catherine AD aka The Anchoress, la vocalista Sarah Brown y la espectacular percusionista Cherisse Osei. No hay duda de que si Prince levantara la cabeza vendría inmediatamente a “quitárnosla”, (bromea).

Es cierto, he pensado exactamente lo mismo cuando la he visto en la prueba de sonido. Supongo que han aportado una frescura muy deseada por el grupo.
Así es, cuando hablo de contemporizar nuestro sonido pienso que es fundamental encontrar nuevas fuentes que aporten ideas diferentes.

Ya conocemos tus preferencias por los clásicos del rock, pero qué me puedes contar sobre la música actual. ¿Hay algún grupo que te llame la atención especialmente?
Me gustan mucho War on Drugs, pienso que tienen un sonido con raíces con el que me identifico completamente. Y siento debilidad por la música de St. Vincent.

Charlando contigo hay una pregunta que se ha ido respondiendo sola, sentía curiosidad por que me explicaras la evidencia del contenido espiritual de tus letras, si parte de tu inspiración surge precisamente de ahí.
Sí, creo que hay algo, puedes llamarlo energía, azar, conexión, yo lo llamo el poder de la imaginación, esa fuerza interior que nos hace vivir en una búsqueda permanente de respuestas. Creo que hay otros mundos, sólo hay que encontrar el camino para cruzar y andar entre ellos, de ahí el título de nuestro nuevo álbum. Anoche precisamente estuve disfrutando del audiolibro de David Lynch, él tiene plena consciencia de todo esto que estamos hablando.
Cada noche cuando subo a un escenario soy plenamente consciente de lo afortunado que soy, así que dejó a un lado mis problemas y me concentro para empezar a volar, para conectar con esa energía que me permite seguir creando y nos hace vislumbrar otros mundos y mi prioridad en esos momentos es arrastrar al público conmigo.

Para finalizar ¿qué me dices de la Alhambra?
Uf...He estado en Palacios japoneses de una belleza indescriptible y he visitado monumentos tan emblemáticos como el Taj Mahal, pero la belleza delicada de la Alhambra realmente me ha conmovido. La llevo dentro de mi, espero que por mucho tiempo.

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