SIFÓN Y JERNA
EntrevistasLa Puta Opepé

SIFÓN Y JERNA

David Broc — 18-07-2000
Fotografía — Archivo

LARGO TIEMPO DESPUÉS DE SU DEBUT, EL GRUPO MALLORQUÍN LA PUTA OPEPÉ SE TOMA SU VENGANZA PARTICULAR CONTRA MEDIA HUMANIDAD CON “CHANELANCE”, SU NUEVO Y MAGNÍFICO ÁLBUM. UN DISCO QUE NECESITABAN ELLOS Y, SOBRE TODO, UNA VEZ COMPROBADOS LOS RESULTADOS, NOSOTROS. SEAN ABSOLUTAMENTE BIENVENIDOS.

Una espera en espera. Así es como se podría definir el intervalo de tiempo que separa “Vacaciones En El Mar”, intrépido debut fechado meses antes de que estallara la escena nacional, y “Chanelance”, valiente segundo álbum fechado meses después de que estallara la escena nacional. No han resucitado porque nunca estuvieron muertos, pero sí que han salido de la madriguera para repartir unas cuantas hostias (y una de ellas dirigida a quien les habla: la mala crítica del BAM 98 no gustó nada. Para eso estamos: para aceptar las malas críticas de las malas críticas). Y a buena fe que lo han conseguido: “Chanelance” es, se mire por donde se mire, un disco notable. Aunque haya tardado tanto. Luís nos pone al tanto. “Todo se debe a una cuestión económica. Nosotros, al no vivir de la música, tenemos que trabajar, y eso es algo que te quita muchas horas que le podrías dedicar a la música. También debes pensar que el hecho de publicar el maxi (“Batalla De Cazalla”) y el disco de Biyi ha retrasado la salida del disco. Además, hemos invertido mucho tiempo construyendo nuestro propio estudio, conseguir un nuevo equipo, etc. Y también hemos de tener en cuenta de que nosotros no somos un grupo rentable para nadie (risas). Los de Mallorca han sorprendido a propios y extraños con un álbum conceptual que, además, propone un discurso en cierto modo distinto del que hasta ahora conocíamos. Los contornos ragga y las herencias jamaicanas se han visto suplantadas por una oleada de Funk bastardo que casa a la perfección con el eje conceptual del disco. “Siempre nos ha molado este rollo de aplicar conceptos a los discos. No es algo que hayamos usado por primera vez, sino que lo llevamos haciendo desde siempre. Quizás aquí todo queda mucho más concentrado, y sí que es cierto que hemos cuidado mucho los detalles, aunque nos lo hayamos que tenido que hacer todo nosotros con algunos amiguetes. Sí que es cierto que el disco es esencialmente Funk, pero quizás lo es porque es algo que liga mucho más con el rollo conceptual del disco. Esto no significa que ya no pensemos en meter más cosas jamaicanas en nuestra música, porque de hecho tenemos algún proyecto en mente que va dirigido a eso, sino que para este momento nos apetecía hacer un disco de esta manera”. Desde que arranca con “Dale Caña”, trece minutos de Funk despiadado, hasta que finaliza con “Despedida Y Cierre”, “Chanelance” traza un musculoso, hilarante y fundamental recorrido por las entrañas de un grupo que demuestra hacer aquello que realmente le apetece hacer. Su regreso es un envidiable ejercicio de libertad. “Realmente, nosotros publicamos lo que queremos hacer, porque al no vivir de esto, al no depender de las ventas o este tipo de historias, tratamos de que, por lo menos, aquello que hacemos en el estudio nos guste totalmente. A nosotros nos gusta hacer música y punto. No tenemos ni manager ni nada; y como nosotros no sacamos dinero de esto, luego no podemos hacer nada al respecto, tan sólo ser exigentes con aquello que podemos hacer”.

Es apropiado hablar de libertad al enunciar el nombre de La Puta Opepé. Ellos han visto cómo, a raíz de diversos problemas ajenos al contexto musical en sí mismo, la escena del Hip Hop nacional crecía (bueno, no crecía; nos dábamos cuenta que crecía, según dicen algunos) sobremanera y su nombre no aparecía en las apuestas ni en los recordatorios. Los caprichos del momento, su vacío discográfico y, en general, la sensación de que su reentré tardaría en llegar llevaron a La Puta Opepé al olvido. Y aun así, su vuelta al ruedo es sinónimo absoluto de libertad. O eso parece. “Mira, nosotros llevamos la negra, ¿sabes? (risas). Cuando sacamos el primer disco ya tuvismo problemas con las dos distribuidoras que tenían que encragarse del disco. Y cuando estalla el ‘boom’, nosotros nos encontramos construyendo el estudio y trabajando en el disco”. Envalentonados por su particularidad, porque se saben una banda diferente en muchos aspectos al resto de coetáneos de escena, La Puta Opepé enfocan su actualidad con el misma actitud de siempre, esto es: mala leche camuflada entre dosis irrefrenables de humor. Y algunos se siguen creyendo que esto sólo es pachanga y desenfreno. “Es que la gente se piensa que porque tú digas las cosas con cierto sentido del humor, ya eres un grupo humorista y la gente se puede cachondear de ti. De hecho, en este disco estamos muy cabreados, y en él se dicen cosas serias (echen un vistazo, si no le creen, a “Siempre Originales”: los medios salimos escaldados), lo que ocurre es que siempre tratamos de decir las cosas dándole un toque gracioso o alegre”

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