Presentáis nuevo disco, Pròxima B. El nombre hace referencia a un exoplaneta que se ha descubierto no hace mucho a cuatro años luz del Sistema Solar. ¿Qué se ha encontrado Júlia en este camino por su parte?
Los últimos años han sido todo un viaje muy especial para Júlia. Sin duda ha sido un camino muy divertido y en constante experimentación. Todo comenzó de forma un poco improvisada, sin ninguna pretensión, ni la de trascender en el público. Sin embargo, con el tiempo el proyecto se ha ido consolidando, hemos ido cumpliendo etapas y ahora nos preparamos para presentar nuestro segundo disco. Si nos lo dicen hace cinco años no nos lo hubiésemos creído.
En este trabajo ha ganado peso la presencia de sonidos electrónicos, caja de ritmos y sintetizadores. ¿Qué es lo que ha cambiado?
Hemos cambiado nosotras, claro. Estos últimos años hemos escuchado mucha música, pero lo hemos hecho de manera muy consciente, escuchando cada sonido y “quedándonos” con aquello que nos gustaba. ‘Nuvolàstic” fue mucho más impulsivo en este sentido y el caso es que pretendía ser así, más ecléctico. También todavía hoy nosotras somos muy eclécticas. En este caso, con ‘Pròxima B’, hay un trabajo de fondo mucho más profundo sobre los sonidos que queríamos utilizar y el universo que queríamos explorar. En este, los sintetizadores y sonidos electrónicos, así como la guitarra eléctrica son la parte fundamental, el todo. Así como el tratamiento de la voz principal, mucho más versátil, acertada y estudiada.
Aunque sois un dúo, también habéis contado con la participación de un satélite en el universo de Júlia, Javier Vicente, Carasueño. Como productor del trabajo, ¿cuál ha sido su influencia en el proceso de creación del disco?
Efectivamente Carasueño ha sido el productor y también le hemos dado total libertad para arreglar los temas y hacerlos crecer. Nuestra historia con él también es muy bonita. De forma resumida: somos muy fans del disco ‘La calma chica’ de Tulsa, estuvimos todo el verano pasado escuchándolo en bucle y alucinando con él. En uno de los típicos viajes en coche llegamos a la conclusión de que teníamos que descubrir quién había producido ese disco porque era indispensable ponernos en contacto con él y pedirle que fuera el productor de nuestro próximo disco. Así es como contactamos con Javi, Carasueño, quien después de pegarle algunas escuchadas a ‘Nuvolàstic’ y a algunas demos de las canciones nuevas aceptó nuestra propuesta. La combinación Júlia & Carasueño es absolutamente Pròxima B, ambas partes estamos representadas y la satisfacción, por los dos lados, es también inmensa.
Este segundo disco es el resultado de medio año de trabajo, tiempo récord. ¿Cómo ha ido? ¿Habéis tenido dificultades?
La verdad es que ha sido un proceso muy tranquilo, muy meditado y muy natural. Ahora miramos hacia atrás y vemos que hemos hecho muchas cosas en muy poco tiempo, pero lo hemos llevado muy bien. Después de saber que Carasueño iba a trabajar con nosotras (haciendo de productor y mezclando las canciones) era el momento de buscar quién iba a grabarnos. En este capítulo también hemos tenido mucha suerte porque ha sido bien cerca, en Alcoy, tenemos a Adrià Sempere (White Recorder), que es un crack del sonido y tiene un estudio propio en casa. Lo hemos grabado todo con él, con toda la calma, descansadas y sin la necesidad de hacer grandes viajes para ello. Además, Adri también ha aportado sus nociones en música electrónica para asesorarnos, añadiendo incluso algunos elementos a las canciones. Con Adri y Carasueño hemos tenido mucha suerte, somos muy afortunadas porque son gente que lo hacen todo muy fácil pero con un grado de profesionalidad impresionante. Después de masterizar también en Zaragoza, todo supervisado por Carasueño, nos ha venido la última de las sorpresas con Hidden Track Records (sello impulsado por Louise Sansom) que se ha ofrecido e implicado al máximo para editar el disco con la colaboración de Malatesta Records.
Dificultades, más allá del dinero que nos cuesta todo esto y el tiempo que invertimos, no hemos encontrado ninguna. Si podemos, repetiremos fórmula en el futuro.
La portada de Pròxima B es muy diferente respecto al estilo del anterior. Esto también se ve en las fotografías que estáis colgando últimamente en las redes sociales, ¿qué queréis expresar con esta estética?
Para nosotras es muy importante la parte gráfica del disco, así como todo lo relacionado tanto con el diseño de la portada como con las fotografías que usamos (a cargo de Jordi Arques). Naturalmente, la música es la parte central del proyecto, pero también nos gusta mucho cuidar todo lo que le envuelve. Es cierto que las portadas de ‘Nuvolàstic’ y Pròxima B a primera vista son muy diferentes, pero en realidad los procesos o intenciones son más parecidos de lo que se puede ver a simple vista. En ambos casos hemos querido combinar técnicas, ‘híbridas’ como dicen las diseñadoras (Magda Arques & Sofía Hernández), técnicas digitales pero en las que el componente humano y lo ‘analógico’ es también muy importante. En este caso las diseñadoras han propuesto como elemento central lo que parece ser una superficie, un terreno irregular que podría ser el de Pròxima B, elaborado a partir de ‘Processing’. Dos tramas diferentes que se entrelazan con diferentes colores y que son, además, dibujadas con rotulador por una máquina llamada Axi Draw! Para nosotras esto es una bomba, portadas únicas, con tramas diferentes y cada una con una combinación distinta. Es una locura y nos está costando mucho tiempo (principalmente a las encargadas del diseño), pero es nuestra forma de dar al diseño la importancia que merece y de dotar de un valor añadido al disco físicamente. Y nos estamos avanzando, pero también podemos decir que el disco y el vinilo tendrán diseños diferentes para buscar precisamente esa exclusividad de cada formato.
Tanto Nuvolàstic como Pròxima B tienen una relación muy estrecha con la astronomía y los fenómenos meteorológicos. ¿Qué tipo de inspiración encuentra Júlia en el mundo cósmico?
El mundo cósmico es una fuente de inspiración inagotable, gran parte de las cosas que pasan a nuestra alrededor tienen una relación o verosimilitud con los procesos naturales, meteorológicos o biológicos. Además, es un terreno muy sensorial que da mucho juego porque contribuye a crear este ambiente de ‘polvo flotante’ que buscamos. Nos gusta comparar lo que le pasa a la gente en nuestro micro-cosmos con fenómenos físicos que se producen a gran escala, es fascinante lo grandes que son las sensaciones humanas.
Pròxima B sigue con el estilo de electrónica lo fi de vuestro primer trabajo. ¿Cuáles son vuestras influencias musicales más directas?
Escuchamos música muy diversa y pasamos por muchas fases diferentes a lo largo de los años. También nos resulta especialmente difícil buscar unas influencias claras porque el caso es que, después, quien escucha Júlia encuentra también dificultades para buscar puntos en común con otros grupos y no acaba de entender nuestros referentes porque realmente no los encuentra. La verdades que nos da la sensación, después de estos años, que hacemos una propuesta “difícil de definir”, y esto nos gusta mucho, no nos parecemos a nadie así a una primera “escucha”. Aun así, naturalmente somos personas y todo lo que escuchamos nos influye de alguna manera. Un referente claro en este Pròxima B es Tulsa, aun así lo escuchas y probablemente no encuentres nada de Júlia en él. También hemos estado escuchando mucho Austra, Anímic, The Raveonettes (siempre) o gente de casa como Mox Nox o Soledad Vélez. Hay música impresionante hoy en día, ¡menuda suerte!
El estilo que más os identifica es el ‘dream pop’. ¿Creéis que es buena idea etiquetar a grupos por género?
Si es buena idea o no… no lo sabemos. Es evidente que muchas veces es necesario identificar a un grupo dentro de un determinado género o situarlo en alguna escena de entrada, pero ya ves… Por lo que se refiere a nosotras, hemos encontrado especiales dificultades para ponernos una etiqueta y estar cómodas al 100%. Podemos decir que el ‘deam pop’ es lo más cercano a nosotras en este momento, no siempre ha sido así pero ahora mismo es lo que más nos puede identificar. Además, el ‘dream pop’ nos gusta, así que no tenemos problema.
¿Qué evolución ha llevado Júlia desde su nacimiento hace cuatro años?
Júlia es un proyecto que ha evolucionado y cambiado prácticamente a cada concierto que hemos dado. Podemos decir que ahora mismo estamos trabajando el formato más estable de Júlia desde que empezó. Hemos hecho muchas pruebas, no lo hemos tenido claro desde el principio ni esto ha sido en ningún momento un proyecto estudiado al milímetro. Empezó como un “experimento” en solitario (con Estela Tormo como única Júlia), pasó por la formación de banda completa con la grabación de ‘Nuvolàstic’ después, y más tarde se ha consolidado en el formato actual de duo (Estela y Lídia) para preparar Pròxima B. ¡De hecho los cambios no se han acabado! Estamos incorporando una nueva guitarra para algunos de los nuevos directos, pero podemos confirmar que ahora se inicia una etapa de estabilidad que viene dada por la seguridad que nos proporciona el resultado del nuevo disco.
Como agrupación femenina que sois, ¿cómo veis la presencia de la mujer en la escena musical valenciana?
En la escena musical valenciana, entendiéndola como la escena pública y de cara al público, la presencia de la mujer es totalmente insuficiente, el tema todavía está muy atrasado respecto a otros lugares del Estado. Hay muchas mujeres haciendo buena música pero no se nos programa tanto como a otros compañeros masculinos que están mejor relacionados o que entran dentro de baremos más “estándar” estilísticamente. O cuando se quieren programar a mujeres se recurre a formaciones de otros sitios y pasan por alto a las que estamos haciendo cosas aquí para ofrecer proyectos interesantes y, no lo olvidemos, muy costosos para nosotras, tanto en el ámbito personal como en el económico. Por otra parte, y esto es más grave, ¿cómo puede ser que los ayuntamientos, Generalitat u otras entidades públicas organicen eventos o festivales que no incorporen mujeres a su cartel? Eso está pasando hoy en día y es un escándalo. Está pasando y “la escena valenciana” mira hacia otro lado. Ponemos el grito en el cielo en muchas cuestiones, pero en el tema de la mujer todavía estamos esperando que mucha gente que se hace llamar “activista” se ponga a trabajar y se sume. Las mujeres estamos haciendo nuestro trabajo y hay compañeras que trabajan sin descanso en este sentido. Aun así, sin la implicación de todo el sector musical, la lucha será más larga. La ganaremos, eso está claro, solo que será más larga.
En cuanto a proyectos de futuro, ¿qué citas tiene Júlia próximamente con los escenarios?
Venimos de tocar en el Eufònic Festival en Sant Carles de la Ràpita que ha sido como un simulacro de presentación del disco. Además, hemos estrenado los visuales de Magda Arques que esperemos que nos acompañen en muchas otras ocasiones. Ahora la cita más importante la tenemos el próximo 14 de octubre en la presentación oficial en Alcoy, en el Centro Cultural Mario Silvestre. Hay un par de cosas más hasta que llegue ese momento, el 8 de septiembre en Castellón de la Ribera y el 22 en Cocentaina. Además, estamos trabajando para poder presentar el disco en Valencia, la idea no es hacer una súper-presentación pero si algo cuidado, en algún sitio donde tengamos un buen sonido, podamos proyectar y ver si nos puede acompañar algún grupo en el cartel. Por supuesto, también pretendemos subir a Cataluña, ya tenemos algunas acciones promocionales en agenda y sabemos que tanto desde el Sotabosc (management) como desde Hidden Track (editor) estamos trabajando mucho para buscar buenos sitios en los que presentar Pròxima B.
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