SÍ PERO NO

HABLAR DE EL HOMBRE BURBUJA REQUIERE TRATAR UNO DE LOS ASUNTOS MÁS NEGROS DE LA INDUSTRIA MUSICAL EN ESPAÑA. EL FRESCOR, EL TALENTO, SU HABILIDAD PARA COMPONER EL BUEN CANCIONERO QUE ES SU PRIMER Y HOMÓNIMO LP, LANZADO A FINALES DEL 98, FUERON OBJETO DE MERCADEO, EXCUSA PARA LA ESTAFA Y PARA EL LUCRO DE PERSONAS INCAPACES DE HACER CANCIONES. ESTÁN PESE A TODO DE REGRESO.

Terminada una entrevista bastante poco satisfactoria -imagino que tanto Antonio, batería, como Julio, guitarra y voz, están algo cansados- apago mi grabadora y recojo mis bártulos. Julio, voz suave y ligero acento gaditanos, dice: "Oye, eso que hemos dicho antes, no lo vayas a poner ¿vale?". Sí, sí, no te preocupes por eso: lo consideraremos off the record. "¿Off the record? Sí, así se llamaba la discográfica del tío que nos jodió con el primer disco". Y comienza el discurso que justifica media hora de cinta magnetofónica recorriendo los más usuales tópicos de una entrevista con tintes tan escasamente informativos como eminentemente promocionales, que luego podrán leer. ¿No les resulta aburrido el noventa por ciento de lo que se lee en prensa musical?. En fin, cito aproximadamente: "Tuvimos un contrato con Running Circle, que quebró enseguida. La discográfica a la que pasamos se llamaba Roto/Off The Record (su capo era un tal Carlos Lugrín, tenían su sede en el barrio de Chueca, cerca de la calle Hortaleza). Después de grabarnos el disco, el tío decidió, sin decirnos nada, vendérselo a una multinacional. Y fue Polygram. 

Se ganó siete millones. Pero este disco no llegó a salir nunca con Polygram, porque con la absorción de la compañía por Universal, nos fuimos a la calle. Caroline se interesó por nuestro disco y decidió editarlo. Se lo pasamos gratis porque tienen que pagar a la discográfica un cinco por ciento de las ventas hasta completar ocho millones y un dos por ciento a Lugrín, como productor artístico". En definitiva, un asunto tenebroso. Afortunadamente, los muchachos han declarado no tener ya ningún lío de contratos. Mi planteamiento para esta entrevista era empezar explicándoles mis ideas sobre sus discos. Mientras su primer lp me parece un disco bastante bueno, no puedo decir lo mismo de su reciente "Nadando A Crol" (Rftos/Caroline, 00). Honestamente, me parece inferior. Demasiada y muy buena producción, sí, pero ¿y las canciones? "Creo que el disco es bastante directo. Yo no creo que nos hayamos centrado sólo en sonido y producción. Estuvimos a punto de autoproducirnos. Queríamos transparencia, sonar a lo que sonamos nosotros". Para ello, los andaluces han decidido echar mano de Kaki Arkarazo, responsable de la producción del último disco de Manta Ray, pero que además ha producido a Anestesia, grupo de hardcore-metal que cuenta en sus filas con Mikel, compañero en Negu Gorriak, y también ha sido responsable de grabar "Tejido De Felicidad". Todo un cerebro, vamos. "De hecho, la producción de nuestro primer disco no nos gustó mucho. Era un tío inglés, y nos sonaba todo muy comprimido". Así, pues, su primer disco no fue satisfactorio ni para ser editado ni para producir. "Se produjo en el 96, tuvimos contrato en el 97 y no salió hasta el 99". Resulta claro cuando uno oye su último trabajo que el grupo ha buscado referencias en el mundo de la música electrónica. "Nadando A Crol" carga las tintas en un bajo potente, utiliza sonidos premeditadamente sintéticos e incluso presenta tímidos conatos de scratch, loops y moog. La voz busca inspiración en el hip-hop (véase por ejemplo "¿Por Qué No...?") y la rítmica de "Kill The Mosquito" bebe de las fuentes del new school. Su sonido apunta claramente en esa dirección; los resultados no parecen ser convincentes. "Sin duda hay cosas brillantes ahí. Hay muchas estructuras circulares. Hemos pasado más de la estructura tradicional de las canciones pop y hemos tratado de encajar el sonido. Nos hemos propuesto hacer lo que nos diera la gana, el disco es muy variado y a la vez suena moderno". Sonando como suena, cabe preguntarse cómo lo van a hacer sonar en directo. "Este disco tiene espacio, y espacio significa dejar tocar a cada instrumento. Llevarlo al directo no va a ser tan complicado porque no está demasiado producido. Yo procuro tocar tanto a la cabeza como al corazón, jugar con la variedad en el disco usando las posibilidades del estudio, pero sin dejar de sonar potentes, frescos y directos".