"Escribir canciones ha sido como un viaje"
EntrevistasShanghai Baby

"Escribir canciones ha sido como un viaje"

Fran González — 08-01-2023
Fotografía — Paula Yubero

Shanghai Baby es el sobrenombre con el que la polifacética madrileña Ade Martín nos ha demostrado tener el carácter y valía suficientes para volar sola, y su primer trabajo, “EP01” (La Castanya, 22), ya le ha supuesto una excusa para empezar a testar su papel como frontwoman en diferentes tablas de nuestro país.

Por si no hubiera suficiente, ahora es una de las artistas que formará parte de Focus On Spain, fruto de la colaboración del prestigioso festival ESNS (Groningen, Países Bajos; del 18 al 21 de enero) con The Spanish Wave, junto a otros nombres como Ghouljaboy, Kokoshca, Go Cactus, Merina Gris, Tanxugueiras, Zetak o Queralt Lahoz, entre otros.

Fruto de la incontinencia artística, Ade Martín encontró en el baúl de sus pasiones olvidadas los medios necesarios para sobrevivir a una pandemia desesperante y tediosa. Acabó reavivando facetas hasta ahora desconocidas por su audiencia y demostrándonos, bajo un alias prestado de la novela homónima de Zhou Wei Hui, que su talento transgrede más allá de su rol como bajista de Hinds.

Empecemos por el principio, Ade. ¿De dónde te vino la idea de querer volar sola?

El proyecto en sí nace de forma bastante improvisada, aunque vino dado de algo que sí que llevaba muchos años queriendo hacer de manera más profesional, que es producir. Yo ya empecé a estudiar producción incluso antes de estar con Hinds, pero cuando la banda comenzó a rodar y a ocupar todo mi tiempo, fue algo que tuve que dejar apartado. Con la pandemia y con tanto tiempo libre decidí que era una buena ocasión para retomarlo, y me puse a hacer un curso online con Berklee. Algunas de las tareas encomendadas eran, básicamente, escribir y grabar canciones, así que poco a poco me fui dando cuenta de que, aunque era algo que nunca antes había hecho, pues mi labor en Hinds era otra, estaba empezando a disfrutar mucho del hecho de trabajar por cuenta propia. De la nada, acabó saliendo un EP que, aunque no había sido desde el origen la meta final, fue algo que me terminó haciendo sentir muy bien.

En este proyecto, obviamente, descubrimos aristas tuyas que no conocíamos, como tu faceta de cantante.
Esa faceta no es tan nueva como parece, realmente. Dado que mis padres eran un poco psicópatas [risas] me metieron en una escuela de jazz de Malasaña a dar clases de canto cuando era aún muy pequeña. Allí estuve desde los tres años hasta los veintiuno, así que imagínate. Y debo decir que me he acabado dando cuenta de que echaba mucho de menos cantar, la verdad.

“He aprendido lo arriesgado y tóxico que puede ser agarrarse a una sola cosa en la vida”

¿Y cómo fue pasar de tener las canciones compuestas a tener un disco como tal?

Como te decía, todo fue sucediendo sin demasiadas pretensiones al principio. Yo quería sacar mi música sin más y sin estar demasiado envuelta en tema de sellos, y demás. Primero, por supuesto, lo consulté con nuestros mánagers de Hinds, y después, poco a poco, me fui ilusionando cada vez más con el proyecto. Mi chico, Nico Yubero de La Paloma, justamente acababa de firmar con La Castanya, y al ver el buen trato que les dieron y las cosas tan chulas que empezaron a hacer, me picó la curiosidad por comenzar a trabajar con ellos también.

¿Hay más gente implicada en el álbum, por lo que veo?
En la composición estuvimos prácticamente Nico y yo solos. Él me ayudó con las percusiones, ya que tocaba previamente la batería en otra banda, y también a la hora de terminar algunos versos. Y por supuesto Paco Loco, que es como mi gurú. Me conoce muy bien, siempre sabe qué le hace falta a un disco para que suene como tiene que sonar, y de hecho este álbum no sonaría así si no es por él.

¿Qué me dices del directo?
Pues ahí ha habido algo más de inestabilidad. Aunque siempre he estado muy bien acompañada, primero empecé con Diego Escriche de La Plata a la guitarra, después vino Nacho de AKA Matador, después Lucas de La Paloma, y finalmente Diego García de The Parrots. Al bajo está Antía, de Bifannah y a la batería, como te decía, Nico.

¿Y la tarea de componer, qué tal la has llevado?

Esto sí que ha sido algo totalmente nuevo para mí. He preferido apostar por letras que no fueran demasiado evidentes ni literales, sino un tanto más encriptadas, pero que de algún modo también fueran capaces de hacer que la gente se sintiera identificada. La escritura de estas canciones también coincidió con el hecho de que yo estaba saliendo de una depresión bastante fuerte y llevaba como un año yendo a terapia, así que de alguna forma el hecho de tener esta responsabilidad me ayudó a soltar muchas cosas que llevaba dentro. Para mí escribir canciones ha sido como un viaje y una forma de salir de ahí.

¿Qué me dices de tus influencias? ¿Difieren mucho de las que ponéis en común para Hinds?

Bueno, ahí tengo que irme a algo bastante obvio que son The Strokes, y más concretamente Julian Casablancas en solitario. Su álbum, aún a día de hoy, sigue siendo una gran influencia para mí. Pero hay otras también, quizás menos obvias, pero que están ahí, como mi background jazzístico. De algún modo, eso también se nota en mi forma de cantar, pues siempre intento emular el estilo crooner ya que, a fin de cuentas, es la forma en la que aprendí a cantar.

"La verdad es que estoy intentando que este proyecto no suponga una gran presión para mí"

¿El contexto en el que vivíamos hace un par de años influenció también?

No de forma directa, pero está ahí, sin duda. Supongo que a ti también te pasaría, ¿no? Fueron un par de años en los que todos pensamos más que nunca sobre nuestras vidas, hacia dónde íbamos, quiénes éramos…

Mucha nostalgia.
Exacto. No hay una muestra explícita de todo ello en mis canciones, a excepción de un par de frases en “Horse”, por ejemplo, donde sí menciono el hecho de estar encerrados y demás, pero el tema está ahí. A la hora de componer yo funciono mucho por imágenes, y recuerdo tener presentes muchas imágenes de personas encerradas, tristes o que se daban a la bebida directamente porque no tenían nada mejor que hacer.

Ahora que hemos abierto el melón de la pandemia, ¿cómo fue para una banda tan inquieta como Hinds echar el freno durante tanto tiempo?
Pues imagínate, fue un mazazo enorme, la verdad. Sacamos “The Prettiest Curse” en plena pandemia, y nunca pudimos llegar a girarlo como se merecía. Fue el trabajo en el que más invertimos, iba a ser “nuestro disco”, ya sabes. Nuestro primer trabajo en el que sonábamos realmente hi-fi y un salto definitivo con el que consagrarnos. Una putada, vamos. Pero a título personal debo decir que no me ha venido tan mal, si valoro todo lo que he podido hacer durante ese parón y todo lo que he rescatado que echaba tanto de menos. Desde producir música hasta jugar al tenis. He aprendido lo arriesgado y tóxico que puede llegar a ser agarrarse a una sola cosa en la vida.

Estando acostumbrada a un segundo plano, ¿cómo fue ponerte por primera vez en un escenario como frontwoman? Imagino que ahí cambian las reglas del juego muchísimo.
Lo llevo fatal, honestamente. Antes de subir al escenario me dan ganas de llorar. Luego no, luego estoy viviéndolo a tope y encantada, pero ese paso previo es muy duro. Mira que mis compis son la hostia y, por supuesto, no tengo ni que preocuparme de que me sigan el rollo, pero al tratarse de mi proyecto siento que toda la presión recae sobre mí y lo paso muy mal. Supongo que de aquí en adelante y cuando esté algo más rodada me iré acostumbrando cada vez más a esto.

Precisamente, hablando de próximos pasos, ¿qué vida futura le espera a Shanghai Baby?

La verdad es que estoy intentando que este proyecto no suponga una gran presión para mí. Tengo algunas canciones nuevas, que comenzaré a tocar en directo a partir de ahora, por ejemplo, pero trato de recordarme a mí misma que esto lo hago porque lo disfruto y me hace bien y que no es el proyecto de mi vida. Sin duda, lo que sí mantendré en el tiempo es grabar y producir, pues me he dado cuenta de que eso sí que me hace muy feliz, y personalmente, tengo muchos proyectos y frentes abiertos ahora mismo como para pensar en hacer grandes giras como Shanghai Baby. No me veo haciendo eso para nada, aunque si salen cositas sueltas que me llaman la atención, sí. Creo que la clave para poder disfrutar de esto es ir poco a poco.

No sé si conocerás a alguna persona en esta situación pero, ¿te atreverías a decirles algo a las personas que estén dubitativas entre sí empezar un proyecto en solitario o no? Algo que te hubiera gustado oír a ti, tal vez.
Desde mi punto de vista, creo que el mero hecho de verte haciendo algo por ti mismo, que a priori ni siquiera sabías que querías hacer, es muy positivo y muy bueno para tu autoestima. Ya no solo desde el plano artístico, sino para cualquier ámbito de tu vida. Es algo que puede llegar a ayudarte muchísimo a la hora de tomar decisiones por cuenta propia, por ejemplo, o de llevar las riendas de tu propia vida. Se pueden presentar muchas voces en contra que intenten disuadirte, pero una vez lo superas y te pones a ello, es la hostia.

 

 

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