Liderada por “Martillo” Fontana y con la participación de “Cleve”, miembros de la banda de punk rock The Capaces, cuentan con una actitud incendiaria y un directo explosivo, además de unas letras íntimas y trabajadas y una calidad musical de primera. El año pasado lanzaron el disco “Grasping The Roots” (TV Eye, 20), pero la pandemia del Covid les cortó de pleno la presentación y la gira. Más tarde presentaron el videoclip de “There Was A Time”, con la voluntad de darle nueva vida al trabajo.
¿Cómo resumirías vuestra propuesta musical?
El título de nuestro primer disco, "Soul’n’Roll", define bastante bien nuestro concepto musical: la mezcla entre el soul primitivo del sur de los Estados Unidos de los sesenta y el rock and roll de los cincuenta. Con el segundo disco hemos evolucionado un poco dentro del estilo, hay baladas, canciones cañeras… La música es más abierta. Nosotros no hacemos un soul modosito, ni tampoco tiene nada que ver con The Capaces, tenemos una línea, un estilo y una identidad propia. Hacemos lo que nos gusta y lo que nos apetece. Suponemos que eso es nuestro defecto, pero también nuestra virtud, ya que nos gusta también ir un poco a la contra.
Bebiendo de una música con tantas raíces, ¿cuáles diríais que son vuestras grandes influencias?
Nosotros somos más de Stax que de Motown. El sonido Stax es más directo, más de sudor y menos repeinado y producido. Es el tipo de soul es el que nos define más. Es decir, que nuestras influencias son mayoritariamente antiguas, pero las pasamos por nuestro procesador para que suene actual. De hecho, nuestro nombre proviene de una canción de Sam Cooke, uno de los pioneros del soul. Aún así, también tomamos mucho de la nueva hornada soul, de artistas de mucha calidad como Lee Fields, Sharon Jones o Hannah Williams. Empiezan a brotar ruidos soul más modernos, más elaborados y que no suenan tan a clásico.
"Hacemos lo que nos gusta y lo que nos apetece. Suponemos que eso es nuestro defecto, pero también nuestra virtud, ya que nos gusta también ir un poco a la contra"
¿Qué os hizo hacer soul y rock and roll en el siglo XXI?
No sabemos hacer otra cosa. Siempre nos había gustado el soul y era un terreno que casi no habíamos explorado. En The Capaces el soul ya era una gran influencia, aquel soul de desmadre total, un tío sudando y desaliñado, como Otis Redding o James Brown, echándose al público y montando unas liadas impresionantes ... Nos encantaba esto. El punk es más extremo y hace años nos lanzamos a él, pero nunca hemos dejado de escuchar soul ni rock... Con The Capaces ya establecidos y con una carrera definida pensamos “¿Por qué no tiramos ahora del soul que tanto nos gusta?”. Fue una forma ideal de reencontrarnos con nuestras raíces.
¿Qué se siente al ser una frontwoman?
Va mucho con la identidad de cada integrante del grupo. Nosotros muchas veces lo comentamos y nos reímos… Hay como un patrón, los baterías son de una cierta manera, los bajistas de otra, los guitarristas de otra... y a los cantantes siempre nos dicen que somos unas divas, que tenemos el ego muy alto [risas]. Yo realmente disfruto muchísimo siendo la cara visible y estando en el frente de una banda, estoy muy feliz. La vida fuera del escenario es muy diferente, pero cuando subo me encanta llevar las riendas. Me flipa el feedback del público, darles mucha energía y adrenalina… Acabo reventada en los conciertos, es casi una adicción.
¿Qué diferencias vocales hay entre The Capaces y Shake? ¿Tienes que cuidar tu voz de alguna manera especial?
La verdad es que no me preocupo mucho por cuidarla, pero tampoco he tenido que suspender casi nunca conciertos. Con The Capaces he llegado a hacer veintidós conciertos seguidos, durmiendo en la furgo, en el suelo, y donde fuera [risas]. Supongo que debo tener cualidades anatómicas para resistir, pero para mí lo importante es estar motivada y dar un buen trago de whisky antes de empezar. Me he dado cuenta de que Shake exige mucho más en lo vocal, con lo que ahora estoy llegando a hacer cosas que eran impensables para mí, tonos agudos, melodías mucho más suaves. Puede parecer paradójico, pero para mí gritar es muy fácil. A veces es mucho más difícil mantener un tono más bajo o cantar pausado. Es un aprendizaje continuo que aporta más dificultad, pero para mí lo importante es disfrutar y estar siempre probando cosas nuevas.
¿Qué soléis tratar en vuestras letras?¿Qué os inspira?
Las letras de soul son bastante sencillas en cuanto a temática: primero están las baladas ultra tiernas y mentirosas, del estilo “te amaré toda la vida” cuando a los dos minutos estás mirando a otra; este rollo de gran subidón emocional. Y después está el rollo de gamberreo, de baila conmigo, de espíritu festivo con dobles sentidos. En Shake los dobles sentidos son muy importantes, jugamos mucho con ese tema, por ejemplo enmascarando un trasfondo social en un estilo y una letra más socarrones.
¿Qué queríais expresar con “There Was A Time” en concreto?
Queríamos reflejar que hay un momento para las cosas, que hubo un momento para ti y para mí, pero ese momento ya ha pasado y no hay que amarrarse a cosas ni a tiempos que ya no están. Hubo un momento que fue ese momento, pero ya pasó. Es una canción de desamor que también habla de los recuerdos buenos de amor, y al final es con lo que nos tenemos que quedar, con esos instantes, pero siendo conscientes de que no van a volver. Es bastante melancólica, la verdad.
Sobre el vídeo, ¿por qué elegisteis el blanco y negro? ¿Qué simboliza el paso a color final?
El tema del blanco y negro, el color y las luces es más un tema emocional, de ir acompañando con la gama cromática las subidas y las bajadas de intensidad en el tema. Comienza con un blanco y negro muy respetuoso y tranquilo, y al final que ya es un drama total entran más colores para subir la intensidad emocional. Aunque esto lo domina más Xavi Garret, que es el artistazo que nos hace los vídeos.
En el vídeo también aparece una bailarina interpretando vuestra canción. ¿Le disteis alguna indicación o fue un baile espontáneo?
Fue ella que se atrevió con la canción y le salió de esta manera. Para grabar el videoclip nos volvimos a encontrar después de mucho tiempo separados por el confinamiento en el Ateneu Popular de Nou Barris. El reencuentro en sí ya fue muy emocionante para nosotros, pero cuando vimos a la chica bailando e interpretando nuestra canción nos pusimos a llorar, fue muy conmovedor. Queríamos que alguien externo a la banda interpretara nuestros sentimientos, y no pudo hacerlo mejor, nos encantó.
¿Cómo está el panorama musical del soul y del rock en Barcelona? ¿Es fácil hacerse un hueco?
Lo cierto es que hay bastante escena de soul y de rock, lo único que es más underground y no sale en los medios, pero sí que hay bastantes grupos que tiran. Hay muchas bandas, pero siempre se acaban publicitando las mismas. Hacerse ahora mismo un hueco es dificilísimo y muy complicado. Sabemos que no es un productdo comercial, pero el circuito de aquí tiene algo de elitista. En Francia, por ejemplo, sí que hay un circuito más chulo, y en Europa en general está más valorado. Aquí parece que nos hagan un favor, cuando en realidad estamos trabajando muchísimo. Hemos tocado en Alemania y en Francia, por ejemplo, y es muy diferente, es un tema cultural, de respeto a la música, a las bandas... El ocio está más ligado a la cultura.
¿Qué planes de futuro tenéis?
Ahora vamos a seguir grabando y sacando singles hasta poder montar un nuevo disco. De momento tenemos dos temas ya grabados y tres están en el camino. Tenemos faena, ya que el confinamiento fue muy productivo para nosotros (compositivamente hablando), y ahora que nos podemos juntar vamos quedando y trabajando en el local de ensayo. Vamos tirando, a veces se hace difícil, pero lo hacemos sobre todo por amor al arte. La pandemia nos jodió mucho, no solo a nosotros obviamente, pero fue un golpe muy duro. Sin embargo, ahora toca levantarse y tirar hacia adelante, seguir con nuestros proyectos y con nuestra música, porque, al final, es nuestra vida.
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