“Hemos sentido cierta saturación de nosotros mismos”
EntrevistasSexy Zebras

“Hemos sentido cierta saturación de nosotros mismos”

Jesús Casañas — 11-04-2022
Fotografía — Helena Llum

Han pasado cinco años entre su tercer disco, “La Polla” (17) y este cuarto disco, “Calle Liberación” (Autoeditado, 22). Entremedias han tenido que afrontar un cambio en sus filas (el primero desde que se gestase la banda), la crisis sanitaria y su propia crisis como grupo. Pero todo lo han superado con éxito, y basta con escuchar su nueva criatura para darse cuenta de que han salido más sabios, pero sin perder frescura.

Quedamos con José (guitarra) y Gabi (bajo y voz) en una terraza del centro de Madrid para charlar largo y tendido, con la calima de arena subsahariana sobre nuestras cabezas.

Han pasado unas cuantas cosas entre vuestro anterior disco, “La Polla”, y éste. Empezando por el cambio de batería: entra Jesús (hermano de José) en lugar de Samuel. ¿Cómo vivisteis ese cambio, y cómo ha afectado al sonido del grupo?
(José) Es un cambio estructural a todos los niveles el hecho de que Samuel decidiese abandonar la banda después de tantos años juntos, no conocíamos otra manera. Pero sí que la banda había cumplido un ciclo, arrastrábamos toda una historia, muchos años de mucho viaje, muchas alegrías, muchos fracasos y mucho todo. Por un momento había algo que nos impulsaba a dejarlo, pero Samuel desde un punto de lucidez pensó que también era una forma en la que la banda podría seguir adelante, solo que luego la tarea nos quedó a nosotros. Estuvimos mirando varias opciones, varias pruebas, incluso intentamos cambiar la formación, llegamos a estar ensayando con dos baterías… Pero al final quedó en lo natural: mi hermano. Musicalmente nunca habíamos tocado juntos, y somos vecinos de Gabi de toda la vida, como hermanos también. Al empezar a tocar con Jesús, no queríamos poner ninguna presión sobre él ni sobre nosotros, de tener que ser los mismos que habíamos sido. Es una oportunidad de vernos en puntos diferentes, de que un tercio de la banda es diferente. Vivamos el proceso y veamos a dónde nos lleva. Ha sido un trip guapo, ver cómo hemos ido encajando, reencontrándonos…
(Gabi) Ha sido mucho más profundo que el sonido. La forma que tenía de tocar Samu era una maravilla, nosotros nos sentíamos increíbles con él. Pero sí que es verdad que Jesús, joder, ha cambiado casi todos los patrones de relación de la banda. Al final, nosotros veníamos de doce o trece años con las mismas rutinas, y de repente salirnos de allí nos ha hecho componer diferente, entender la banda de una forma diferente, eliminar la carga que teníamos de la banda que habíamos sido en “La Polla”, y poder amplificar las posibilidades que nos dábamos a nosotros mismos de expresarnos. Más allá que el sonido, ha sido un cambio casi de parámetro. Y nosotros, tal y como entendemos la banda, siempre la hemos sentido como una familia, tres colegas. La opción número uno, a pesar de que pensamos en algunas otras, que era tocar con Jesús. Nos ha eliminado como doscientos cincuenta pasos de lo que hubiera sido que entrara otro batería.
(José) Luego lo ves y dices: “Qué sencillo, qué fácil”. Pero en el momento es verdad que se arrastran dudas: “¿Cómo va a encajar esto? ¿Voy a meter a mi hermano en esta historia?”.
(Gabi) Jesús es un batería de jazz que toca que flipas, el hijoputa. En los primeros ensayos, éste y yo, que somos unos mataos, pensábamos: “¿Y ahora qué hacemos para que suenen el bombo y el bajo como tienen que sonar?”. Pero al final ha sido una bendición.

“En el nuevo lenguaje de la banda nos hemos ido eliminando muchas capas mentales que teníamos con nosotros mismos”

Luego vino la crisis sanitaria, ¿cómo os pilló?
(Gabi) ¿Estábamos ensayando con él ya, no?
(José) Sí, de hecho el día que decretaron el estado de alarma salíamos de empezar a grabar las maquetas del nuevo disco.
(Gabi) ¡Claro! Llegamos al estudio, estuvimos como tres días, y el día que salimos del estudio, que pillamos covid todos, fueron las primeras maquetas que grabamos con Jesús. Mucha prisa, con la mierda en el culo de “esto lo tenemos que sacar ya”. La crisis sanitaria lo que nos hizo fue como “chavales, relax”.
(José) En verdad, como es algo que de una u otra manera hemos sentido todos, como que está habiendo una reconstrucción a nivel global muy importante. Y a nivel de grupo y a nivel individual hemos experimentado eso, cómo estamos como individuo. Es decir, yo conozco a este tío desde que me llega la memoria y, de pronto, joder, estamos creciendo, dónde estás tú, quién eres tú, quién soy yo, dónde estamos… La crisis sanitaria nos dio aire, nos dio perspectiva, nos restó estrés y dijimos: “Mira, que esto dure lo que tenga que durar, vamos a hacer las mejores canciones que sepamos hacer ahora mismo, terminémoslas y veamos a dónde nos llevan”.

Habéis ido lanzando un montón de singles a lo largo de 2021. El primero fue “Tonterías”, primer tema nuevo en cuatro años. Según Gabi, “un grito de perdón hacía nosotros mismos”, ¿de qué habla?
(Gabi) Lo importante de la canción para nosotros eran dos elementos. Darnos cuenta de la cantidad de gilipolleces, ya no solo que hemos verbalizado con la boca, sino las formas en las que actuamos. Y lo sencillo que es quererse, lo complicado que es sobrellevar el odio y lo fácil que es quererse. Hay muchas canciones que hablan de nuestro proceso de ruptura y de reconstrucción. “Tonterías” habla de la capacidad que hemos tenido de hacernos daño con las palabras, entre nosotros.
(José) Tratamos en esa canción de hablar en varios niveles. Ha aparecido un nuevo registro en este disco que es menos habitual en otros, que estamos tratando de hablarnos a nosotros mismos y a una segunda persona. Al final te das cuenta que el conflicto mundial o la crisis sanitaria es de tú a tú. Entonces es, ¿cómo podemos transformarlo? Todos hemos vivido los daños de una ruptura, pero cómo se llegan a veces a desvirtuar.
(Gabi) Y que al final lo curas tú solo, tú mismo. El perdón es hacia ti. El estribillo de “Tonterías” era: “Es mucho más fácil amarte que odiarte”. Es lo que nos dimos cuenta de esa canción, por eso era tan importante sacarla desde el principio. En plan, claro que nos hacemos daño, claro que decimos cantidad de gilipolleces, claro que a veces estamos desconectados. Al final lo que nos une es esto, lo que nos ha hecho felices, lo que nos ha hecho volver a ilusionarnos con tocar era: joder, pues este tío y yo hemos tenido ganas de volver a juntarnos y de compartir canciones.

Siguió “O todos o ninguno”, con rollito new wave. “Nos acordamos de Samu” decíais en su nota de prensa, ¿está dedicada a él?
(José) Que nos haya tocado tan de cerca una vivencia así de fuerte, ha sido un punto de inspiración. Pero al fin y al cabo, cuando hemos escrito muchas canciones estaba pensando: “¿Qué mensaje me gustaría escuchar a mí?”. Esa sensación de que cada uno haga lo que tenga que hacer que va a estar bien, que cada uno se encuentre a sí mismo. El proceso que tenga que vivir cada uno aceptémoslo y apoyémoslo. Entonces, creo que está dedicada a nosotros. Pero efectivamente sí que hay inspiración de ese hecho, y todo lo que nos trajo esa relación está patente.

La siguiente fue “Jaleo”, encargada de abrir el disco. ¿Queríais empezarlo dando caña?
(José) Estuvimos debatiendo el trakclist del disco. A mí me gustaba también la de “Tonterías” para la primera. Pero por otra parte parecía muy obvio, y dijo
(Gabi) “Vamos a empezar alegres, instantáneos y frescos”. “Jaleo” cuadraba.

“Estamos liberándonos individualmente y emocionalmente los unos de los otros para ser un grupo mejor”

Luego vino “Marte”, una balada con un videoclip rodado en altamar. ¿Cuál es su historia?
(Gabi) Lo de “Marte” fue increíble. Tocábamos en el Montgorock (Jávea, Alicante), era el primer festival que hacíamos la nueva formación. Y encima era un festival contrario a todo lo que habíamos hecho durante estos dos años, que era en plan: “Nosotros no podemos tocar con la peña sentada”. Ya ni por nosotros, por la peña, que me parecía limitante. Ese concierto fue el único que hemos hecho sentados y las sillas acabaron por los aires, o sea que el reto se cumplió. Allí a un colega nuestro, el promotor, le dijimos todo rayaos: “Tío, tenemos que hacer un videoclip, se nos había ocurrido hacerlo en el mar”. Llamó a un colega a las 3 de la mañana, y por la mañana de resaca nos fuimos a grabar. Nos fuimos a tomar por culo, salimos del puerto en un velero, nuestra idea era tirarnos al mar y todo el videoclip que se rodara en el mar.
(José) Algo interesante del proceso es que muchas veces hemos estado planeando cosas pero, de pronto, han surgido otras que no esperábamos. La idea de ese día era grabar un videoclip nadando en alta mar, y encima de otra canción. La idea de “Marte” era otra, pero como estábamos haciendo vídeos sencillos, dijimos: “Pues si nos quitamos dos o tres en un día mejor”. Estuvimos intentando el otro vídeo una y otra vez, nadando en alta mar, como una hora. Nosotros no somos marineros, por lo menos en esta vida, y a la que subimos al barco con toda la paliza fue como: “Venga, vamos a hacer un tiro aquí de “Marte””. Salió de una toma.
(Gabi) Llevábamos una hora en el mar, imposible de grabar. Nadábamos, subíamos, lo veíamos lamentable, helados con la ropa… A mí ya me daba miedo, porque el tío del barco nos decía que había treinta metros de profundidad. En el momento que ya nos subimos al barco para volvernos, como todo lo que veíamos molaba mucho, dijimos “vamos a tirar una toma, a ver qué pasa”. Y esa es la toma que está en YouTube.

Para el videoclip de “Nena” os plantasteis en plena Gran Vía. Todos los videoclips nuevos planos secuencia…
(Gabi) Para nosotros ha sido algo bastante inspirador hacer planos secuencia, porque también incluso en el nuevo lenguaje de la banda nos hemos ido eliminando muchas capas mentales que teníamos con nosotros mismos. Mostrarnos como “esto ha ocurrido de las 12:45h a las 12:48”. Que fuera un momento real, que hubiera complicidad con los cámaras y que fuera algo sencillo, sin poses ni montajes.
(José) Hemos sentido cierta saturación de nosotros mismos. De cara a los vídeos tenía que parecer todo increíble o estar siempre con la energía súper alta. De pronto hemos sentido la necesidad de respirar y de encontrar otros puntos de juego. Eso llevado a los vídeos fue como: “Nos podemos comer la cámara, pero tampoco es algo que nos apasione, estar ahí teatralizando demasiado”. Hemos grabado unos vídeos de forma más natural. Los temas ya son enérgicos, un poquito de tranquilidad.
(Gabi) Encontramos cierta paz en eso.

Lo que tiene el plano secuencia es que, si la cagas, tienes que empezar desde el principio.
(Gabi) Ha habido vídeos que no han salido y que jamás veremos (risas). También ha habido vídeos que se han grabado varias veces en diferentes sitios, y esa parte del juego nos ha parecido súper guay.

El sexto y último adelanto fue “Una canción para resucitar”, donde decís el mantra del confinamiento: “Todo va a salir bien”, ¿va por ahí?
(José) Ese fue el vídeo que estábamos intentando grabar en alta mar.
(Gabi) De hecho, ese vídeo tiene otra versión con otras bicis, en otro lugar, que no funcionó. Para nosotros ha sido un mantra, independientemente de las crisis sanitarias. Recuperar el optimismo a pesar de que las cosas pasen, abrazar la improvisación, si hoy no podemos pues da igual, si el sol no nos está dando hoy bien pues disfrutemos de la nube. Eso casi nos ha calmado.
(José) Parece que la vida nos empuja a esa ampliación de conciencia, de tratar de entender, ya sea por gusto, por confrontación o por revelación, que efectivamente hacia donde te empuja la vida, es. A veces uno está tratando de ir por ahí y la vida te está dando en todos lados para que digas: “Cojones. Si nos está pasando esto, si tardamos más en grabar, si el otro se va del grupo, asumámoslo”.
(Gabi) Disfrutemos del viaje y seamos felices con lo que tenemos, que es la hostia, y se acabó.
(José) Son temas también arquetípicos de tantos músicos de tantas canciones.

Ahora llega por fin el álbum, “Calle Liberación”, en referencia a la calle de Hortaleza, vuestro barrio de toda la vida. ¿Se trata de reivindicar una vuelta a los orígenes?
(José) Es tan típico como fácil. Cuando se estaba fragmentando la banda y estábamos tratando de ver qué cojones hacíamos, coincidentemente estábamos de mudanza todos, y circunstancialmente volvimos unos días a casa de nuestros padres, que viven en Calle Liberación. Entonces fue como volver 15 años atrás, con una guitarra española en casa de nuestros padres. “¿Es una película de humor o qué cojones es esto?”. El nombre del disco no lo hemos sabido hasta el final, fue como pues bueno, tratará de lo mismo, de vamos a intentar recuperar lo esencial, el impulso que tuvimos de adolescentes de vamos a hacer la banda, hacer canciones y a pasarlo bien. Pero ahora ya con una visión de recorrido, desde otro punto. Nos ha dado muchas licencias también, estamos hablando de respetarnos más a nosotros mismos y de repente es como: “Oye Gabi, que yo no puedo hacer esto, que me tengo que pirar”, y de pronto todo iba, estamos liberándonos individualmente y emocionalmente los unos de los otros para ser un grupo mejor.
(Gabi) Es la polla que sea la calle en la que nacimos. Samu, el batería anterior, es de otra calle. Jesús, como es hermano de José, también nació en esta calle. Nunca se había podido llamar el disco “Calle Liberación” porque nunca habíamos compartido los tres esa calle de nacimiento. Eso nos dio el típico flash.
(José) A veces saber cómo se llama algo sí que te ayuda a contextualizar. Si esto se llama así, vamos a ver qué entra aquí.
(Gabi) Y en ese proceso, compartir melodías con guitarras españolas como cuando teníamos quince años, en vez de al doce de volumen y reventando la batería. Preocupándonos un poco más a lo mejor de las melodías, que tampoco nos preocupamos mucho, pero al final es como que teníamos esa intención, de qué es lo que queremos decir, para qué es esto, por qué hemos recuperado la alegría de tocar a través de esto.

Ya está en marcha el “Jaleo Tour”, ¿qué tal se está dando?
(Gabi) Yo soy muy de números, y según los datos yo estoy muy emocionado (risas) porque estamos vendiendo muchos más tickets de los que vendíamos antes de la pandemia. Eso es algo que, antes del tour, me dijo todo el mundo: “Chaval, la gente no está vendiendo, ten cuidado”. También estamos muy sorprendidos de cómo la gente ha abrazado un poco un cambio que, para nosotros, ha sido un cambio vital. Al final la gente lo que tiene que escuchar es un .wav, y viene de escuchar el .wab de “La Polla” y ahora escucha el .wav de “Calle Liberación” y de repente desde el escenario veo cómo se ha amplificado el público. Antes la peña venía a partirse la cara, ahora viene a partirse la cara pero luego hay canciones en las que se abrazan, las cantan de otra forma, se respiran otras energías. Está siendo emocionante de verdad.
(José) Se han impulsado nuevas emociones en los conciertos, es muy bonito ver cómo funcionan temas como “Tonterías” o “Nena”, nos ha emocionado.

Imagino que ahora estáis con salas y que después vendrán festivales, ¿cómo se plantea el 2022?
(Gabi) Para esta gira de salas queríamos hacer algo chiquitín, hacer cinco o seis fechas. Al final van a ser siete u ocho creo, pero de cara a eso, antes de que saliera el disco, ir probándonos a nosotros mismos a ver qué pasaba, cómo estábamos en directo. Sin muchas pretensiones, sacar el disco, respirar un poco en verano, hacer una gira potente ya después de verano… Pero se está dando muy bien, están saliendo un montón de festivales. Nuestra idea es tocar por España todo el año, arrancar una gira más ambiciosa en sitios más grandes, con más ciudades, a finales de este año. Y para el año que viene nos gustaría hacer México.
(José) Pero si algo nos ha enseñado la pandemia es: “Oye, vayamos día a día”.
(Gabi) Él disfruta con eso, yo disfruto con planificar. Somos antagónicos, pero muy complementarios. A mí sí que me gusta ir viendo qué está pasando y tal, nos está dando mucho ánimo desde los dos puntos de vista.
(José) De pronto ves en el recorrido lo ansiados que hemos estado en girar y no parar en ningún momento, parece que se te va a escapar el momento y de pronto es como: “Hagamos canciones, y que esas canciones nos lleven a donde nos tengan que llevar”. Si lo escuchan cinco guay, si lo escuchan 800.000 pues guay también.
(Gabi) Nos ha relajado bastante darnos cuenta de que ése era nuestro único trabajo.

“Deja que pase, porque va a pasar igual” (estribillo de “Nena”).
(Ambos) (Risas) ¡Amén!

 

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