Barcelona + hardcore = B-Core. Una ecuación sencilla que ofrece algunos de los mejores resultados que encontraremos en este informe. Un sello que cumple diez años en este año, «aunque la primera edición, que fue el «No Problem» de Corn Flakes, se publicó a mediados de los noventa». Jordi B-Core empezó de manera modesta, con su fanzine y sus conciertos como punta de lanza de una discográfica entonces titubeante que apostaba por la maqueta como medio para dar a conocer a sus grupos; a la antigua usanza: regalando la maqueta con la entrada del grupo en cuestión. Todavía hoy pervive buena parte de esta filosofía. «Potenciar principalmente la escena musical de Barcelona, creando un circuito donde la gente puede ir a conciertos, leer sobre los grupos en el fanzine, encontrar el material que busca (distribuimos un montón de pequeños sellos de todo el mundo), y encontrar un ambiente amigable, casi como un club». Un club para el hardcore que tuvo como primeros invitados a Penguin Village, Innocents, 24 Ideas –grupo con el que el propio Jordi B-Core tocó el bajo, y que tuvo cierta repercusión en Alemania con su hardcore de alta intensidad-, Childhood (parte de sus miembros acabarían en Fromheadtotoe) y Corn Flakes (los de mayor repercusión, con sus aclamados «Childish» y «Double Bed»); ahora, todos ellos desaparecidos, cuentan con un catálogo renovado en el que Slang, Odg, Xmilk, y especialmente Aina (habituales en giras por toda Europa, solos o teloneando a bandas como Bluetip, Capitol City Dusters, Bob Tilton…) están llamados a ocupar el lugar en el que un día estuvieron los citados Corn Flakes y que luego reclamarían para sí Fromheadtotoe a través de la poderosa voz de Raquel Pascual.Trabajo desde luego no falta. «Lo principal para sacar adelante un sello independiente es que esto sea tu forma de vida; no te lo puedes plantear como un trabajo de ocho horas al día. Luego, por supuesto, hay que creer en lo que haces; y tener un poquito de suerte». Esto que no falte, claro; todo menos caer en el mercantilismo. «El peor momento de B-Core fue en el 95-96, con el boom de la música independiente. Perdí el norte, la identidad del sello, y el amor propio. Necesitaba un cambio en mi vida y decidí que me iba a comer el mundo. Aposté por el sonido que estaba de moda, aunque realmente no me gustaba esa música, y me planteé la compañía como un mero negocio. La cagué de pleno». Errores los comete todo el mundo, y ya con la lección bien aprendida, las únicas lecciones por dar son las del hardcore en todas sus variantes (del más melódico de Young Ones, Odg o Xmilk a la contundencia de Three Fingers y No More Lies, sin olvidar el ya finiquitado proyecto Sowplot, donde aparecieron dos ex 24 Ideas: todo un acontecimiento para los seguidores de las tendencias extremas). Haciendo balance, Jordi recuerda con especial agrado el Lp «Childish» de Corn Flakes, «Sick Of Banality» de 24 Ideas, y «Sevens» de Aina, «que han sido el auténtico relevo y un verdadero soplo de aire fresco». Años después –diez nada menos- la «mayor dificultad sigue siendo la distribución», pero en B-Core no reina el pesimismo precisamente. «Yo creo que la escena independiente en este país existe desde hace mucho tiempo; lo que pasa es que a veces las cosas no existen realmente para el mundo. Particularmente, lo que peor llevo es el aspecto meramente económico y comercial, pero por desgracia es algo que tengo que tener muy en cuenta. Creo que muchos sellos independientes pueden funcionar al margen de la industria discográfica, ya que la mayoría de sus ingresos se basan en ventas por correo, lo que venden sus grupos en las giras, pequeñas tiendas especializadas, etc.. Es una de las ventajas de ser un sello especializado; eso, sí: no pretendas vender grandes cantidades de copias». Por una vez, el vaso medio lleno: brindemos por ello.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.