Estos tres barceloneses no ambicionan llenar grandes recintos ni hacer récords de ventas, también porque su emo rock, a priori, no tiene cabida en esas listas y son plenamente conscientes. Ambicionan pasárselo bien y “tocar con bandas amigas” sin que eso signifique ceder ni una pizca de calidad y esfuerzo. Y quizá ahí esté el sentido de todo: en hacer las cosas por amor. Charlamos con Luis, su guitarra y cantante.
¿Qué ha cambiado para Secondbest en estos dos años desde que sacasteis vuestro anterior EP “Go On”?
Yo creo que, poco a poco, vamos encontrando nuestro estilo. Estamos encontrando una manera de funcionar que nos va muy bien y en la que está aportando también Alfred, que es el nuevo bajista. En principio los temas los hacemos Kilian y yo en el local por un tema logístico y geográfico porque Alfred está a cuarenta y cinco minutos de nuestro local de Barcelona por lo que él no puede venir a todos los ensayos. Lo que hacíamos antes era darle forma a los temas y luego él se limitaba a poner el bajo y ya está. Pero ahora lo que hacemos es subir a su pueblo, Vidreras, y rematar los temas. Con lo cual ya no solo se limita a meter el bajo, a veces también nos da ideas y su opinión la tenemos muy en cuenta. Al ser tres, su opinión a veces sirve para desempatar. A veces estamos Kilian y yo atascados en una idea y es él quien desempata o nos hace ver las cosas de otra manera.
En febrero de 2021, cuando aún eráis dos, se os preguntaba en una entrevista para este medio por lo mejor y lo peor de ser dos integrantes y confesabais que echabais en falta a un bajista. ¿Cómo surgió la inclusión de Alfred en Secondbest?
Tras los conciertos nuestros amigos de confianza nos decían “muy bien pero yo metería un bajo”. Y era como la crítica recurrente. Y a Alfred lo conozco de hace mucho tiempo porque tiene otras bandas y es uno de los organizadores del Actitud Fest. Y cuando le pasé el primer EP (“Oh, Little Sea!”) le hizo gracia, cuando le pasé el segundo le gustó y me dijo que si algún día necesitábamos ayuda contásemos con él. Pero no se postulaba tanto para ser miembro sino más ‘mercenario’ para los directos. Y ya hablé con Kilian el hecho de dar el paso y ser trío porque sonaríamos mejor en directo y porque yo estaría más seguro teniendo un apoyo en el escenario. Y tuvimos claro que era él. No fue ni casting ni nada de eso, fue la primera persona que teníamos en la cabeza, el primero que había escuchado los temas del segundo EP y le molaban. Encima es amigo mío desde hace diez años y todo encajaba. Eso sí, yo le dije que no quería que fuera un mercenario y que aunque no pudiera venir a ensayar cada semana, yo le quería a él como miembro de pleno derecho y para las votaciones y todas las decisiones somos tres personas.
Y recuperando la pregunta de 2021, ¿qué es lo mejor y lo peor de ser tres?
Al ser dos, es mucho más fácil para quedar para ensayar. Nosotros solemos ensayar los domingos, que parece ser bastante raro entre las bandas de Barcelona porque otras desconectan los fines de semana o están de concierto. Nosotros, por nuestros curros: yo, periodista, y Kilian, abogado, entre semana vamos de culo y tenemos la banda como válvula de escape y aprovechamos el fin de semana a tope. Entonces, siendo dos personas a veces ya cuesta quedar, pues imagínate siendo tres… Por otra parte, cuando eres un dúo en directo tienes que ser muy bueno para sonar bien. Para mí hay bandas que me molan mucho como Japandroids que en disco son brutales y en directo siempre he pensado que les falta algo. Es que hay muy pocos dúos que molen mucho, me parece una cosa muy complicada y, de hecho, cuando hay un dúo que suena muy guay lo valoro el doble porque tiene mucho mérito. Unos Tano!, por ejemplo, que son dos y no les falta nada. Pero son pocas las bandas que lo consiguen.
¿Alguna banda con la que os gustaría coincidir o compartir cartel?
Cuando montamos la banda, aparte de para pasarlo bien, siempre decíamos que la habíamos montado para tocar con bandas amigas porque nos hacía ilusión. Por suerte, esas bandas amigas son locales o nacionales, como Jamie 4 President, Bullitt… También nos gustan unos gallegos que se llaman Mentah, que justamente son un dúo. Un montón de bandas por la geografía nacional que yo creo que podrían tocar un sábado con nosotros. Si me preguntas de tocar un miércoles, que es un día bastante extraño, pero tú imagínate que pasan de gira Joyce Manor… Nos fliparía y moveríamos cielo y tierra para compartir fecha.
"Cuando montamos la banda, aparte de para pasarlo bien, siempre decíamos que la habíamos montado para tocar con bandas amigas porque nos hacía ilusión"
Escuchando “Eternal Summer”, vuestro nuevo EP, me preguntaba en qué momento nace esta idea y cómo la desarrolláis. ¿Por qué ahora, casi dos años después de “Go on”?
Nosotros nos formamos a finales de 2018 y el primer EP salió en 2019. El siguiente salió en 2020 y hasta entonces íbamos a EP por año pero con la pandemia nos lo tomamos con más calma porque con el confinamiento estricto era complicado quedar pero aun así quedábamos e iban saliendo ideas. Y te das cuenta de que ya se acercaba el segundo año y que molaría sacar algo y hablamos con tito Txosse [Ruiz] y nos dio fecha para abril o mayo. Para entonces teníamos alguna idea antigua que habíamos tocado en directo como ‘Closer’, que es un tema que nos acompaña desde hace tiempo y luego temas que salieron prácticamente dos meses antes de entrar en el estudio de grabación. Es como una iluminación: te sale un tema del tirón y mola más que otras ideas que teníamos. Y esas han entrado en el último minuto.
¿Por ejemplo?
Las dos últimas que compusimos y que entraron fueron “Eternal Summer” y “Dream In Blue”. Normalmente son ideas que llevo de casa. Justo me compré un ampli, empecé a tocar, empezaron a salirme estas dos ideas y las rematamos luego en el local. Fuimos bastante a saco con ellos, puliéndolos con Alfred porque nos molaban mucho y tenían que entrar.
¿Qué es lo que más habéis escuchado durante estos meses mientras trabajabais en el disco?
A mí lo que me pasa es que, desde que tengo el grupo, me paro más a escuchar a bandas afines a nosotros. Si me pongo a escuchar una banda tipo Caspian la puedo disfrutar un rato pero sé que me va a influir poco o que de ahí voy a poder coger pocas ideas. En cambio, me flipa ponerme discos de Tigers Jaw, de Basement, “Van Weezer” de Weezer y con ellos sí que abro los ojos y las orejas e intento empaparme. De hecho, recuperamos la discografía de Weezer en esos meses previos a la grabación y nuestro “Dream In Blue” es una especie de homenaje o guiño a ellos. Cloud Nothings también es una banda que nos gusta mucho, su capacidad para tener temas más rabiosos y cañeros y otros mucho más poppy. Y Joyce Manor, que sacaron discazo.
¿Cómo veis la escena indie en Barcelona para un grupo como vosotros?
Yo lo que veo es que la música que hacemos, para empezar, no está nada de moda. En realidad, somos unos tíos de cuarenta palos que estamos haciendo la música que siempre nos ha gustado pero que, en este momento, 2022, no está de moda, es súper minoritaria. No estamos haciendo música que gusta a la gente joven que va a las salas y que va a festivales. A lo mejor si cantáramos la misma música en castellano y le diéramos un toquecito más indie, quizá podría llegar a más gente, no lo sabemos. Pero es que nos suena bien el inglés, es la música que hemos mamado y tampoco estamos pensando en petarlo. Estamos haciendo música que nos gustaría escuchar. No buscamos agradar a la gente sino hacerlo lo mejor posible y si la gente joven se suma al carro, bienvenida sea.
¿Cuál es la mayor virtud de Secondbest?
Yo creo que tenemos más defectos que virtudes. Pero la virtud podría ser que hacemos la música que nos gusta sin esperar nada a cambio y eso es bastante tranquilizador. No estamos obsesionados con tocar en el Primavera o con si algo no va a encajar.
¿Y cuál es vuestro mayor defecto?
Está relacionado con nuestras habilidades musicales y con el tiempo que podemos invertir. Por suerte tenemos un curro que nos gusta pero no le podemos meter más caña al grupo, con lo cual no puede crecer más porque está limitado por esas circunstancias personales y laborales. Es una pena porque si tuviéramos más tiempo para ensayar o para quedar más con Alfred… Pero bueno, no podemos hacerlo porque tenemos otras responsabilidades que aceptamos gustosamente.
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