Desde la portada del mini-lphomónimo de "Anti" (Elefant, 98), el rostro de Boo Radley(Robert Duvall) en la mítica "Matar A Un Ruiseñor"se ofrece finalmente a la mirada ajena. "Cuando al final aparece surostro es algo muy impactante... Es algo muy misterioso, y creo que estedisco también tiene mucho de misterio". Lo dice Tito Pintado,cincuenta por ciento de Telefilme ("lo tenemos un poco olvidado demomento") y artífice de un artefacto musical que ha surgidopor entero de su talento: "Empecé a hacer canciones yo sólohará un par de años, primero con un Casiotone y luego conuna Roland 303. En principio no hacía canciones para lanzarlas, dehecho las hacía sólo por el gusto de hacerlas, por aprender...".En los conciertos de Anti, en el caso de haberlos algún día,no figurará un solo músico sobre el escenario. No, ni siquierauno: "Ante todo quiero aclarar que yo soy un no-músico: séhacer melodías, y estructurar canciones, pero no sé tocarningún instrumento. Por eso utilizo aparatos electrónicos,no porque sea "lo que procede ahora mismo" ni nada por el estilo."Tito parece admitir que, al menos en su caso, el uso de lo tecnológicoes más una salvaguarda a su ineptitud musical que una opcióndoctrinal y/o programática: "Con los pocos medios que tengo,y mi inutilidad total como músico, lo único que puedo haceres ponerme a cacharrear hasta que encuentro algo que me gusta, y entoncestiro por ahí. De hecho creo que todas las canciones de este discoson pequeños accidentes".Es importante que su modestia no empañe la apreciaciónexterna de canciones como "Copyright of the Heart", un medio tiempoque sobrepone entristecimiento a divertimento; o la electrizante "KinkyBeat", a cuya gama de reverberaciones él insiste en restar importancia("un amigo me prestó un multiefectos y me puse a probar losdelays"), alegando que "todo depende de lo que tenga a mano enese instante... No es que sea un método de trabajo ejemplar, peroes lo que hay...". Lo que hay es un estimulante disco que emite ondasdesde la misma frecuencia de Telefilme (o lo que es lo mismo: melodíasde dulzura infecciosa, textos a medio camino entre el dadaísmo yel futurismo de Orwell, tecnología y pop que no tienen raízen una concreta coordenada espacio-temporal), aunque lo haga en diferentesintonía. "En Telefilme la música era de David casi al100%, y aquí la hago yo sólo. Tenemos gustos muy diferentes.David tiene una forma de hacer las cosas muy distinta a la mía, usasonidos muy distintos... No me imagino una canción como "Chiller"en un disco de Telefilme... ni mucho menos "Ride The Tiger"".Ésta última es la canción por la que Anti volveráa recibir comparaciones con el tecno-pop de los ochenta. Yo sabíade antemano que si hablaba a Tito de Human League o Yazoo, me contestaríalo siguiente: "ODIO a esos grupos. Cada cierto tiempo alguien me vienecon un disco de ésos y me dice "escúchalo, te va a encantar"...me suele horrorizar, más bien. Todos esos grupos usaban timbres desintetizador muy distintos a los de "Ride The Tiger"... por nohablar de las voces, que eran espantosas, como muy profundas y "germánicas".Para mí "Ride The Tiger" tiene más que ver con unacanción disco de los sesenta de Giorgio Moroder, o de Grace Jones,o de Chic, o con los B-52´s de "Mesopotamia", un disco queme gusta mucho". Además de ráfagas de refrescante eurodiscoy secuencias de techno minimal, en algunas canciones ("Coconino CountyDub", "Kinky Beat") Anti se permite pequeñas licenciascon géneros como el dub. "En "Kinky Beat" hay unainfluencia muy clara, pero también la voz es -o pretendíaser- muy soul... También tiene un toque Suicide bastante claro, esuna combinación curiosa de cosas muy distintas. De todas formas todolo que hago siempre está más cerca del pop que de otra cosa".
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