La cantautora de Idaho afirma que rendir tributo a Loreta Lynn fue una necesidad que, curiosamente, surgió como válvula de escape ante las grandes audiencias que estaba a punto de granjearse. “Hace tres años mi banda y yo comenzamos a fijar nuestras miras en grandes salas de la zona de Boston, donde vivimos. Pero luego nos dimos cuenta de que estábamos comenzando a sentir la necesidad de volver a tocar en pequeños pubs, en sitios como los que frecuentábamos cuando empezamos. Así que decidimos montarnos un proyecto de tributo a Loretta Lynn, a quien siempre habíamos escuchado mucho en la furgoneta, y bautizarnos como Butcher Holler, en honor del pueblo de Kentucky en el que ella se crió. Nuestra discográfica hizo el resto, proponiéndonos la grabación de esos temas”. El criterio para elegir los doce temas que lo conforman se basó en tres razonamientos. A saber: “debían ser temas escritos por la misma Loretta; ser temas cuya interpretación me divirtiera, es decir, que se acoplasen a mi registro vocal; y ser temas que, evidentemente, me gustasen más que el resto”. Huelga decir que el resultado, lejos de suponer cualquier clase de lectura heterodoxa del cancionero de Loretta Lynn, supone una reivindicación de su figura eminentemente reverencial. No podía ser de otra forma, tratándose de una de las féminas cuya voz ha suscitado más paralelismos no sólo con la de la Lynn, sino también con otras intocables del género como Lucinda Williams o incluso con leyendas aparentemente más distantes, como Billie Holiday. Unas comparaciones mayestáticas que no dejan de ser para ella algo incómodas. “Siempre esperas ser capaz de estar a la altura de esas comparaciones, pero es al mismo tiempo un poco agobiante. Entiendo que la gente utilice la música de alguien consagrado para describir la de alguien que acaba de llegar, pues creo que la música es una disciplina para la que a veces cuesta aplicar las palabras correctas. Pero será un gran día cuando la gente no tenga que compararme a mis artistas favoritos y use mi nombre para describir a los debutantes”.
La norteamericana, que afirma “no poder dejar de escuchar ‘Cha Cha Cha’, el nuevo álbum del country rocker Fred Eaglesmith”, está feliz de volver a estar en España, apenas un año después de su última visita. Reconoce que lleva “todo un año deseando estar por aquí de vuelta”, ya que tocar en nuestro país le resulta tan cálido como “encontrarse con familiares o amigos a quienes conoces de toda la vida”. De hecho, el formato con el que se presenta vuelve a ser el de su banda al completo, porque si algo tiene claro es que “he crecido con ellos y me iría con ellos al fin del mundo, aparte de que creo que el acompañamiento de una banda siempre es más lucido que si yo me presentase sola con mi guitarra”.
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