El espacio temporal que separa la publicación de tu anterior disco “Primrose Green” y este “Golden Signs That Have Been Sung” ha sido muy corto, apenas un año; muy poco para lo que estamos acostumbrados hoy día ¿Cómo lo has hecho?
Bueno, piensa que las canciones de “Primrose Green” estaban escritas hace más de un año… pero bueno, la verdad es que una vez que empecé a girar con la banda comenzaron a salir nuevos temas, muchos… así que le dije a la discográfica que quería sacar un nuevo disco este mismo año. Ellos no lo veían claro, pero yo me planté y les dije “está pasando”. Fue una decisión unilateral. Me paso el día escribiendo, no paro de componer. Así que entre concierto y concierto saque un montón de nuevas canciones hasta que acumulé suficientes para un nuevo disco. Piensa que hice más de 50 conciertos el año pasado, así que tuve tiempo de componer muchísimo.
"Me encanta estar de gira, viajar sin parar… Odio estar en casa. Casi me da miedo. En tu casa es donde está toda tu mierda".
¿Cómo encuentras tiempo para seguir componiendo mientras estás de gira?
Lo gracioso es que no tengo tiempo, literalmente compongo cuando estoy sobre el escenario… estoy un poco loco. Mi banda y yo solemos improvisar continuamente, muchos de ellos son músicos de jazz. Así que de alguna manera el público que nos ha visto en el último año ha visto como se ha compuesto el disco. A veces sale bien, otras veces sale mal. Pero cuando sale bien, sale muy bien. Tampoco quiero dedicar mucho tiempo a retirarme a escribir sin hacer otra cosa. Todavía no soy lo suficientemente conocido y tengo que tocar mucho. Además me encanta estar de gira, viajar sin parar… Odio estar en casa. Casi me da miedo. En tu casa es donde está toda tu mierda. Es donde te mandan el correo. ¿Y sabes lo que hay en el correo? Facturas. Facturas que hay que pagar. Y yo no quiero pagar facturas. Quiero evitar mirar mi correo todo lo que pueda.
Bueno, quizás ahora empieces a ganar dinero suficiente para pagar esas facturas…
Ya veremos. Quizás dentro de un par de discos (risas)
El pasado año leí una entrevista tuya en la que comentabas que, apenas unos meses después de la publicación de “Primrose Green” ya te estabas cansando de esas canciones, ¿ese es el impulso que te empujó a seguir componiendo nuevos temas?
Sí. No soy la clase de músico que se limita a tocar el disco en directo para que suene igual que en el estudio. Eso puede funcionar para muchas bandas, pero para mi no. Si hiciera eso me sentiría como si estuviera estafando a la gente. Tengo que seguir componiendo para mantenerme fresco. Eso le pasaba a muchos grupos como Grateful Dead, que son absolutamente mi banda favorita. Ellos expandían mucho sus canciones cuando las tocaban en directo hasta el punto de que se convertían en otra cosa, exponiéndose a grandes riesgos musicales. Para mi es importante experimentar con las canciones cuando estoy sobre el escenario. Quiero que la gente que venga a mis conciertos nunca sepa lo que va a pasar. En un concierto no existe el pasado, sólo el mañana. Es bueno pensar siempre en el futuro cuando estás sobre el escenario. Incluso creo que es importante cagarla sobre el escenario. Nunca vas a saber lo que es bueno, sino sabes lo que es realmente malo. No me gusta tratar de hacerlo todo perfecto, me gusta arriesgar. Si todo es perfecto sería un robot. Y a mi no me gustan los robots. Algún día se apoderaran del mundo y nos destruirán a todos (risas).
En cualquier caso, ya tu anterior disco tuvo muy buenas críticas en la prensa, pero en todas esas críticas solían hacer referencia e incluso te comparaban con artistas de los 60 y los 70, ¿Tienes la sensación de que quizás esto deje de pasar con tu nuevo disco?
Bueno… no está mal que pase eso. Obviamente son mis influencias, pero también quiero hacer cosas novedosas. No quiero ser un fetichista de discos antiguos. Está bien que te comparen con otra gente, pero creo que el nuevo disco es más yo. Es mi voz. Mis palabras. La mayoría de las letras tratan sobre mi y mis amigos emborrachándonos en bares, porque eso es básicamente lo único que hacemos…. bueno, no. No es lo único que hago. Hago también otras cosas. Pero hablo de las cosas buenas que tengo a mi alrededor; mi familia, mis amigos… creo que he reflejado de una forma más concisa mi propia realidad. Este disco es mi mundo, mi universo. Musical y líricamente.
No hay duda de que eres un gran guitarrista, sin embargo pienso que este disco no está tan centrado en la instrumentación como el anterior, sino más bien en la composición de las propias canciones ¿Estás de acuerdo?
Sí, totalmente. Quiero decir, me encanta tocar la guitarra. Pero supongo que me gustaría más ser recordado como un gran compositor que como un gran guitarrista. Hay muchos guitarristas muy buenos, pero yo no quiero ser uno de ellos. Yo quiero ser alguien que escriba canciones. Lo importante es que todo esté equilibrado, el bajo, el teclado, la batería, la voz… todos esos elementos hacen una canción. Me sentiría un fraude si tratase de fingir que soy un gran guitarrista. Cada vez me voy centrando más en mejorar como compositor, escribir mejores letras, más personales. También cada vez tengo más experiencias en mi vida personal, más dolor, más felicidad. Mañana cumplo 27 años, ¿sabes? Hoy es mi último día con 26 años. Este disco resume mis últimos 365 días en 40 minutos. Así que he elegido los 40 minutos más interesantes posibles. Espero que la gente pueda darse cuenta de eso. Es una invitación a mi vida durante 40 minutos.
Es curioso, porque siempre se han considerado tus letras precisamente como uno de tus puntos débiles. Sin embargo, la compañía me pasó las letras del nuevo disco y creo que has avanzado muchísimo en ese sentido…
¡Yo también lo creo! Me alegro de que la compañía te mandase las letras, les pedí específicamente que lo hicieran. Para mi era importante. No porque necesite probar nada a nadie, sino porque creo que he mejorado mucho como letrista y me siento particularmente orgulloso de algunas de las letras del disco. Las he trabajado con mucha dedicación.
“Quiero que la gente que venga a mis conciertos nunca sepa lo que va a pasar”
Se nota. Hay una sensación más reflexiva e incluso, espero que no te suene mal, más madura. ¿Crees que es algo así como un disco de crecimiento?
Si, ¡totalmente! Soy yo encontrando mi propia voz. En los otros dos estaba intentando encontrarla pero creo que por fin lo he conseguido. Al menos eso espero… ¿Fumas?
Ehhh.. Sí
¿Sabes cuando comienzas a fumar pero en realidad no te gusta? Cuando compras el primer paquete de cigarrillos como un estúpido y dices: “¡esto es asqueroso!”. Eso mismo me paso a mi. Entonces comencé a probar diferentes marcas. ¿Winston? Repugnante. ¿Drum? Los odio a muerte. ¿Camel? Bueno. (saca un paquete de tabaco de su bolsillo y lo pone sobre la mesa) American Spirit. Esta es mi marca. Desde entonces no fumo otra. Pues esto es lo mismo.
Me ha quedado claro (risas). Cambiando de tema ¿Cómo eliges la gente que toca contigo?
En primer lugar los elijo porque son mis amigos. En Chicago hay muchísimos músicos, hay una escena muy importante de jazz y muchos de mis amigos están muy metidos en ella. Así que les propuse tocar conmigo y Dios les bendiga por haberme querido seguir a lo largo y ancho del mundo. Les he hecho dormir en el suelo y beber cerveza de mierda durante mucho tiempo… espero que todo eso cambie dentro de muy poco. Es maravilloso tener gente a la que quieres con la que puedes hacer música. Si tienes suerte puedes encontrarte con una persona así en tu vida. Pero yo tengo tanta suerte que tengo al menos 50 personas con las que poder tocar. Es maravilloso tener gente con la que poder conversar, con la que poder tomarte algo, gente con la que poder tener relaciones sexuales y por supuesto, gente con la que tocar. Así que al final todo se fundamenta en la amistad. La conexión que tenemos es maravillosa.
No sé si ya era tu amigo, o lo es a partir de ahora, pero “Golden Signs That Have Been Sung” está producido por LeRoy Bach que tocaba con Wilco, ¿Cómo surgió esta colaboración?
Nos conocíamos ya antes de grabar juntos. Pero no porque tocara en Wilco. El es un gran músico de jazz y suele tocar al menos dos veces por semana en algún local de Chicago. Está en todas partes. Así que tuve la oportunidad durante una jam session en la que improvisamos juntos. Creo que fue el año pasado en una fiesta cuando le propuse que me produjese el disco y dijo “vale”. Ha tocado en montones de discos, de todos los géneros. Es un sabio musical.
¿Dirías que el ha tenido una influencia muy definitiva en el sonido del disco?
Sin duda. Yo quería hacer un disco que sonara a Chicago. Él es un veterano de la escena de la ciudad, además de Wilco también ha tocado con Jim O’Rourke y otras muchas bandas de los 90. Fue una parte fundamental a la hora de redefinir el estilo de rock de Chicago. Otra influencia muy importante para mi han sido también los discos de Mark Kozelek. Esa forma de construir las canciones poco a poco. Aunque él es de San Francisco. Pero Red House Painters son sin duda mi grupo favorito.
Un momento, ¿no me has dicho que tu grupo favorito era Grateful Dead?
Sí. Grateful Dead y Red House Painters. Ambos son mis grupos favoritos. No podría elegir. Y los dos son muy americanos.
Es curioso, porque en tus trabajos anteriores encuentro más puntos de conexión con música hecha en Gran Bretaña, específicamente con Nick Drake y Van Morrison, ¿Crees que este es tu primer disco auténticamente americano?
Los otros discos estaban bien, pero siempre me quedaba una sensación extraña… yo soy de Chicago y necesitaba hacer algo que se pareciese más a mi ciudad… y a mi mismo. Quería incluir más cosas sobre mi, sobre mi vida. Ponerle también algo de sentido del humor. Un humor bastante agrio, pero humor al fin y al cabo. Aunque entiendo que a muchas personas las canciones puedan resultar tristes, pero incluso esas tienen algo divertido. Eso también es muy americano. Es melancólico, pero tiene una vibración muy positiva. La he cagado muchas veces en mi vida. Pero si miras a esos errores y dices, venga vamos a seguir adelante, vamos a conducirnos hacia la luz… no creo en Dios… pero lo estoy intentando.
Es luz de la que hablas puede tener algo que ver con cierta cadencia psicodélica que encuentro en tu música y también en la de otros contemporáneos tuyos como Steve Gunn, Jessica Pratt, Kevin Morby… ¿Crees que hay algo así como una nueva escena de folk psicodélico en EEUU?
Es gracioso que les nombres porque todos ellos son muy buenos amigos míos. He estado de gira con todos ellos. Aunque vivimos en lugares muy alejados del país como para hablar de una escena. Steve y yo estamos en Chicago pero Jessica está en Nueva York y Kevin en Los Angeles. Aún así tenemos muchas cosas en común. America está en descomposición ahora mismo… mira lo que está pasando con Donald Trump… espero que no gane las elecciones porque está mal de la cabeza… pero tiene un gran altavoz. Es un momento muy raro para ser un músico americano tocando por todo el mundo sin poder tener una respuesta clara a lo que está pasando en tu propio país. Mucha gente te pregunta “¿Pero que coño está pasando?” y tú sólo puedes responder: “!Yo tampoco lo sé, tío!”. Es todo muy confuso. Así que lo único que tenemos es nuestras guitarras… y la verdad. Cuando me junto con músicos como ellos, que cantan y tocan la guitarra, encuentro muchos puntos de conexión… aunque sea porque compartimos la incertidumbre de vivir en esta época tan terrorífica.
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