Hubo un tiempo en el que la Triple Entente de aquel fenómeno etiquetado como grunge -con el permiso de Nirvana- estuvo formada por Soundgarden, Alice In Chains y Stone Temple Pilots. Era la época de los himnos de "Black Hole Sun", "Rape Me" o "Big Empty". Todo el mundo se aferraba a la fórmula de estrofa acústica y estribillo distorsionado como si el combinado de dicha aleación fuera a obrar el mismo efecto que produjo en el trío del rey Midas Cobain. El grunge quedó reducido a cenizas y nos dejó en su exiguo legado los fotogramas de "Singles", en los que Matt Dillon encarnaba el prototipo de joven de Seattle abocado a guerrear con su guitarra y su camisa de leñador. Stone Temple Pilots firmaron discos esenciales como "Core" y "Purple" y otros trabajos no tan afortunados, caso de "Tiny Music... Songs from the Vatican Gift Shop" o "Nº 4". El constante entrar y salir en la heroína de Scott Weiland, su cantante, supuso un freno importante para la evolución de la banda. Hay que decir que fueron sus amigos Butthole Surfers los que le iniciaron en el tortuoso mundo de los estupefacientes. Ya se sabe, quién bien te quiere te hará llorar.
"Quizás en "Shangri-La..." haya pequeños matices de sonido y el concepto de algunas letras, pero es básicamente lo que hemos hecho siempre". |
Muy cerca del hotel Miguel Angel, donde se encuentra alojado el presidente Bush, me recibe Dean De Leo, guitarrista de la banda y hermano de Robert, también presente en la formación. "La grabación de "Shangri-La Dee Da" -(Atlantic/Dro, 01)- fue increíblemente relajante. Imagina un estudio enfrente de la playa en Malibú con la inmensidad del océano enfrente de ti. Fue una experiencia super punk-rock" . La placidez a la que hace mención Dean está impregnada en los surcos de canciones como "Days Of The Week", que suena muchísimo a Soul Asylum, "Wonderful", "Hello It´s Late" o "A Song For Sleeping", el tema más acústico del disco. La dureza apenas hace acto de presencia en "Dumb Love", "Coma" y algunos pasajes de contadas canciones. Lo que sigue estando presente es la psicodelia cual sanguijuela creativa que extrae lo mejor de los Pilots. "No hay mucha diferencia entre todos los discos que hemos hecho. Quizás en "Shangri-La..." haya pequeños matices de sonido y el concepto de algunas letras, pero es básicamente lo que hemos hecho siempre. Las letras siguen siendo metafóricas, hablan del tipo de vida de ciertos personajes y tratan de observaciones que hace Scott, que es un auténtico contador de historias" . Dean siempre ha estado en contacto con la música, su primer concierto fue con The Carpenters en 1974. Es tal el amor que siente por esta disciplina que llegó a romper una guitarra en la cabeza de su madre. "Con Stone Temple Pilots hacemos algunas versiones de Aerosmith como ´Sweet Emotion´. Yo y mi hermano tenemos un grupo de versiones y tocamos antiguas canciones de The Who y de King Crimson en su época del ´Beat´ y ´Discipline´". Después de vender tres millones de copias de "Core", su álbum de debut, y ascender con estrépito al Top 50 con "Tiny Music...", Dean piensa que lo mejor que les ha ocurrido ha sido siempre cuando estaban de gira. "El estar en la carretera nos ha permitido conocer a gente increíble como Jack Irons -Red Hot Chili Peppers- o Gibby Haynes y Paul Leary -Butthole Surfers-. Nos hemos hermanado como si fuésemos una gran familia. Uno de nuestros mejores momentos ha sido compartir escenario con Soundgarden. Puedo decir que he sido afortunado al crecer en New Jersey porque me ha permitido ver cantidad de conciertos de bandas como Queen y The Who". Sobre los rumores de que los dos discos en solitario de Weiland se incubaron en un pequeño periodo de ruptura con la banda, Dean se muestra claro. "Los grabó estando con la banda. Nunca hemos estado separados aunque haya habido algún lapso de tiempo muerto de por medio". Este enamorado de los caballos y de los paseos por el bosque con su mujer nos desvela una anécdota graciosa. "Durante un concierto con The Mighty Mighty Bosstones, su cantante, Dicky Barrett, apareció con un arsenal de cocaína en los camerinos. Iba tan colocado que empezó a pintarse la cara con pintura negra. Se dibujó unas patillas y unas cejas horripilantes y luego se introdujo una media en la cabeza. Menudo colgado". Sonoras carcajadas y fin de la entrevista.
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