Felix Buff (1986) exhibe amplia y exquisita cultura musical. Ejem, quizá lo diga con cierta coquetería, porque no puedo coincidir más en muchas de sus preferencias, como se comprobará en la entrevista. Pero esto no deja de ser colateral cuando de lo que se trata es de hablar de sus canciones, no de las de otros. Lo primero que hay que hacer al enfrentarse a su debut en solitario es ovlidarse de la batería y de todo lo que ha hecho con ella en distintos grupos y colaboraciones, empezando por su gran familia Willis Drummond. Aquí Felix parte casi de cero en ese sentido, se encarga de toda la instrumentación principal del álbum, que camina por una música dilatada y atemporal, donde lo mismo te puede venir a la memoria Kevin Ayers que Kelley Stoltz o Ariel Pink, referencias tan posibles como imposibles dada su remarcadasíma personalidad. Pero ahí topamos con Rüdiger, un dibujo muy ilustrativo de lo que es un muy excitante rock atemporal y a la vez moderno; despojado felizmente de poses, lastres, esquemas, estereotipos y clichés medio seniles medio pueriles, y donde las canciones siempre son más de lo que asoman a primera vista. No sé cuántas veces se me escapó un sorpresivo y melodioso "la hostia...!!!" en la primera escucha de las varias que llevo del disco, pero si cada una equivaliera a una estrella, superaría las cinco de largo.
-¿Es Rüdiger el inicio de una carrera en solitario, al margen de tus muchas colaboraciones?
Claramente! Tengo ya un segundo disco en mente y en estado demo. Estoy deseando explorar territorios diferentes con Rüdiger. He descubierto un campo de experimentación a nivel de composición y la verdad es que crear mundos en el formato de una canción es lo que más me apasiona desde los últimos 2 años.
-Acostumbrado a la batería, este es un paso a un primer plano con la guitarra y otros instrumentos, además de tu voz (todo un descubrimiento, por cierto), algo para lo que en realidad te has preparado durante bastante tiempo, no?
Llevo tocando la guitarra todos los días desde el primer confinamiento, en marzo. Antes era más un instrumento para componer, igual que los teclados, a duras penas. He de decir que estudié música, composición y armonía en una escuela de música. Pero era para mejorar mi comprensión de la música y poder ser mejor músico/batería. Entender lo que estaba pasando en las canciones y entender las diferentes capas de una canción. Lo de cantar ha sido casi improvisado en el estudio. La primera vez que canté en frente de un micrófono fue grabando las voces en el estudio para el disco. Ahora estoy preparando los directos con la guitarra y la voz.
-Tu hermano Johannes interviene como ingeniero y productor, ¿se le puede considerar como parte también del proyecto?
Totalmente. Ha sido un apoyo muy grande y como tiene mucha experiencia con buenos musicos, dentro de ellos unos de mis heroes (Thurston Moore o The Drones) me fío totalmente en sus criterios y me ha guiado 100% en las tomas de voz por ejemplo. Se involucra mucho en todos aspectos de la producción. Ha sido el co-productor del último disco de Willis Drummond y es mi productor ideal, hemos jugado de pequeños escuchando la misma música! Con esto no se puede competir. Una gran parte de lo que se escucha en el disco está grabado en lugares y tiempos diferentes. Le he presentado las demos bastantes avanzadas de las canciones, hemos escuchado las pistas y luego hemos empezado a grabar lo que hacía falta regrabar. He tenido tambien ayuda de músicos con quien toco la batería, como Vincent Bestaven, Antoine Philippe y Thea Guerin (de Botibol) ,Joseba Irazoki, Maia Ibar (Dual Split), Pierre Loustaunau (Petit Fantome), Marina Beheretche (Violines). Si veiamos un color que podía aportar un músico que teníamos en mente, pues a grabar y a colaborar!
Este año hemos construido un estudio de grabación en Tarnos, al lado de Baiona, que se llama Shorebreaker. Es nuestro laboratorio. Es una casa dedicada a la música. Tiene un parque, está a 1,5 km de la playa y en el garage abajo esta la sala de grabación. Tiene un aire de casa de vacaciones. El control es la sala con chimenea, y Petit Fantome tiene su estudio en una habitación de la casa. Allí ensayamos con Willis también. Siempre hay proyectos en marcha y al final todo el mundo acaba colaborando con todo el mundo!
-Por cierto, ¿de dónde proviene el nombre de Rüdiger?
Es simplemente mi segundo nombre. Es de origen alemán. En mi DNI soy Felix Rüdiger Buff.
-En el disco colaboran músicos de Iparralde, pero los primeras presentaciones las anuncias con Joseba Irazoki, ¿qué idea tienes para esos conciertos?
Para empezar la gira voy a tocar con Joseba Irazoki en duo. Él con guitarra eléctrica, lap steel y voz, algun teclado, y yo con guitarra y voz. Después de todo este desfase la idea es montar una banda ampliando el abanico. Pero a ver… si salimos en quinteto ahora solo podré pagarles con barras de chocolate en las gasolineras 🙂 !
"Crear mundos en el formato de una canción es lo que más me apasiona desde los últimos 2 años"
-¿Qué te motivó trasladarte a Bera, cuna de grandes músicos vascos?
Me quedé totalmente enamorado de Bera hace más de 10 años. No te puedo explicar exactamente por qué. Será algo de la energía del sitio y mucho más de la gente que habita este pueblo! Alli me senti desde el instante cero como en casa, he conocido a Joseba, Maddi y Dani Irazoki (que tiene arriba de Larrun un sitio de residencia artística de lujo), los Borrokan (la mejor banda de EH) , Xabier Erkizia, Petti, y un sinfín de buenas personas y amigos. ¡Hay una energía especial y ganas de vivir y pasarlo bien! A parte de una dedicación al arte fuera de lo común! Hace 7 años que vivo allí. Y no me muevo!
-Lo que muestras en este lp poco tiene que ver con lo que habías hecho hasta ahora, ¿de dónde te viene esta vena que te emparenta con una visión bastante actual del rock, pero que bebe de distintas épocas y subgéneros algunos ya clásicos?
Es precisamente por esto que siento que tengo que hacer mis canciones en mis propios términos. Este disco es un homenaje a todo lo que me gusta. Rüdiger va a ser esto. Una mezcla de pop, folk, rock rugoso, electrónica. Ante todo soy un fan de música y a mis 30 años siento necesidad de unir todo lo que me hace vibrar en un disco. Este disco es un corpus de canciones que hemos juntado con mi hermano, pero tengo 20 más que esperan a tener hueco en algún disco.
-Recuerdo que en una ocasión me hablaste con mucho cariño de Petit Fantome, ¿quizá sea esa tu participación más cercana a lo que buscas ahora con Rüdiger?
Tienes razón, Petit Fantôme me ha permitido ver que se puede hacer un concierto de pop y que hay público para esto. Pierre me ha enseñado a usar sintetizadores, Vincent de Botibol también me enseño a tocar más tranquilo, despacio. Pero fue un encuentro mutual supongo, muy natural. Todavia tengo ganas de sudar y de tocar rock’n ‘roll con Willis Drummond. Necesito todo esto en mi vida.
"La primera vez que canté en frente de un micrófono fue grabando las voces en el estudio para el disco"
-Nombres como Neil Young, Elliot Smith, Low, The Drones, Wilco, Townes Van Zandt, Paul McCartney, Bill Callahan o Kevin Morby (y los cito todos, porque todos me parecen fundamentales y debilidades propias) aparecen en la hoja de promoción. Añadiría Kevin Ayers o Kelly Stoltz. Rock de autor en definitiva. ¿Cuándo y por qué vías te han ido llegando?
Suelo descubrir discos y bandas por sugerencias de amigos. Por ejemplo me hablas de Kelly Stoltz ( que significa “orgulloso” en Aleman por cierto, jeje) y lo estoy escuchando ahora mismo! Me parece muy bueno!
-Dedicas el disco a Rafa Berrio, con el que tocaste en los últimos tiempos, lo que me hace suponer que compartiste una gran complicidad con él, a pesar de la diferencia generacional.
He tocado 2 años con Rafa Berrio. Hemos grabado "Paradoja" e hice la gira del disco en España. Ha sido un descubrimiento tanto musical como personal. Le tengo una estima infinita. Tenía su personaje en el escenario, lunar y peculiar, pero nada más bajar del escenario, era muy dulce y accesible. Uno de los artistas más dedicado al arte que he conocido. Su perdida en pleno confinamiento ha sido muy difícil a nivel personal, creo que en parte por las circunstancias y que no he podido cerrar el duelo por completo. Todavía me emociona hablar de ello. Mis pensamientos van a Gema y su familia.
-¿En qué situación están tus otras colaboraciones, empezando por Willis Drummond?
Estamos tocando en formato acústico con la adición de Vincent Bestaven a los teclados y guitarras. Estamos componiendo un nuevo disco con Joseba Irazoki & Lagunak, dando conciertos con Testura, una banda más experimental con visuales, y sacando un nuevo disco con Dual Split (“Brand new rain”). Ah, y Willis sacaremos una cancion original para la pelicula "Ane".
-A nivel temático, hay una crítica al turismo desmedido, a la imposición de un sistema económico y cultural que ahoga la identidad, en cierta forma a algo parecido a un fin del mundo por el capitalismo radical y la limitación de los recursos naturales. ¿Hasta qué punto crees que te ha podido influir la situación actual en todo ello?
Una de mis esperanzas era que esta situación acelere el proceso de cambio político y social que necesitamos desde hace 40 años. Pero veo que no se habla de los verdaderos problemas, si no de cómo seguir viviendo así sin que afecte a la economía y a las poblaciones blancas ricas. Es deseperante. Un dia soy optimista, cuatro muy pesimista. Supongo que es el mal moderno.
-¿Qué lanzamiento va a tener el disco fuera de Euskal Herria?
Lo sacamos con Usopop y estará distribuido en Francia y España también. Tengo ganas de tocar en España y Francia, todo está por hacer y hay que tener paciencia.
-Como ciudadano de Iparralde y de Bera, ¿qué diferencias encuentras en la forma de tratar la música y la cultura entre la administraciones de un lado y otro de la muga?
Tenemos suerte de tener una profesión como músico en Francia. Esto conlleva una ayuda y deber estar tocando bastantes conciertos, claro. He visto que se están creando sindicatos de técnicos después del primer confinamiento. Creo que es un ejemplo a seguir para los músicos, que son autónomos en España. El mundo de la música es muy precario aquí y no está para nada adaptado a las realidades del sector. Una vez que se han cerrado los locales y las programaciones se ha hecho ver claramente que había muy pocos recursos para estos autónomos, que viven una realidad muy diferente.
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