Volviendo al arraigo compositivo del que la banda emergió una década atrás y confesándose ajenos a lo que la opinión pública cavile con respecto a sus idas y venidas recientes, Royal Blood saborean con“Back to the Water Below” (Warner, 23) una emotiva regresión a su sonido base, sin perder al mismo tiempo el interés por engrandecer su fórmula con vestigios evolutivos que den respuesta a su deseo por renovarse. Interesados en saber más sobre su respectivo nuevo disco, contactamos con Mike Kerr, bajista y vocalista de la formación, quien responde a nuestra llamada desde su Reino Unido natal.
La composición de “Back to the Water Below” lleva el sello de vuestra Brighton natal. ¿Cómo se siente esta vuelta a casa en lo musical y en lo personal?
Bueno, ahí hay algo de trampa. Muchas de las letras fueron escritas en Nueva York y algunas canciones fueron grabadas en Londres, en los Rack Studios. Pero sí, Brighton fue la chispa que originó todo esto, y su influencia es una marca bien distinguible en el disco. Creo que definitivamente el hecho de haber trabajado este LP en Brighton ha logrado que haya una conexión visible entre “Back to the Water Below” y el primer disco que grabamos, hace ya una década. Reminiscencias del pasado a parte, debo confesar que no teníamos ninguna expectativa concreta con respecto a nuestro nuevo material, más allá del simple placer de disfrutar de esa inocencia, tan similar a la de los primeros días. Siempre hacemos las cosas pensando que no tenemos nada que perder, pero en esta ocasión creo que llevamos aún más al extremo esta filosofía. Y es precisamente esa actitud y ese clima de trabajo, en el que fuimos prácticamente nosotros los únicos que produjimos y manipulamos el disco, lo que nos condujo a percibir este trabajo casi como si un nuevo debut.
"Hay algo de engañoso en nuestros primeros discos que ahora estamos intentando subsanar"
Aunque en este caso no hayáis contado con casi nadie en la producción, sí que habéis trabajado con un ingeniero de sonido, Pete Hutchings.
Sí, es cierto. La verdad es que Pete lleva tiempo siendo casi el tercer miembro de Royal Blood en la sombra [risas]. Le conocí de manera fortuita durante la grabación de “Typhoons”, donde terminé necesitando un ingeniero de sonido para grabar las voces de “Trouble’s Coming” y di con él. Nuestra conexión fue tan inmediata y efectiva que en seguida hicimos buenas migas los tres, hasta el punto de que terminó produciendo dos o tres canciones más de aquel disco. Desde entonces ha estado muy involucrado en todo lo que hacíamos y es increíblemente agradable tenerle cerca.
Me consta que también ha habido cambios con respecto a la forma en la que habéis compuesto el disco, comparada con otros trabajos.
Algo así. Se podría decir que todo comenzó desde el piano, que es mi primer instrumento y probablemente la mejor herramienta de apoyo para la escritura de canciones. Después, trasladar estas canciones al estudio se sintió muy divertido. Tan solo tuvimos que transcribir melódicamente lo que traíamos hecho a la batería y el bajo. Un proceso un tanto distinto al que solíamos realizar en el pasado, donde simplemente comenzábamos todo a partir de un riff y luego derivábamos en algo que podría ser considerado una canción válida.
No sé si esto habrá influido también en el hecho de que éste muy probablemente sea vuestro trabajo más versátil y ecléctico, con registros entre vuestras canciones que nunca antes habíamos visto.
Hay algo de engañoso en nuestros primeros discos que ahora estamos intentando subsanar. Por su parte, nuestro debut nos permitió presentarle al mundo tan solo una pequeña parte de nosotros. Una que, muy probablemente, nos haya permitido tener una gran acogida mundial y de la cual nunca renegaremos. Pero no deja de ser eso, una simple parte más de todas esas influencias y referentes que manejamos. Particularmente, pienso que una de las principales virtudes del artista es poder dar cada vez más espacio a sus diferentes referencias a medida que va logrando tener más confianza en sí mismo, y mucho me temo que eso es lo que nos ha sucedido a nosotros. De repente ya no sentimos la necesidad de que una canción tengo que ser atravesada por un mega-riff para sentirse completa. Tenemos más herramientas en nuestro registro que queremos exhibir, y eso en parte se lo debemos al trabajo que realizamos en “Typhoons” que, de alguna forma, abrió la puerta a que nuestro público comenzara a conocer una paleta más amplia de nuestro sonido
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De hecho creo que fue Ben quien dijo en una entrevista que con este disco “queríais ir a sitios donde la gente no esperaría veros”. Esto suena muy bonito pero, ¿no os dio un poco de vértigo llevarlo luego a cabo?
Sinceramente, vivimos bastante al margen de lo que la gente opine sobre nuestra música y sobre nosotros mismos. Precisamente, y como ya sabrás, han pasado ciertas cosas recientes que me han provocado un rechazo sistemático a leer cualquier cosa relativa a la banda o a nuestro último disco. No he leído ni una maldita reseña sobre el álbum, ni tampoco leo las mentiras que salen en la prensa sobre mí, y ni siquiera estoy en redes sociales actualmente porque, sinceramente, siento que no hay nada ahí que me interese o que sea sano para mí. Tenemos la cuenta principal de Royal Blood, por supuesto, con la que tratamos de mantenernos en contacto constante con nuestros seguidores e informarles sobre nuestra música y sobre lo que hacemos y dejamos de hacer, pero en lo relativo a opiniones, solemos mantenernos bastante al margen. De hecho, cuando trabajamos en un disco nuevo trato de cimentar mis sentimientos hacia éste lo más rápido posible y antes de que la opinión ajena lo contamine. Tan pronto como el álbum se hace público es muy fácil dejarse influenciar por las opiniones y por el posible éxito que el disco tenga en términos comerciales, y personalmente, prefiero mantener los pies bien metidos en la verdad y en la lógica antes de que eso suceda. De este modo mi opinión sobre un determinado disco siempre será más imparcial, y eso es para mí lo único que de verdad importa.
"Por supuesto que echo la vista atrás y reconozco haber vivido momentos fantásticos de gira, mientras iba hasta arriba de todo"
No solo en el sonido os he visto más aguerridos, sino también en las letras. Más maduras, más sensibles. ¿Hay división de tareas en ese campo también?
Bueno, todo en Royal Blood es un proceso compartido, ya sabes. Yo escribo las letras, pero siempre tengo a Ben detrás, monitorizando la situación y echándome un cable en ese sentido. Aún así, obviamente, Ben siempre me da mucha libertad para hacer lo que quiera, respaldando mis decisiones y rara vez entramos en conflicto creativo, lo cual agradezco enormemente. Nuestra conexión es lo que le ha permitido a la banda evolucionar, y no me gustaría ni pensar cómo sería estar en un grupo con 4 ó 5 miembros donde cada uno tuviera opiniones o ideas distintas sobre el proyecto.
Vuestra amistad y vuestra conexión mutua es algo que se siente reafirmado con este disco. ¿Habéis encontrado en la fama una confirmación de vuestra amistad también o más bien un obstáculo?
Por suerte, creo que nuestra música es más famosa que nosotros. Ya sabes, nuestras canciones suenan en las radios de muchas partes del mundo pero nosotros, a título personal, nunca hemos experimentado nada que se parezca a la fama. Podemos salir a la calle sin problemas, y créeme que eso es algo que agradezco enormemente. En cuanto a nuestra conexión, bueno, es obvio que para formar un vínculo profundo y significativo con alguien debes de haber pasado junto a esa persona por una vivencia intensa y especial, y no cabe duda de que haber vivido la salvaje experiencia de Royal Blood junto a Ben ha forjado un vínculo entre nosotros inquebrantable y para toda la vida. Es una verdadera suerte que la amistad sea uno de los fundamentos principales de esta banda.
En esas letras que comentábamos antes, de hecho, hay guiños a una nueva etapa en tu vida, marcada por la decisión de dejar la bebida en 2019. ¿Cómo crees que eso ha influido en tu trabajo posterior y cómo ha sido compaginar una decisión así con un estilo de vida profesional, a priori, tan poco favorecedor?
La vida del músico, y en particular la del artista que gira con regularidad por el mundo, está terriblemente asociada a la bebida. Es algo que está arraigado a ello, desde el principio. Y ni siquiera es necesario estar en una banda grande o exitosa para experimentar esto. De hecho, recuerdo que durante nuestros primeros conciertos, cuando aún no éramos nadie, nos pagaban con alcohol. El alcohol era, literalmente, nuestro salario. Así que, como bien apuntas, desde luego no es el contexto más fácil para apostar por la sobriedad o dejar de tomar drogas, pero también te digo que no es imposible lograrlo. Por supuesto que echo la vista atrás y reconozco haber vivido momentos fantásticos de gira, mientras iba hasta arriba de todo. Pero ahora que tengo la posibilidad de comparar ambos lados de la moneda puedo decirte que es la mejor decisión que he tomado en mi vida. Está claro que ésta es mi opinión y mi experiencia, cada uno tendrá la suya, pero desde que decidí apostar por la sobriedad siento que cada vivencia con la banda es más enriquecedora y significativa. Estoy presente, ya no estoy de paso.
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