Canciones como “Lifetime” o “Strong” ya nos avisaban de que podía ser interesante, pero “Mid Air” ha terminado siendo un discazo que maneja muy bien el equilibrio entre bops como “Enjoy Your Life” y “Did I”, y la electrónica más íntima de temas como “Loveher” o “The Sea”. Hablamos con Romy de cómo surgió todo esto, de haber trabajado para este debut con Stuart Price o Fred Again.., del significado que tienen los clubs para la gente LGBT, de su admiración por Florence Welch, Rosalía o Arca, y de mostrar su vulnerabilidad en canciones que, por sonido, parece que no van por ahí. La vulnerabilidad y la inseguridad son temas que, de hecho, salen bastante en la entrevista, y tanto eso como la actitud tímida de la propia Romy resultan curiosas: muchísima gente bastante más segura de sí misma desearía haber logrado un debut tan bueno como éste.
¿Cómo estás viviendo estos días previos al lanzamiento de tu primer álbum en solitario?
Con muchos nervios y muchas ganas. Llevo cinco años trabajando en él, así que estoy deseando sacarlo de mi corazón, pero también de mi cabeza [risas] y compartirlo con la gente. Creo que eso es lo que deseo más, ir escuchando qué canciones gustan más a la gente, ir sintiendo las conexiones que se forman con otras personas a través del disco.
La nota de prensa habla de que “Mid Air” es un disco sobre “el amor, el dolor, las relaciones, la identidad” y sobre “la libertad, celebración y salvación en el santuario que pueden ser los clubs”. Esto es algo que desapareció en 2020 y, en muchos casos, no volvió del todo hasta casi que finales del año pasado. No sé si la pandemia influyó de alguna manera en la temática del disco, aunque estuvieses ya preparándolo desde antes.
Sí, sí, absolutamente. Aunque la inspiración estaba ahí desde antes de la pandemia, todo eso me hizo apreciar más la música de clubs, los sonidos más upbeat, añorar la música dance, etcétera. Así que he intentado celebrar las conexiones que se dan entre la gente en una discoteca, los momentos que solo se pueden dar en la vida real. Recuerdo estar con mi mujer en la cocina bailando al ritmo de temazos dance y deseando que llegase el momento en que pudiésemos volver a estar todos juntos en un club. Me alivia ver que ahora podemos, porque la verdad es que, mientras hacía estas canciones, hubo ocasiones en las que pensé que quizás no podríamos volver a hacerlo.
"Incluso ahora, si estoy de gira, o de viaje con mi mujer en algún lugar lejano, y vamos a un club queer, es como que tiene para mí esa sensación de lugar seguro en el que podemos tener cercanía entre nosotras"
Son estilos muy diferentes, claro, pero el último disco de Florence & The Machine, “Dance Fever”, también trata sobre esto. No sé si has tenido oportunidad de escucharlo.
Sí, me encanta, y ella es una artista maravillosa, la forma en que se adueña del escenario durante los conciertos... Siempre he admirado eso, y a la vez siempre he pensado que yo nunca sería capaz de hacerlo, de tener la seguridad en mí misma para ello. Pero verla me empodera en cierta manera, me inspira muchísimo. Tengo que encontrar mi propia manera de actuar en el escenario para presentar estas canciones, quizás con un poco menos de presencia escénica [risas].
Cuando hablamos de los clubs como “santuario”, o de que suponen “libertad” o “salvación” como decía la nota de prensa, nos referimos sobre todo a clubs queer, porque para nosotros siempre han tenido ese significado extra. No sé si también ha sido algo que estaba en tu cabeza mientras hacías el disco.
Desde luego. Creo que es una característica única en las discotecas queer. Para mí, cuando fui por primera vez de adolescente, el sentir que podía bajar la guardia... Es algo que no podía hacer en el instituto, y supongo que es una experiencia compartida, en distintos grados, por todas las personas de la comunidad LGBTIQ+. Era un lugar seguro para sencillamente ser tú mismo, y, después de todo un día en el que ser tú mismo en el trabajo o en la calle lo sentías como un desafío, llegar a un lugar en el que puedes hacerlo... Además, un lugar en el que estás con amigos, conoces gente nueva, te lo pasas bien, bailas, etcétera. Pero la protección que un lugar así puede darte es muy especial, siempre ha significado mucho para mí. Incluso ahora, si estoy de gira, o de viaje con mi mujer en algún lugar lejano, y vamos a un club queer, es como que tiene para mí esa sensación de lugar seguro en el que podemos tener cercanía entre nosotras.
El disco se abre con “Loveher” y cierra con “She's On My Mind”, entre las que veo algo curioso. En “Loveher” dices “it's not that I'm not proud in the company of strangers / it's just some things are for us / lover, you know, when they ask me, I'll tell them / I love her, love her, love her”, y en “She's On My Mind” dices “I don't want to hide it, even if it hurts / I don't care anymore, I think I'm in love with her”. Parece como una evolución a lo largo del tracklist, de ese momento en el que quieres mucho a alguien pero te limitas en público porque “bueno, tampoco tengo que anunciarlo”, a cuando te sientes lo suficientemente segura para dar el paso, para que te la pele.
Qué bonito que te hayas fijado en eso. Ves, eso es lo que me encanta de que la música ya esté fuera, poder ver en lo que se fija la gente, las letras que llaman la atención y demás. A mí es algo que me parece muy lindo. Y sí, hay una conexión entre ambas canciones. Las dos las escribí en un momento similar, en el que me sentía muy inspirada y muy orgullosa, y quería mostrarme abierta sobre mi sexualidad y sobre mi relación, te sientes tan bien que quieres compartirlo. Porque, además, para mí, ver a otros artistas queer estos años mostrarse tan abiertos y orgullosos, hablar tan clara e inteligentemente sobre el amor, sobre el amor queer, no sé, todo eso es algo que me ha inspirado a mostrar también ese lado de mí misma. La energía de “Loveher” empieza como muy nerviosa y va construyéndose una atmósfera de seguridad, y para la energía de “She's On My Mind”, lo que tenía claro es que quería cerrar el disco con una liberación. Como que las luces se han encendido ya en el club, pero te da igual, vas a la calle y cantas “Ya no me importa, estoy enamorada de ella”, dejas atrás esa autoconciencia constante. Quería intentar transmitir ese sentimiento a quien la escuchara.
Para la producción has colaborado con Stuart Price, Fred Again.., KP Koreless, por supuesto con Jamie, e incluso con Brian Eno. ¿Cómo vino la mezcla de toda esta gente?
Realmente fue un proceso gradual de querer colaborar con más gente aparte de Oliver y Jamie. Quería aprender de otros productores. Conocí a Fred antes de saber que iba a hacer un proyecto en solitario, solo estaba interesada en aprender sobre composición, pero no tenía la seguridad en mí misma necesaria para sacar yo un proyecto. Él tampoco había sacado por entonces nada más allá de componer y producir para otros, así que los dos nos pusimos a ir creando cosas sin ninguna presión, y divirtiéndonos mucho. A veces nos preguntábamos “¿Y esta canción quién podría cantarla?”, y un día, después de que escribiésemos 'Loveher' juntos, nos lo preguntamos y de repente dije ‘Pues quizás pueda cantarla yo’. Ahí ya empezamos a tomárnoslo más en serio, y hemos escrito juntos gran parte del disco. Estoy muy orgullosa de donde ha llegado en estos años. Stuart vino a mitad de camino, y nos ayudó a Fred y a mí a darle otra perspectiva a lo que teníamos, evolucionarlo hacia otro lugar y tal, y luego hice con él otras canciones también. Me gustó mucho poder preguntarle cómo hizo muchos de los sonidos en el disco de Madonna [“Confessions On The Dancefloor”], tuve momentos muy fan con él [risas]. Pero siempre me hizo sentir muy segura, no era como una circunstancia en la que trabajas con alguien tan experimentado y te sientes pequeña o intimidada. Jamás me hizo sentir así, siempre me animó a seguir con las ideas que yo tenía en la cabeza.
Price es el productor principal de tres álbumes que están considerados de los mejores de sus respectivos artistas: el de Madonna, pero también “Aphrodite” de Kylie Minogue y “Night Work” de Scissor Sisters. Los tres se consideran además de lo mejor que ha hecho Price. ¡Igual “Mid Air” se une a esa lista en unos años!
[Risas] ¡Ojalá... Significaría mucho para mí estar en esa lista. Ha hecho discos increíbles, la verdad, así que ya el hecho de que “Mid Air” esté entre los discos en los que ha trabajado es muy especial para mí. Es un honor.
"Rosalía es alguien que admiro. Su show de Coachella es uno de los mejores que he visto, fue impresionante"
“Enjoy Your Life” es todo un himno. ¿Eras consciente del poder de la canción cuando la escribiste?
Esta canción es muy especial para mí, así que quería estar segura de hacerla bien. Es, con diferencia, la canción con más versiones hasta llegar a la final. Hay muchos elementos en esa canción entre los que me era muy difícil encontrar el equilibrio... Cuando hay muchas cosas que quieres decir en una canción dance, es bastante complejo hacer que todas encajen. Es algo de lo que me he dado cuenta. Quería crear una historia en esa canción, pero también quería poder bailarla. Estoy muy agradecida a Stuart porque se sentó conmigo e hicimos versiones y versiones, tuvo muchísima paciencia. Yo estuve cerca de rendirme y decir “Esta canción no funciona”, incluso estuvo muy cerca de quedarse fuera del tracklist... pero “Enjoy Your Life” es una canción profundamente emocional para mí, y creo que quizás por eso había una parte de mí que estaba empeñada en continuar y terminarla, para poder compartir la emoción que yo sentía. “My mother said to me: enjoy our life” es una letra de Beverly Glenn-Copeland, que es un artista que me encanta, y esa frase me inspiró mucho, el sentimiento que me transmitió es algo que quería compartir como fuese. Estoy feliz de que sea así.
Conocíamos “Enjoy Your Life” antes del lanzamiento, pero no “Twice” y “Did I”, que son también dos bangers. Creo que el álbum maneja muy bien ese equilibrio entre los temas más intimistas y los rompepistas.
Tengo muchas ganas de ver cómo las recibe la gente. ¡La transición entre “Twice” y “Did I” está además inspirada por algo español! Hay un sonido de avión ahí, porque Stuart me contó que, cuando estuvo de DJ en Ibiza a principios de los dos mil, los aviones sobrevolaban el club, y el sonido de los despegues y demás se mezclaba con lo que pinchaba. Hace poco además estuve por allí y pude sentir eso. Fue muy guay porque pinché esa transición en ese lugar, y la sentí. Y luego, “Twice” empezó como una balada, pero no quería que se quedase así, quería hacer que encajase en el mundo del álbum, y me gusta mucho cómo Stuart consiguió crear una atmósfera alrededor de ella y de este concepto en sí. Creo que ha sido el gran reto para mí, manejar el equilibrio entre la composición de letras e historias con la música dance.
Entiendo lo que dices, porque además entre todos los sonidos más uptempo del disco, siento que hay mucha vulnerabilidad en las letras. “Strong” es quizás el ejemplo mas claro.
Sí, componer siempre ha sido algo terapéutico para mí, y es como que se me acabó haciendo natural poner lo que siento en las canciones que iba creando. Además del romance, o de enamorarse, estaba atravesando un proceso de duelo, y eso también se transmitió. Creo que poder sacar ideas o sentimientos relacionados con este proceso de duelo en una canción como “Strong” que parece tan optimista en sonido, de alta energía, es algo que realmente me ha sido muy positivo. Y espero que, por el estilo de la canción, pueda llegar aún a más gente de lo que llegaría de tener otro estilo.
“Lifetime” me encanta, me sorprendió ver que no se incluía en el disco. Imagino que por la fecha de salida quedaba ya lejana, ¿no? No sé si tienes pensado incluirla en una posible edición deluxe o algo así.
Yaaaa, cuando publiqué el tracklist vi a gente comentando “¿dónde está “Lifetime”?”, y enseguida pensé “Oh, no, creo que me he equivocado”. Pero no sé, la verdad es que me sigue encantando “Lifetime”, pero en ese momento tenía tantas ganas de compartir música nueva, y “Lifetime” llevaba tanto tiempo ahí, que pensé que mejor dejarla fuera del disco. Quizás la incluya en alguna edición futura, sí.
Quitando las colaboraciones en la producción, no hay colaboraciones como tal en “Mid Air”. No sé si barajaste alguna, pero al final se quedó fuera, o si fue intencionado que no hubiese.
Qué va, no hubo nada que se quedase fuera, y me encantaría colaborar con más gente en el futuro, pero creo que lo que quiero con este disco es que la gente me conozca a mí, mi sonido, mis canciones, etcétera, que gente que admiro pueda conocer qué es lo que hago aparte de The XX, y que esto pueda abrir posibilidades para colaborar con gente en el futuro. Estoy muy abierta a ello, la verdad. Me encanta escribir con otros artistas y ver cómo trabajan.
¿Y en cuanto a artistas españoles hay alguno que te llame especialmente la atención? No digo ya para colaborar, sino que hayas escuchado más últimamente.
Sí, hay un DJ y productor que conozco desde hace tiempo, John Talabot, y me gustan mucho lo que hacen él y Pional. Han venido en ocasiones con The XX de gira. Y bueno, me encantaría, aunque ahora es una superestrella y tal, pero... Rosalía es alguien que admiro. Su show de Coachella es uno de los mejores que he visto, fue impresionante. Me encanta ella como artista. ¡Y Arca! Me parece increíble, a ella no la he llegado a ver en directo, pero me encantaría. Sus producciones son como de otro mundo.
Para terminar, y aunque ahora tanto tú como Oliver y Jamie tenéis vuestros proyectos en solitario, no sé si habéis hablado de juntaros para otro disco de The XX a corto/medio plazo.
Pues sí que lo hemos hablado, y de hecho nos hemos visto en el estudio y hemos ido compartiendo ideas y haciendo algo de música. No es que estemos preparando algo concreto, pero queremos ir viendo qué sale, y darle forma.
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