Una de las cosas más sorprendentes en Rolling Blackouts Coastal Fever es que el peso vocal se reparte entre tres miembros que, además, sois también compositores. ¿Qué supone esto a la hora de afrontar el desarrollo y la grabación del álbum?
No pensamos en nosotros mismos como tres cantautores distintos. Nos esforzamos por mantener nuestras personalidades y biografías fuera de las canciones y convertirnos en componentes de la banda. Intentamos no terminar la canción antes de que el resto de la banda haya podido diseccionarla, explorarla y reconstruirla.
Sois dos parejas de hermanos. ¿Eso facilita la convivencia entre vosotros o, por el contrario, la dificulta?
Supongo que un poco las dos cosas. Podría ser difícil si hubiera egos grandes, pero no es el caso. Se dan pocos enfrentamientos entre nosotros porque nos conocemos bien y trabajamos bien juntos.
Hay una historia detrás del nombre de vuestra banda...
No significa nada en particular. Inicialmente nos llamábamos Rolling Blackouts por una de nuestras primeras canciones que trataba sobre estar aislados en Camboya a causa un virus tropical que no nos permitía regresar a casa. Existían otras bandas con este nombre, lo que en un principio no nos importaba porque no estábamos haciendo gran cosa. Cuando empezamos a tocar más y a grabar música entramos en conflicto con esas otras bandas, así que volvimos a la idea de la canción inicial para construir sobre el nombre. No significa nada en particular pero hay montones de cosas así en la vida.
El logo de vuestra banda es llamativo y por otra parte el álbum y los vídeos tienen una imagen muy trabajada. ¿Cómo de importante es para vosotros tener una identidad visual fuerte?
Creo que es importante que tu imagen refleje quién eres. Me gusta cuando la parte visual sirve como una extensión de la música de la banda. Nuestro bajista Joe Russo hace todos nuestros diseños gráficos.
"Creo que es importante que tu imagen refleje quién eres. Me gusta cuando la parte visual sirve como una extensión de la música"
Venís de la escena underground de Melbourne. ¿Cómo ha afectado eso a vuestro sonido?
Creo que la escena local es probablemente la influencia más contagiosa que puedas tener. Por supuesto que te inspiran bandas de otras épocas o ciudades, pero no hay nada que inspire más que ver a tus amigos publicar sus trabajos. Melbourne tiene una escena de directos muy fuerte. Para destacar allí tienes que ser bueno en directo. Cuando empezamos no lo éramos, para nada, pero gradualmente nos convertimos en una banda con un directo más natural. Supongo que esto no hubiera pasado si la escena musical no fuese tan fuerte y no se esperase que las bandas sean realmente buenas en directo. La ciudad también tiene una fantástica tradición de bandas de guitarra con sonido indie, garage, punk. Esos estilos y tonos naturalmente calan en tus oídos y en tu sangre.
En directo sonáis más duros que en disco...
Nos sale natural. Creo que nuestro estado natural es más feroz y ruidoso que el de nuestras grabaciones hasta el momento.
Artistas como Courtney Barnett también tuvieron sus inicios en Melbourne. En cuanto a sonido creo que tenéis algunas cosas en común. ¿Crees que este sonido es característico en el underground australiano?
Supongo que sí pero es difícil definir lo que es particular a Melbourne o no. Es muy complicado ser objetivo si estás dentro de la escena.
¿Y hay algunas bandas de la escena que podríais recomendar?
Loose Tooth, RVG, Michael Beach, Tropical Fuck Storm, Suss Cunts, Shrimpwitch, Swim Team, Mod Con, Loobs, Venetian Blinds, Crepes, Sagamore, Dreamin Wild, Fraser A Gorman, Cable Ties, TV Haze, Shepparton Airplane, Bench Press.
Vuestro último EP (The French Press) generó bastante atención. ¿Os condicionó eso a la hora de volver al estudio?
Intentas no pensar en la expectación que se ha generado alrededor del grupo porque al final no es más que ruido. Queríamos hacer un álbum en la línea de lo que habíamos estado haciendo antes. Así que nuestro acercamiento al proceso de escritura y grabación fue similar a nuestros anteriores EPs. Machacamos un montón de ideas y las grabamos en vivo en una habitación. Luego doblamos las guitarras y las voces y dimos un paso hacia atrás para ver bien lo que habíamos hecho. Lo hicimos con pocas florituras porque así es como nos gusta.
Hope Downs merecuerda mucho al rock alternativo de los ochenta (The Feelies, The Go-Betweens, The Cure…). No sé si es una referencia con la que os sentís cómodos...
Hemos escuchado bandas de esa época durante años. No intentamos de manera consciente sonar como nadie, ya sea en la composición o en el sonido, pero seguramente sea cierto que sonamos a estas bandas. Cuando te inspiras en esas referencias supongo que es natural que haya similitudes.
Hope Downs es un lugar un tanto desolado de Australia Occidental. ¿Por qué escogisteis ese nombre?
Nos gustó por varios motivos. Es una mina de hierro en Australia Occidental que pertenece la persona más rica del país: Gina Rinehart. Nuestro país depende mucho de la minería pero a duras penas hay que pagar impuestos. Sencillamente dejamos que empresas locales y extranjeras entren en nuestro país y lo excaven para venderlo fuera con pocos beneficios públicos. Es una metáfora de esa prosperidad vacía. También se parece al Cañón de Colorado si la hubiera hecho el hombre. Muchas de las canciones de este disco tratan de estar al borde del abismo e intentar procesarlo.
"Mis letras favoritas son las que dejan fuera parte de la historia. Me gustan las canciones que evocan algo indefinible"
Líricamente el álbum es muy descriptivo, como si cada canción fuera un cortometraje. ¿Hay alguna línea narrativa que una a estas canciones?
Diría que hay una línea que de alguna forma está marcada por las canciones que tratan sobre la desilusión y encontrar el amor.
Efectivamente es un álbum muy sentido y emocional. Habéis llegado a decir que vuestra música hace a la gente sentirse nostálgica. ¿Es algo que buscáis cuando escribís?
Realmente no, pero tratamos de mostrar en lugar de contar. Mis letras favoritas son las que dejan fuera parte de la historia. Me gustan las canciones que evocan algo indefinible.
Hace poco tocasteis en el Primavera Sound y volveremos a veros dentro de poco en el BIME de Bilbao. ¿Hay algo que os haga especial ilusión de tocar allí?
Primavera Sound fue uno de los festivales más divertidos en los que hemos tocado. Fue como un sueño. Y nos hace ilusión intentar encontrar pintxos deluxe en Bilbao.
Pero Primavera Sound no es el único gran festival en el que habéis tocado. ¿Cómo es para una banda que acaba de editar su primer álbum bajo el paraguas de Sub Pop tener esa exposición?
Puedes pensar en ello todos lo que quieras o no. Nosotros intentamos no darle muchas vueltas. Trabajamos duro en nuestras canciones y en nuestros conciertos. A ver dónde nos lleva. Para nosotros estar de gira es un bonus que jamás pensamos que tendríamos. Nos encanta ver ciudades nuevas, pueblos nuevos y conocer a gente nueva. Nos hace mucha ilusión volver a España porque la última vez fue muy corto.
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