“Debes olvidar que es la misma que chupaba el pulgar de Robert de Niro en ‘El cabo del miedo’", me contesta el responsable de prensa al preguntarle si Juliette –Mallory para los amigos- tiene algún tema tabú. “Está muy metida en su papel de rockera y tiene los pies completamente en el suelo”. Bien. Tras varios intentos fallidos por causas técnicas, Juliette responde a mi llamada. “Hello, this is Juliette”, saluda con una voz grave y ligeramente castigada. Se la oye cansada pero intenta mostrarse cercana y expresiva. “Ésta es mi última semana de entrevistas y estoy ensayando a tope con mi banda porque empezamos el tour la semana que viene. ¡Estoy muy excitada!”. El motivo de la gira no es otro que la publicación, este mes, de su segundo largo, “Four On The Floor”, un nuevo tratado de punk rock clásico con pinceladas pop en el que vuelven a confluir The Stooges, Blondie, The Kinks o Patti Smith.
"En el escenario a veces me siento como un superhéroe" |
Su disfrutable reciclaje sonoro no inventa nada nuevo –tampoco lo pretende-, ni tan siquiera respecto a su debut, pero consigue reunir un buen puñado de canciones enérgicas, bien ensambladas y sumamente adictivas. Esta vez, incluso, se atreven con el clasicismo de The Who y de los Rolling Stones, como en el corte “Get Up”. “Cuando creé la banda tenía la idea de hacer la música que a mí me gustaba y que había escuchado toda la vida. Somos una banda de rock’n’roll basada en las guitarras. Hacemos rock para sentirnos bien y hacer sentir bien a la gente. Las canciones del nuevo disco están influenciadas por todo este último año que hemos pasado de gira. La carretera se ha convertido en algo muy inspirador, en mi musa. ‘Hot Kiss’, ‘Bullshit King’ y ‘Mindful Of Daggers’ las he escrito enteras en el autobús”.
Precisamente “Hot Kiss”, el single de adelanto, contiene, al igual que “Sticky Honey”, algunas de las melodías más adhesivas escritas por el grupo. “Sí, ¡son muy pop! No lo sé, tiene que ver sobre todo con la colaboración entre mi guitarrista, Todd Morse, y yo. Es un gran compositor y está muy abierto a la melodía. Entiende cómo escribir pensando en mí. A veces es como si las melodías cayeran del cielo (ríe). En el caso de ‘Hot Kiss’, Todd llegó con el riff de guitarra, lo tocó y lo primero que escuché en mi cabeza fue el estribillo entero (canta el estribillo de la canción). Simplemente salió de mí”. Como sus letras, que hablan principalmente “de la juventud y del anhelo, del remordimiento y de las consecuencias del deseo”.
Si algo destaca, sin embargo, de sus dos discos hasta la fecha –su Ep de presentación, “…Like A Bolt Of Lightning”, de resultados más moderados, ejerció de mero pasaporte para asaltar los escenarios estadounidenses- es el sonido: directo, poderoso y notoriamente fiel a la energía que The Licks desprenden en vivo. “Nuestro productor -Dylan McLaren- ya nos había mezclado en directo y entendía lo que queríamos. Ha sabido cómo debían sonar las guitarras, pero sobre todo ha hecho un gran trabajo capturando la energía de nuestros conciertos. No me gusta que un disco suene demasiado pulido. Nunca busco la perfección en la música, prefiero el sentimiento, la vibración”.
Para buenas vibraciones, las que ha habido entre Juliette y el inquieto Dave Grohl (Foo Fighters, Nirvana), que ha grabado las baterías del disco tras la deserción de Jason Morris. “Wuau ¡ha sido una de las mejores cosas que me han pasado! Cuando nos conocimos hace un año en Reading pensé que era mi alma gemela. ¡Los dos estamos obsesionados con la música! Es muy divertido y como batería es el mejor, es todo poder y sentimiento”.
Con los filmes “Aurora Borealis” y “Catch And Release” pendientes de estreno en nuestro país pero con la música como prioridad absoluta -“quizás haré una película al año, como algo especial, pero quiero centrarme en la música y darlo todo con mi grupo”-, la protagonista de películas tan dispares como “Asesinos Natos” o “Tardes con Gaudí” recuerda que su carrera como actriz la ha ayudado a superar la timidez y los miedos de su adolescencia… ¿por completo? “He ido ganando seguridad en mí misma con el tiempo. Hace bastantes años hice un paréntesis en el que pasé por la Cienciología, hice cursos sobre comunicación, sobre cómo afrontar mis temores y no perder nunca la esperanza… fue un proceso de crecimiento. Cuando te marcas unas metas y las vas alcanzando te sientes muy seguro. La música me ayuda a afrontar y a expulsar mis miedos. Amo esa sensación. En el escenario a veces me siento como un superhéroe”. Ni que lo diga. Verla en directo es asistir a una suerte de ritual en el que Lewis, además de cantar, salta, corre, baila y grita dejándose literalmente la piel. Podrán comprobarlo los días 16, 17 y 18 en Barcelona, Madrid y Bilbao.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.