Londres es una ciudad odiosa. Le quitas la cadena de tiendas Music & Video Exchange y toda la zona de Berwick Street, la sección de revistas de Virgin Megastore, Covent Garden y algunos mercadillos y, entonces, ¿qué te queda? Una urbe en continuo estado de exaltación interna que resulta irritante. Todo ello, conjugado con las tareas promocionales de unos The Chemical Brothers conjurados para defender el peor disco de su carrera, da lugar a un viaje cuyo único consuelo pasa por las cubetas de segunda mano y por el Footlocker más cercano. Lejos del centro de Londres, a escasos cinco minutos de las oficinas de Virgin y a diez de la sede de Mute, Tom Rowlands y Ed Simmons se hallan en un rústico y escondido pub-restaurante (con Dj, eso sí) que brilla y reconforta. Los expedicionarios españoles (tres escribas, los enviados de Sputnik y la representante de Virgin en España) esperamos turno mientras la televisión del local muestra imágenes de archivo de Osama Bin Laden. Tras casi una hora de espera, llega mi turno.
“No sé, a mí me gusta el nuevo disco de Daft Punk o el de Orbital. No creo que grupos como ellos o nosotros lo tengamos más difícil en la actualidad o que la gente se esté olvidando de nosotros” |
“Come With us” es un trabajo sin chicha. Salvo dos o tres canciones lucidas y concisas, el resto del minutaje transcurre con más pena que gloria. Escasa conexión con su actualidad (que no coyuntura), ausencia total de ´hits´ en la estela de sus clásicos, sospechoso aroma retro (que si psicodelia cyber, que si electro ochentero...) y un discurso débil no hablan a favor de su nueva obra. Vamos, que este disco no lo firman The Chemical Brothers y nadie le hubiera hecho puñetero caso. (Rowlands) “No existe nunca un planteamiento de eliminar cosas que hayamos hecho anteriormente tan sólo para hacer algo nuevo o distinto. Nuestros discos surgen de un proceso bastante espontáneo e imprevisible, y quizás en el nuevo ese aspecto se note más que nunca, es posible, sí. Pero nosotros nunca nos paramos a analizar nuestra música desde la comparación con los anteriores discos, porque cada uno es diferente dentro de un mismo esquema que sigue incompleto”. Amparados en la chispa del momento y la inconsciencia, el dúo británico acaba desmenuzando un sonido más orgánico, da la impresión que más pendiente de la euforia sin matices que del collage in crescendo de sus dos primeros largos. Más instrumentos, dicen, y una nueva manera de encarar y trabajar el sampler ofrecen pistas evidentes de su mutación sonora. (Rowlands) “Supongo que siempre modificas tu manera de trabajar en cada disco, aunque siempre como consecuencia de un proceso inconsciente. El hecho de trabajar con más o menos instrumentos no es prioritario, sino que es la manera con la que adaptas tus herramientas de trabajo al sonido que estés creando. Quizás no abusamos tanto del sampler como lo hacíamos en ´Exit Planet Dust´, eso es cierto, pero lo empleamos desde otra perspectiva creativa... no sé, es algo que no nos preocupa demasiado, sino que nos dejamos llevar por el instinto y el momento. Simplemente es eso”. Y con las cartas marcadas, “Come With Us” apadrina las intenciones de unos Chemical Brothers que parecen más confusos y desmembrados que nunca. El disco no hay forma de encuadrarlo en un marco único, sino que sólo funciona a trompicones, a ráfagas cortas y espaciadas. Es un álbum raro, pero en el mal sentido del término: no lo entiendes porque no sabe explicarse. A veces parecen querer abrirse camino en el trance menos estimulante; minutos después, retoman esa fusión de indie-pop y dance de inicios de los noventa para, al final, acabar facturando un pastiche infumable junto a Richard Ashcroft, el ex vocalista de The Verve. No hay rumbo ni objetivos. (Simmons) “´Exit Planet Dust´ y ´Dig Your Own Hole´ eran discos más uniformes, en el sentido de que existía una unidad temática tanto en las canciones como en la manera de grabarlas.
“Seguimos escuchando música de todo tipo, pero no tenemos en cuenta si viene del underground o si viene del mainstream” |
Con ´Surrender´ creo que ya nos desmarcamos en cierta manera de esos detalles... creo que era un disco más de momentos y canciones que no un disco unitario. ´Come With Us´ está en la línea de ´Surrender´, quizás es porque así es como componemos y nos gusta hacer los discos actualmente”. Pero uno tiene la impresión de que el problema no estriba en el talante unitario de los discos, sino en la dispersión de ideas que amenaza a su nuevo trabajo. “Surrender” salvó los muebles porque, a pesar de algún que otro parche sin sentido, la valoración global del mismo apuntaba a algo y se tenía constancia de sus idas y venidas. “Come With Us” no nos dice absolutamente nada del grupo a día de hoy. Es anodino y, vale la pena insistir, disperso. (Rowlands) “No nos da miedo caer en la dispersión, porque, en realidad, todo el disco parte de una misma idea desarrollada desde distintos ángulos. Creo que nos gusta buscar distintas maneras de expresar las ideas iniciales que podamos tener antes de meternos de lleno en la grabación del disco. Yo lo veo como un trabajo muy variado, pero nunca disperso”.Y con ese semblante de trabajo fallido (sin canciones, sin brújula, sin hits ni apuntes resaltables), lo nuevo de Chemical Brothers aterriza en un momento en el que los grandes nombres del círculo electrónico que llenan pabellones (como Daft Punk, Orbital, Underworld o incluso Prodigy) hipotecan su glorioso pasado por un poquito de presente. Una situación triste y, en algunos casos, sonrojante. The Chemical Brothers andan un paso por delante, pero mucho cuidado, porque “Come With Us”, además de dejar indiferente, provoca cierto tembleque. (Simmons) “No sé, a mí me gusta el nuevo disco de Daft Punk o el de Orbital. No creo que grupos como ellos o nosotros lo tengamos más difícil en la actualidad o que la gente se esté olvidando de nosotros. Nosotros tenemos nuestro lugar en la música de hoy de la misma forma que lo teníamos hace unos años. Nosotros somos conscientes de que hay un público que ha crecido con nosotros y que sigue ahí. Si los chicos más jóvenes prefieren el speed-garage, el two-step o el jungle es algo normal y no nos afecta, porque a nosotros son estilos que también nos gustan. Creo que todos tenemos nuestro lugar”. Pero el lugar de The Chemical Brothers está cada vez más lejos del underground y, sobre todo, de la iconografía musical de los melómanos electrónicos más jóvenes. Uno escucha “Come With Us” y tiene la impresión que el contacto de Simmons y Rowlands con la actualidad es mínimo. Nadie habla de influencias musicales, sino de actitud. “Seguimos escuchando música de todo tipo, pero no tenemos en cuenta si viene del underground o si viene del mainstream. Son aspectos que tienen una importancia relativa. Supongo que habrá gente que esperaba que hubiésemos sacado un disco con canciones de garage o de two-step, pero sería ridículo que nosotros hiciéramos eso porque no es nuestra manera de actuar ni de comportarnos”. El problema, insisto, reside en la sensación que uno tiene al escuchar “Come With Us” y no sentirse reconocido en sus canciones. Por momentos, su aproximación del indie-pop a la psicodelia electrónica se resiente y parece totalmente desfasada. No desde la vertiente coyuntural (no hablamos de sonidos y modas), sino desde la vertiente puramente musical. Las colaboraciones con Beth Orton o Richard Ashcroft parecen las mismas canciones de siempre con distinto maquillaje. (Rowlands) “Lo único que nos lleva a colaborar con ellos es que nos gusta su música y hay buena relación entre nosotros. No nos interesa cualquier otro aspecto. Con Beth siempre estamos dispuestos a hacer alguna canción, pues
trabajar con ella es muy fácil. Con Richard fue muy bien. No nos
conocíamos y durante la realización de la canción hubo muy buena
relación y lo consideramos un buen amigo. Por eso te digo que estas
colaboraciones no esconden ninguna otra finalidad que la de colaborar
con amigos que hacen música que nos gusta”. Y es que no se rinden
cuentas a “Come With Us” por su evidente estancamiento creativo o por la
ausencia total de aventura de sus pentagramas. Lo que de verdad se echa
en falta es una idea clara de discurso, un camino bien delimitado sobre
el que sembrar todo tipo de ideas, por difusas y obvias que a uno le
puedan parecer. La condescendencia y beligerancia crítica que se tiene
sobre la electrónica y sus tótems contrasta, muchas veces, con la
fiereza analítica con la que estos mismos deciden cebarse con propuestas
procedentes del rock. Y ahí es cuando se comete un atropello a la
razón. “Come With Us” es un disco tan involucionista y aburguesado como
cualquier referencia rock de última hornada que merezca esos
calificativos. Autocomplacientes y desenganchados de nuestro momento,
The Chemical Brothers deben encontrar su sitio y, sobre todo, su razón
de ser musical. Todavía tienen tiempo.
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